Agarre mi almohada y le di en el brazo mientras me reía, su arrogancia y ego no tenían limites y era increíble que, cuando menos lo esperaba me decía algo dulce y tierno pero cuando estaba segura de lo que me iba a contestar me salía con una frase como esta.
-Deci que te amo sino ya serias hombre muerto.
-Bueno, por suerte me salve, no sé que hubiese hecho si me ponías las manos encima, a veces das miedo Isabella.
En ese momento me di vuelta para mirarlo a los ojos.
-A mí se me habrían ocurrido un par de ideas.
-Cuando me decís cosas con doble sentido con esa carita de inocente que tenes me calentas demasiado. Tocame, sentí lo que producís en mi- me dice agarrándome la mano y poniéndola sobre su erección.
Se notaba que estaba muy caliente y eso activo cada milímetro de mi ser haciendo que me excitara también. Empecé a masturbarlo, solamente a tocarlo por encima de su bóxer.
-Dios mío Isa, me calienta hasta que me toques.
Cada vez empecé a hacerlo más rápido, jugando con su miembro pero sin tocarlo directamente y Cole empezó a gruñir y a decir mi nombre entre jadeos. Era tan hermoso cuando estaba excitado, su cara cambiaba completamente, se le tensaban todos sus músculos haciendo que cada uno de sus rasgos se notaran y a medida que llegaba al orgasmo empezaba a morderse los labios. Era increíble presenciar como un simple toque podía llevar a este hombre, mi hombre, al placer extremo. Me di cuenta que había acabado porque, de repente, sentí mi mano húmeda. Lo mire y tenía los ojos cerrados, estaba calmándose y se notaba como su respiración se ralentizaba. Cuando abrió los ojos me miro y me beso.
-Cada día me sorprendo más por el efecto que causas en mí. Sé que pensas que sos la única que está experimentando cosas nuevas, ya sea a nivel sexual o emocional, pero no es así. Por lo general las mujeres necesitan mucho más que una simple oración o que me toquen por encima del bóxer para que llegue pero vos... jamás conocí a nadie como vos Isa.
Me encantaba escuchar que no era la única que experimentaba cosas nuevas. Sabía que Cole había estado con muchas chicas pero que me diga lo especial que soy para él hacía que todas las demás desaparecieran.
-Me alegro que te haya gustado, pero cambiate mientras me lavo las manos así dormimos un par de horas que me tenes que acompañar al supermercado para que pueda empezar a cocinar.
-Si señora, a sus órdenes- dice mientras se levantaba de la cama.
Yo fui al baño a lavarme las manos. Mientras me enjuagaba pensaba que no habría sido la primera en la vida de Cole pero quería ser la última. No podía imaginarlo con otra mujer, que sea otra la que le de placer o con la que tenga intimidad. Él era mío y me di cuenta de lo posesivo que sonaba eso pero era lo que pensaba. De repente me doy cuenta que está en la puerta del baño mirándome.
-¿En qué pensabas?- pregunta mientras apago la luz del baño.
Una vez ya metidos en la cama le contesto.
-En que no soportaría que otra mujer te tuviese.
-Isabella, quiero que entiendas una cosa, ninguna mujer me tuvo, jamás. Nunca le pertenecí verdaderamente a alguien porque para que eso suceda uno tiene que entregarse totalmente a la otra persona y nunca pensé que podría hacerlo hasta que te conocí. Esos ojos verdes captaron mi atención y a medida que te fui conociendo me di cuenta que había encontrado a esa persona que tanto busque.
-Me alegro porque ningún hombre me tuvo a mí tampoco hasta que te conocí.
-Y más te vale que nunca nadie piense siquiera que puede tenerte. Sos mía y que dios ayude al idiota que piense lo contrario.
Lo bese porque, a pesar de lo cavernícola que eso sonaba, a mi me pasaba lo mismo. Estaba dispuesta a luchar con él contra viento y marea para estar juntos. Me abrazo y yo me acurruque contra su pecho.
-Quiero que sepas que estoy en deuda con vos y que me va a encantar pagártela- me dice cuando ya casi estaba dormida.
Cuando abrí los ojos vi en el despertador que eran las 18 pm así que habíamos dormido unas 4 o 5 horas maso menos, y debo admitir que eran extremadamente necesarias. Cole seguía descansando así que decidí despertarlo con besos y cuando lo volví a mirar estaba con una sonrisa en sus labios.
-Hay que repetir esto más seguido, yo diría que renunciemos a nuestros trabajos y nos pasemos todos los días en la cama.
-¿Eso implica que no hay mas futbol los sábados?
-Isabella, jamás te metas entre el futbol y un hombre.
-¿Por qué? ¿Saldría perdiendo decís vos?- lo provoco.
-Por supuesto que no pero admitir semejante cosa me haría ver como una nenita en frente de mis amigos así que, te pido encarecidamente que no hagas caer en picada mi poca vida social.
-Tenes que practicar eso de la humildad, no te sale muy bien todavía.
-Ufa, yo pensé que ya lo tena dominado- dice y me abraza.
Como me gustaba estar entre sus brazos, me hacía sentir segura, querida. Nunca fui una chica cursi pero cuando encontras a la persona adecuada es muy importante que, a través de pequeños detalles, te demuestren amor y viceversa. Nos quedamos así un rato hasta que lo amenace con que se iba a quedar sin comer y sin sorpresa si no íbamos al supermercado. Mi novio, alias barril sin fondo, se levanto en ese momento. Nunca voy a entender donde mete todo lo que come y lo que más me asombra es como mantiene ese cuerpo, yo como una hamburguesa y ya me sale un rollo.
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Hasta Encontrarte
RomanceEs increíble como dos personas pueden conocerse en un segundo y cambiar sus vidas para siempre... Isabella Lusino es una mujer simple, un poco tímida y extremadamente sarcástica. Cole Waylen es un hombre de mundo, seductor nato y un tanto arrogante...