Los gemelos Channy

162. Sufre las consecuencias

Noah

Cuando vi que esa tal Adelaine estaba molestando a Bruno, no se me ocurrió otra cosa que tirarle mi vaso de gaseosa, recién comprado. Me quedaré con las ganas de beberlo, eso si sobrevivo.

—¡Nos está siguiendo! —le digo a Bruno mientras corremos.

—¡¿Y pensabas que no lo haría?! —se queja —¡¡La conozco perfectamente como para saber que es una rencorosa!! —sigue avanzando y gritándome —¡¡Tú acabas de firmas tu acta de muerte!!

—Mínimo un gracias —hago puchero poniéndome triste.

Bufa y mira hacia al suelo.

—Vale, gracias.

Sonrío.

—De nada.

En mi distracción me tropiezo, pero me percato que no fue mi culpa cuando Bruno se detiene para ayudarme, porque que frunce el ceño al ver a alguien más.

Levanto la vista y grito.

—¡Un clon!

—No seas estúpido, es Linzy —me corrige mi amigo y luego aclara —su gemela.

—¿Tienes algún problema, Addy? —dice la rubia que está delante de nosotros, que ahora me doy cuenta que es la que me puso el pie para que me caiga.

Se me eriza la piel de los nervios cuando estamos rodeados por ambas.

Adelaine sonríe con malicia.

—Ya no, gracias a ti —saca una navaja, entonces me asusto, y con mucha razón, ya que me pone el cuchillo cerca del rostro —¿Sabes lo mucho que me costó conseguir este uniforme? —me pregunta con un cara que da miedo.

—¡¿Eh?! —grita la otra gemela —no, no, no —niega con la cabeza —con la ropa no se juega, ¡Es sagrada! —se queda pensativa —ahora que lo pienso, debo ir de compras, quiero hacerle un presente a mi nuevo amor —exclama emocionada.

—Pobre víctima —se ríe Adelaine dejando de estar enfadada —¡Ay! —Bruno aprovecha su distracción para clavarle el tenedor que desde que recuerdo, ahora tiene siempre —Tú —lo mira furiosa y él sonríe.

—Yo también puedo ser malote —expresa como niño pequeño y juega con el mini cubierto entre sus dedos.

Ella sonríe.

—Te voy a demostrar que...

—Permiso —visualizo a Dan llegar por el pasillo —necesito pasar y ustedes están en medio de mi camino.

—¿Y qué si no quiero? —se cruza de brazos.

Él sonríe.

—Sufrirás las consecuencias de tus actos.