Capitulo 62

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Cuando salimos del local me doy cuenta que es tardísimo y que teníamos muy poco tiempo para llegar a mi casa a dejar el vestido así que nos tomamos un taxi. Cuando estaba abriendo la puerta de calle un pensamiento paso por mi mente. Estaba plenamente consciente de que no teníamos tiempo y que esto haría que nos retrasáramos al menos diez minutos pero no me importo. En cuanto entramos al ascensor y empezó a subir apreté el botón de emergencias haciendo que el ascensor se pare y Cole me miro.

-Se que una vez me dijiste que era demasiado importante para vos como para hacerlo en un ascensor pero te necesito, ahora, acá- le digo mientras me acerco y lo beso.

No pudo resistirse a mí, ya conocía lo que lo excitaba y lo que le gustaba así que me alzo y me puso contra la pared. Yo me sujete con las manos de una pequeña baranda que había.

-Dios Isa, no puedo resistirme a vos.

-Entonces no lo hagas- le susurro al oído y le muerdo con fuerza el lóbulo de la oreja lo que provoca que gruña y saque un preservativo de su billetera.

-Veo que siempre estás preparado.

-Es que resulta que mi novia es una sexopata así que aprendí a llevar uno siempre que salimos.

Me rio ante el comentario mientras él se lo pone.

-Estoy muy caliente así que voy a entrarte fuerte y duro.

Después del aviso, me penetro y empezó a hacerme el amor totalmente desbocado. Al principio sentía un poco de dolor con cada embestida pero yo estaba tan excitada que no podía pararlo ni parar yo tampoco. Era algo hermoso sentir su necesidad por mí así que seguí su ritmo hasta que llegamos al clímax. Cuando me deposito en el piso pensé que me iban a fallar las piernas pero me estabilice y apreté nuevamente el 4 para llegar a mi departamento. Una vez que estábamos adentro colgué todo lo que habíamos comprado y Cole se acerca a mí y me abraza.

-¿Te gusto o te lastime? Es que estaba tan excitado, tenes un poder sobre mi increíble, al menor toque, roce o insinuación tuya mi amigo cobra vida.

-Me encanto- le aseguro. -Al principio sentí mucha intensidad pero eso me excito todavía más, así que no tenes que preocuparte.

Me miro con su sonrisa traviesa.

-Quien lo hubiese dicho, y eso que parecías tan inexperta.

-Es que tengo un muy buen maestro.

-Gracias Isabella pero no vayas diciéndolo por la calle porque no sé si podría satisfacer a todas.

-Y ¿quién estaba hablando de vos? Yo lo decía por mi vecino- digo con cara muy seria hasta que me empiezo a reír.

Mecambio poniéndome lo primero que encuentro que es un jean negro con una remerablanca a lunares, arriba un buzo negro con cuello volcado, agarro rápidamenteun bolso con un jean, una camisa, unas chatas y un blazer para dejar en lo deCole para tener una muda de ropa para el sábado por la mañana y salimoscorriendo para tomarnos un taxi y tratar de llegar lo menos tarde posible. 

Hasta EncontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora