Capitulo 79

1K 64 2
                                    


Una vez que nos despedimos de Ale nos fuimos hasta casa caminando de la mano. Quiso sacarme información a toda costa acerca de la cena de hoy pero mis labios estaban sellados, no pensaba darle ni una pista, quería que todo fuese perfecto y secreto también. Él me cargaba a mí por ser curiosa pero en el fondo era peor que yo solo que no lo demostraba. Cuando llegamos ambos estábamos muertos de sueño así que nos fuimos directamente al dormitorio donde Cole me dio una de sus remeras para dormir más cómoda. En ese momento pensé que lo más lógico sería traerme uno de mis pijamas, o, a decir verdad si iba a vivir con él debería traer todas mis cosas y de repente me golpeo de lleno el hecho de que perdería mi independencia, debería dejar de alquilar mi mono ambiente aunque tengo unos meses más por contrato. A veces me parecía que estábamos avanzando muy rápido, es decir mi mente racionalizaba que estábamos yendo muy de prisa pero mi corazón me decía que era lo correcto así que constantemente tenía una batalla interna acerca de mis decisiones con respecto a este hombre que me volvía loca.

-¿En qué estas pensando?- me pregunta y bajo a tierra.

-En lo cómoda que es tu cama y tus sabanas, ¿son de algodón egipcio?- pregunto sacándole la lengua.

-Por supuesto, esta bestia sexual y hermosa no puede dormir en un colchón común y corriente y con una sabana cualquiera, pero en verdad quería saber que estabas pensando.

-No, no queres saberlo- dije mientras me reía.

-Si te lo pregunto por algo es Isabella.

-Bueno...- empecé a decir -a veces pienso que vamos muy rápido, es decir, solo te conozco hace dos semanas y ya estamos viviendo juntos lo cual para mí es un paso muy grande. Pensa que yo siempre me las arregle sola así que mi independencia es algo que valoro muchísimo y haberme comprometido a iniciar esta nueva etapa con vos a veces me asusta. Dicho esto, eso es lo que analiza y razona mi mente pero mi corazón me dice que es lo correcto, que te amo y no siempre uno debe regirse por las normas o tiempos impuestos por las demás personas, cada uno es diferente y cada pareja es un mundo. Por lo general, al menos una vez al día, se libra una guerra entre mi cerebro y corazón, pero ambos sabemos quién es siempre el que gana ya que estoy acostada al lado tuyo- le explico y luego lo beso.

Cole se queda pensativo después de que le dije esto, no sé si es que esta ofendido, cansado o que está pasando ahora por su mente.

-No puedo asegurarte las cosas Isabella, no sé que nos depara el futuro pero si sé que es lo que quiero y por lo que quiero luchar y se resume en una palabra: vos. Sé que hace poco que nos conocemos y no creas que yo no me siento inseguro o hasta a veces con miedo, nunca me paso algo así, de tener tantos sentimientos hacia una mujer, que me importe lo suficiente para todos los días tratar de ser un mejor hombre, no dejar de pensar en que quiero pasar todo mi tiempo con esa persona o que mi único objetivo en la vida sea cuidarla. Todo eso y más son los sentimientos que vos despertaste en mí. Así que si, nos conocemos hace poco y no, no puedo garantizarte que nunca nos vamos a pelear o como van a ser el resto de nuestras vidas, no puedo asegurarte que no vayas a extrañar tu independencia, lo único de lo que estoy seguro es de mis sentimientos, de que te amo y que jamás te lastimaría, quiero pasar el resto de mi vida con vos porque jamás conocí a nadie tan especial, tan lleno de luz. Vos tenes la habilidad para atraerme y sorprenderme como nunca la tuvo nadie. Isa, vos sos todo lo que siempre quise- dijo mientras a mí se me caían lagrimas de los ojos. -Siempre te lo digo, nunca hubiese parado hasta encontrarte y soy consciente de lo afortunado que soy de haberlo hecho tan pronto, así, de esta forma, puedo pasar el resto de los años que me queden a tu lado.

Me quede mirándolo, sin hablar y con lagrimas en los ojos. Él las seco con suma delicadeza y me miraba con sus ojos azules que rebalsaban de amor. Nunca nadie me dijo palabras tan lindas como él, nadie jamás me quiso de una forma tan incondicional, salvo mi papa. Tenía razón en que ni él ni yo podíamos predecir el futuro, no sabíamos que iba a pasar dentro de cinco minutos pero yo también estaba segura que lo amaba y quería que pasáramos nuestras vidas juntos. Desde muy chica había vivido asustada con respecto a todo hasta que él rompió todos mis muros y me llevo de la mano a un mundo lleno de incertidumbre donde me sentí libre por primera vez en mucho tiempo, porque si, las cosas podían salir tanto mal como bien, pero Cole me daba la confianza suficiente para arriesgarme a dejar la lógica que había utilizado toda mi vida y dejarme llevar por la locura que me dictaba mi corazón.

-La verdad es que me cuesta un poco admitirlo, pero tenes razón. Últimamente siempre estás en lo correcto lo cual me molesta un poco, nadie quiere un sabelotodo de pareja sabes.

-Isabella, no quiero que te sientas mal, pero siempre tuve la razón hasta cuando pensabas que la tenías vos.

En ese momento se rio y lo fulmine con la mirada lo cual hizo que se riera un poco más. Odiaba como no podía intimidarlo, era frustrante así que me hice la ofendida dando media vuelta en la cama y mirando a la pared. Estaba decidida a permanecer ofendida, o eso creí hasta que me abrazo y todas mis convicciones se hicieron añicos. Era increíble el poder que tenía sobre mí, de más está decir que la feminista que llevaba adentro no era una gran fanática de él.

-No te hagas la dura conmigo que dejas mi corazón con agujeritos.

-Y dejame adivinar, ¿no te lo podes curar?- pregunto riéndome porque estaba rememorando una canción de cuando veía Chiquititas.

-Sí, obvio, no es nada que una buena siesta no cure, pero bueno, no me gusta irme a dormir enojado, me causa acidez- dice riéndose.

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora