Fuimos al supermercado que queda cerca de su casa y empezamos a recorrerlo para ver donde estaba todo lo que necesitaba. Era algo tan simple ir a hacer las compras y sin embargo estaba disfrutando mucho el momento con Cole al lado mío, abrazados o riéndonos. La gente a veces me daba cuenta que nos miraba y ponía la típica cara de "amor joven, no saben lo que les espera" pero no podía imaginarme que la relación cambiase. Es decir, sé que hay malos momentos, discusiones, peleas pero me refiero a que nunca podría cansarme del amor que nos demostrábamos, eso no creo que fuese a cambiar nunca.
En fin, me concentro en todo lo que tengo que llevar porque no me quiero olvidar de nada. A medida que iba llenando el chango la curiosidad de él empezó a aumentar.
-Sin duda la cena va a incluir pollo por lo que veo.
-¿En serio? O sea que ¿vos decís que estas pechugas de pollo que acabo de agarrar no son en realidad unos churrascos de lomo?- bromeo sacándole la lengua.
-Veo que estas graciosa, muy bien, yo no quería decirte nada para que no te sintieras mal pero se te ve la tanga por encima del pantalón.
En seguida me toque y me mire pero no se veía nada y en ese instante escucho la carcajada de Cole. El muy idiota me había jugado una broma.
-Te odio- le digo mientras avanzo con el chango y me hago la ofendida.
-Sé que me amas, no hay vuelta atrás de ese sentimiento, aparte fue una bromita Isabella.
-Ahora por eso te vas a quedar sin el regalo que pensaba darte.
Estoy siendo mala por jugar con su curiosidad pero se lo merece, ese tipo de bromas no se le hacen a una novia.
-Sé perfectamente lo que estás haciendo porque yo hago lo mismo con vos pero no pienso caer- me dice haciendo una pausa para después agregar -aunque podría darme una pista si queres.
-Olvidate Cole Waylen, asumo que tendrás que esperar- le respondo con mi mejor sonrisa.
Una vez que agarre la crema estaba segura de que tenía todo lo que necesitábamos así que nos dirigimos a la caja a pagar. Admito que compre un par de productos más de lo que había en la lista pero se me fueron ocurriendo cosas en el momento, encima el viaje hasta el departamento fue interminable porque Cole se empeño en llevar todas las bolsas que pesaban y yo lo zamarreaba para que me diese alguna pero no hubo caso.
Cuando llegamos me ayudo a sacar todo lo que habíamos comprado de las bolsas y acto seguido lo eche de la cocina para poder concentrarme, se nos había hecho medio tarde así que me tenía que poner manos a la obra. Por supuesto mi novio se fue a jugar a la play, yo no sé qué harían los hombres en sus tiempos libres sin este pequeño artefacto electrónico.
Comencé pelando las papas y zanahorias que necesitaba para la ensalada rusa y otras papas en cuadraditos para hacerlas fritas. Una vez que puse eso en marcha agarre una de las pechugas para rellenarla con queso y panceta, la reboce y la puse en el horno. La otra pechuga la corte en pedacitos chicos y la puse en la sartén con la crema y cebolla de verdeo. Luego mezcle el queso crema que había comprado con la ciboulette que ya había cortado y derretí el queso cheddar para ponerles a las papas. Todo se iba cocinando bien y tengo que ser sincera, me estaba volviendo loca preparando todo a la vez, yo no sé cómo hacen algunas mujeres para cocinar más de una cosa al mismo tiempo.
Cuando tenía casi todo listo, fui al comedor y puse la mesa. Aproveche a encender varias velas que había comprado para que el ambiente fuese más romántico. Lo senté a Cole y le dije que cerrara los ojos, no los podía abrir y le hice prometer que no lo haría. Una vez que estuve confiada en que no lo haría, traje toda la comida que había preparado y le vende los ojos con el mismo pañuelo rojo con el que lo había llevado a ver su graffiti, aunque en ese momento no sabía que era de él.
-Este pañuelo me trae buenos recuerdos.
-Y ni te imaginas cuantos más te va a traer- le susurre cerca de su oreja lo que hizo que mi novio gruñese. -Muy bien, paso a explicarte las reglas, yo te voy a dar de comer y vos me tenes que decir que es. Son seis platos, si adivinas cinco cuando terminemos te doy tu regalo.
-Muy bien, acepto el desafío y tengo que decirte, me resulta muy sexy que me des de comer en la boca.
-Perfecto, empecemos entonces.
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Hasta Encontrarte
RomanceEs increíble como dos personas pueden conocerse en un segundo y cambiar sus vidas para siempre... Isabella Lusino es una mujer simple, un poco tímida y extremadamente sarcástica. Cole Waylen es un hombre de mundo, seductor nato y un tanto arrogante...