Los gemelos Channy

37. Un maldito monstruo

Lía

Sigo a Gregor y cuando nota mi presencia se detiene. Se gira a verme con una sonrisa maliciosa y yo frunzo el ceño.

—¿Cómo es que tú...

Me interrumpe.

—Me lo acabas de confirmar, tenía mis sospechas pero ahora ya todo está claro, Noah nunca me hubiera seguido si lo hubiera llamado "Lía" —se ríe —caiste en mi trampa, Lía Channy.

Me sobresalto.

—No puede ser...

—Lo es.

Levanto los puños.

—Si le dices a Tyrone, te golpearé —amenazo.

—¿Crees qué estás en posición de amenazarme? —ladea la cabeza y luego se acerca hasta mí —deberías intentar convencerme y no lo contrario.

—¡Eres su amigo! ¡¿Por qué no se lo dirías?! —aclaro —lo único que me queda es amenazarte...

—¿Sigues pensando que soy el perrito faldero de Tyrone? —se ríe —que divertido... Bueno, siempre me has parecido entretenida —se lo piensa —pero esto ha sido ¡Wow! Pasa del límite de una marimacho.

—¡¿Te burlas de mi feminidad desgraciado?! —agito el puño —¡Me las pagarás!

—Sigue amenazando y no sólo Tyrone se va enterar de que eres Lía.

Trago saliva, me callo, cuando de repente se acerca hasta mí nuevamente retrocedo, entonces mi espalda choca contra la pared. Estoy acorralada. Me sonrojo cuando su rostro se acerca al mío.

—¿Qué intentas hacer?

—Creo qué ya entendiste la indirecta...

—¿Qué... ¡¿Qué indirecta?! —aumento la voz, nerviosa.

Se ríe.

—¿Ahora vas a escucharme?

Bufo.

—Parece qué no me queda otra... ¿Qué quieres a cambio de tu silencio? —entrecierro los ojos y él sonríe de lado —¡Deja de estar feliz! —me quejo.

—Es qué creí que era obvio —se aleja —quiero una cita —saca un cigarro y lo enciende —aunque ese solo es el comienzo.

—¡¿Qué?! —me sobresalto —¡No voy a tener una cita contigo! —me quejo —¡¿Por qué iba a tener una cita contigo?!

—Bueno... Si no quieres... —se gira —iré a contarle a Tyrone, creo que estaba por aquí...

—¡No! —lo agarro de la chaqueta —¡Lo haré, lo haré! —repito —maldito monstruo, aprovechándose de las debilidades de las personas —lo agredo cuando me mira —¡Nunca nadie me había amenazado así, nunca! —lo señalo —me las tendrás que pagar.

—Para todo hay una primera vez —sonrie con malicia y luego se ríe —pero no te preocupes, yo pagaré la entrada del cine, para que veas que soy un caballero.

—¡No me refería a eso! —me tiro de los pelos y veo que se voltea nuevamente, pero me mira un segundo.

—Ah y por cierto, vístete bonito, ya sabes, faldas y esas cosas, no queremos que piensen que salgo con Noah —se ríe y se va de allí triunfante.

Es un monstruo... ¡¿Ahora como safo de esto?! ¡Ni siquiera lo puedo golpear!

Que humillación... ¡Maldita seas, Gregor! Eso ha sido muy denigrante, debo averiguar con deshacerme de él y pronto.