Hasta Encontrarte

Capitulo 30

-Cuando salí de mi casa agarre el auto de mi madre y empecé a manejar para irme lo mas lejos de ahí posible. Estaba esperando el semáforo para arrancar y mientras mandándole un mensaje a Ambar diciéndole que iba para allá. Cuando se puso en verde arranque pero unos chicos borrachos no pararon y me chocaron. El auto empezó a dar vueltas y no me acuerdo de nada la verdad, mi cerebro bloqueo lo que paso ya el hombre que llamo a emergencias me decía que gritaba que alguien me ayudara. Cuando llegue al hospital tuvieron que sacarme el bazo y mi cicatriz me atraviesa la panza porque al principio no sabían que órgano era el que sangraba, al mismo tiempo me sacaron un coágulo de sangre de la cabeza que se había producido por el golpe. Me resucitaron dos veces y tuve varios huesos rotos, tres costillas, la pelvis en tres partes y el sacro. Tuve un neumotórax y un collarín porque tres vertebras del cuello se me habían desplazado. Así que ahí estaba, sola en el hospital salvo por Ambar y su familia que me cuidaron. Me dijeron que le avisaron a mi mama pero nunca apareció. Al tiempo me dieron el alta y me fui a vivir a la casa de mi amiga. Yo estaba decidida a no dejar que nadie me arruinara la vida, así que todos los días me bancaba el dolor y caminaba más de lo que se suponía, hacia mas ejercicios de los que me decían, subía mas escalones de los que me recomendaban y en dos meses ya estaba como nueva. Y esa es toda la historia básicamente.

Él estaba en silencio y yo no me atrevía a mirarlo, me daba miedo notar lastima en su mirada, pero decidí ser fuerte y levantar los ojos. No estaba preparada para lo que vi cuando mis ojos verdes se encontraron con los suyos azules. Me miraba con amor, no con lastima, o asco ni nada por el estilo solo había amor y en ese momento Cole hablo.

-Nunca en la vida conocí a una mujer como vos. Desde el primer día que te vi algo me llamo la atención, me dio curiosidad saber cómo eras y desde ese entonces nunca pude alejarme. Siempre pensé que tenias una alma de luchadora, se nota, pero jamás pensé que habrías pasado por algo semejante y encima hacerlo sola. Sos la clase de mujer que siempre quise al lado mío, con la que me gustaría pasar el resto de mi vida. Vos hablaste de mi valor para defender a mi país pero tu valor de soportar el dolor para no dejar que nadie te venza es admirable. No tengo palabras para describir lo que siento por vos, es más fuerte que nada que haya experimentado por alguien en mi vida. Lo único que quiero es estar con vos y cuidarte. Si tu ex te veía como algo roto quiero que sepas que el que veía mal era él, vos no estás rota, estas entera de cuerpo y alma. Lo que dice tu pulsera resume todo lo que pienso y siento, no importa donde estés yo jamás me daría por vencido hasta encontrarte. Te amo Isabella.

Era demasiado para mí, me sentía desbordada por tanto amor. Nunca pensé que ese chico que me volcó el café se convertiría en el hombre de mis sueños, en la persona que siempre espere para pasar el resto de mi vida. Después de lo que me paso me daba miedo confiar en un hombre y ni hablemos de entregarme y amar a alguien pero en este momento, mirando a Cole no tengo miedo de nada, así que sin previo aviso, le salto encima, cruzo mis piernas por su cintura, rodeo con mis brazos su cuello y lo beso, haciéndole saber que quería entregarme a él en todos los sentidos. Me entendió de inmediato, en verdad siempre entendía lo que pensaba o quería cuando lo besaba así que empezamos a caminar para el hotel, yo colgada de él y besándonos. La gente nos aplaudió, tocaron bocina, nos silbaron pero a ninguno de los dos nos importaba. Llegamos a nuestra habitación, me coloco en la cama y me miro, como preguntándome si estaba segura, así que me senté y lo bese para hacerle saber que no había nada mas en el mundo que quisiera que estar con él.

Cole empezó a besarme el cuello, eran pequeños besos que luego se convirtieron en mordiscos que hacían que una electricidad recorriera mi cuerpo y, como su intención era seguir bajando, me saco la remera. Me sorprendió en ese momento no sentirme cohibida porque no tenía corpiño pero lo único que sentía era deseo, de él, de nosotros, de ser solo uno. Agarro uno de mis pechos mientras que empezó a besar el otro y yo me retorcí de placer. Empezó a jugar con mi pezón, lamiéndolo y mordiéndolo mientras que el otro me lo acariciaba con la otra mano y yo gemía, no veía la hora de tenerlo dentro mío.

-Cole, por favor- mascullo.

Él levanta la cabeza y me mira.

-Isabella planeo recorrer y venerar cada centímetro de tu cuerpo así que tengo para rato, no me interrumpas.

Y volvió a concentrarse en mí. Recorrió mi cicatriz con su dedo y después empezó a besarla mientras que con su mano derecha me desabrochaba el short. Estaba tan excitada que me ponía nerviosa que tardara tanto así que me saque el short junto con la bombacha y quise besarlo pero me agarro de las muñecas y me acostó de nuevo en la cama.

-No no, esta noche quiero escucharte gemir de placer ya que descubrí que es el sonido más sexy que escuche en mi vida.

Así que volvió a besarme la cicatriz y empezó a tocarme ahí abajo. En cuanto sus dedos rozaron mi clítoris me estremecí y cuando introdujo su índice dentro de mí perdí el control, lo necesitaba ahora, no podía soportar más esta espera.

-Cole, por favor, no aguanto más, lo necesito.

-¿Qué estarías necesitando?- me lo pregunta riendo. -No es un buen momento para interrumpir.

-A vos te necesito.

-Pero estoy encima tuyo tocando y lamiendo cada parte de tu cuerpo, ¿qué mas necesitas?- pregunta provocándome.

Estaba jugando conmigo, quería que le dijese que necesitaba que me haga suya pero sabe que soy muy tímida. A pesar de esto iba a demostrarle cuan equivocado estaba sobre mí.

-Cole Waylen quiero que me hagas el amor ahora mismo, quiero tenerte dentro de mí así que te conviene hacerme tuya ya mismo antes de que sea yo la que se suba encima tuyo y te viole.

Empezó a reírse mientras yo lo fulminaba con la mirada.

-¡Pero qué boquita señorita! Igual no se me enoje, sus deseos son ordenes. Ah y feliz cumpleaños.

Acto seguido se puso un preservativo en su miembro que, verdaderamente era grande, y me penetro. Al principio fue dulce, dándome tiempo a que me aclimate a él, a su cuerpo y después empezó a ir más rápido, besándome todo el cuerpo y comencé a volverme loca. En ese momento le lamí en la zona de la nuez de adán y soltó un gruñido así que como pude, porque cada vez me embestía más rápido e iba a acabar el cualquier momento, empecé a besarlo en el cuello y a morderle el lóbulo de la oreja. Él empezó a gruñir cada vez más fuerte y me di cuenta que yo lo estaba provocando y me sentí poderosa. Ya no podía aguantar mas así que empecé a gemir mas fuerte porque estaba llegando al orgasmo y lo único que hacía era repetir su nombre una y otra vez y, para mi sorpresa, él me decía Isa una y otra vez también, así que, gritando nuestros nombres fue como acabamos. Cole se recostó sobre mí y yo lo abrace sintiéndome plena. Cuando se levanto, me sonrió dejándome ver ese hoyuelo que me daban ganas de mordérselo (tendría que recordarlo para la próxima) y me beso para luego salir de mi e ir al baño. Cuando volvió yo seguía desnuda envuelta en las sabanas.

-Eso fue increíble.

-Me imagino que el mejor sexo de tu vida, ¿verdad?- le conteste riéndome pero me miro serio y yo no entendía por qué.

-Isabella he tenido sexo con muchas mujeres pero jamás había hecho el amor con ninguna y hacerlo con alguien que amas es la mejor experiencia que un hombre puede tener.

Creí que no podía sentirme más amada, especial y extasiada hasta que él dijo eso y supe que era el momento justo para decirle esas dos palabras que tanto quería decirle pero que en su momento me dio tanto miedo hacerlo.

-Yo también te amo y quiero que sepas que me llamaste Isa, sos consciente ¿no?

Ambos nos reímos mientras nos abrazábamos y besábamos.

-No te creas que porque ahora tenes un año más sos más sabia que yo- me dijo mientras miraba su celular y mandaba un mensaje.

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