Capitulo 17

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Bien, una vez que llegamos lo ubique enfrente del graffiti y le destape los ojos. Al principio parpadeaba acostumbrándose a la luz y viendo donde era que estábamos hasta que miro hacia delante y lo vio. Su expresión no era para nada la que me esperaba así que me sentí muy mal sabiendo que la había cagado. Por supuesto Isabella, él esperaba algo sexy o atrevido, no que lo trajeras caminando tan temprano a ver un graffiti, quise golpearme literalmente. Él no sacaba sus ojos de la pared hasta que me miro.

-¿En serio te gusta?- me pregunto en tono muy bajito, casi un susurro.

Yo lo mire un poco avergonzada porque estaba segura que esto no era para nada lo que se esperaba pero decidí explicarle porque lo había traído, era lo mínimo que podía hacer.

-¡Por supuesto que me gusta! Te traje acá porque hará unos ocho meses había quedado con Ambar de ir a cenar por acá cerca y mientras estaba caminando no sé que me llevo a levantar la vista de mi Ipad, lo vi y me quede en el lugar mirándolo. Si te acercas podes darte cuenta que está hecho por un principiante, se nota en las líneas que no siguen un trazo derecho y también en los colores, como pasa de uno a otro de forma abrupta pero cuando lo miras de lejos, cuando aprecias todo el dibujo es hermoso. Siempre que lo miro o pienso en él me hace acordar a como veo yo a las personas, si te acercas podes ver las cosas buenas y malas que tienen pero lo importante no son las cualidades de alguien por separado sino el todo, su esencia, su alma y... - Pare de hablar porque vi que me estaba mirando fijo y que de sus ojos azules se desprendía una intensidad que me atrapo. No sé cuánto tiempo nos quedamos mirándonos el uno al otro ni recuerdo mucho de cómo sucedieron las cosas pero en un momento me pareció escucharlo hablar.

-Lo pinte yo- me pareció escucharle decir y acto seguido cubrió la distancia que nos separaba y me beso.

Mi mente no podía analizar nada porque ni siquiera sabía dónde estaba ni que estaba pasando, solo podía sentir los labios de Cole sobre los míos. Nadie me había besado de esa forma en toda mi vida, había muchas sensaciones mezcladas, deseo, alegría, miedo, anhelo y no sabría describir cual era la que predominaba pero yo sentía que flotaba. Rodeé su cuello, como pude, con mis manos y lo atraje más a mí todavía si era posible. No sé qué era lo que me pasaba pero necesitaba tenerlo más cerca, sentirlo mío y él no se aparto, todo lo contrario, me atrajo con sus manos que rodeaban mi cintura. El beso paso de ser dulce a pasional en muy poco tiempo y yo solo pensaba que no quería separarme nunca, que me sentía cómoda entre sus brazos pero, maldita sea esta ciudad que de repente escuche un bocinazo y sabía que era por nosotros así que me cohibí y me separe escondiendo la cara en su pecho. Su corazón latía casi tan fuerte como el mío y se rio murmurado algo sobre lo dulce que era yo y me abrazo más fuerte. Reinaba el silencio entre nosotros hasta que decidió hablar.

-Wow, eso fue espectacular, quien lo hubiera dicho, despierto sensaciones a todas las horas del día- bromea y se empieza a reír.

Eso fue suficiente para que, con una sonrisa, me separe de él, lo golpee, ponga los ojos en blanco y empiece a caminar. Después de haber dado tres pasos sentí sus manos agarrándome por detrás y poniéndome contra la pared para que quedáramos cara a cara. Tenerlo tan cerca solo me hacia desearlo más. La descarga eléctrica que producía en todo mi cuerpo sentirlo casi pegado a mi era algo que nunca me había pasado y ni hablemos de cuando me beso, deje de sentir sensibilidad en todo el cuerpo, salvo por una área que nunca había estado más al rojo vivo que en ese momento.

-Hablando en serio, quiero que sepas que en verdad fue espectacular, tus besos son totalmente adictivos, tenes una boca que quisiera morderla y besarla todo los días todo el tiempo. Me volves completamente loco- asegura y apoya su frente contra la mía.

Instintivamente, le agarro la cara con ambas manos y lo beso nuevamente pero es un beso dulce, tierno, que no tiene una connotación sexual como el anterior sino que, de alguna forma, le muestra cierta vulnerabilidad de mi persona, le demuestro lo que estoy empezando a sentir por él pero que no me atrevo a decir.

Nos quedamos besándonos un largo rato se ve ya que cuando suena mi celular por un mensaje de texto de Ambar y veo la hora me salgo de sus brazos y empiezo a caminar rapidísimo. Él enseguida se pone a caminar a mi lado y me sujeta la mano y yo lo dejo hacerlo. Las doce cuadras las recorremos casi corriendo así que ninguno de los dos tiene tiempo de hablar de nada, aparte, creo que ambos estamos pensando en los besos que nos dimos.

Cuando llegamos a la puerta de la editorial hago un amague de soltarme de su mano pero no me deja y lo miro. Me está mirando serio con una intensidad en esos ojos que no me deja hacer otra cosa que no sea mirarlo. Una mujer nos pide permiso para entrar y logro salir de mi trance.

-No quiero que las chicas de la editorial empiecen a hacerme bulling o aun peor, que empiecen a pinchar agujas en sus muñequitas vudú con mi cara- le explico y miro a nuestras manos todavía enlazadas.

-No me hace ninguna gracia soltarte, de hecho no quiero hacerlo pero si temes por tu integridad física no lo hagas, ahora tenes un adonis para protegerte- declara mientras me suelta la mano y guiña un ojo.

Entramos a la editorial separados pero mirándonos todo el tiempo. En el ascensor no paramos de reírnos y la verdad es que hacía mucho que no me sentía así porque no sé como describirlo, son muchos sentimientos los que cruzan por mi mente pero estoy segura que el que predomina es felicidad, eso fue hasta que se abrió la puerta del ascensor y me encontré con Cinthia esperándonos. 

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora