212. "Claustrofobica" (1/2)

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Adelaine

El día es precioso, no recuerdo la última vez que me sentí tan viva. Como dice Emma "al natural". Es como renacer, eso parece la felicidad.

Vamos caminando alegres, nos reímos y sin darme cuenta, ya estábamos tomados de las manos y de igual forma no la solté.

Toco una y otra vez el colgante, sólo cuando regreso nuevamente a la realidad por unos segundos ¿estoy yendo en serio? Esa inseguridad es la que me acompleja. Ir en serio en una relación me atemoriza, me recuerda lo que pasó con Jonah, cuando lo perdí. No sé si soy capaz de algo como esto, no quiero involucrar mis sentimientos, pero creo que sin querer ya lo hice.

No quiero sufrir otra vez.

—¿Adde? —me sobresalto cuando me llama.

—¿Eh? —exclamo distraída.

Sonrío.

—¿En que piensas?

—En Jonah —expreso sincera.

—Oh, ¿En lo que dijo tu hermana?

Frunzo el ceño.

—Linzy es una metida y dice cosas que no son verdad.

—Lo note.

Me río.

—¿Tu detector de mentirosos?

Se pone serio.

—No, mi detector de malas personas —hace una mueca —. Sin ofender, pero es que no me cae bien.

Levanto una ceja.

—¿Es el apocalipsis? No puedo creer que alguien no te caiga bien ¿Es por qué te golpeó?

—No, es porque te hizo llorar.

Me sobresalto.

—Eso no es cierto.

Levanta los dedos.

—Al menos estando yo presente, ya dos veces ¿Quién sabe cuando hubo otras?

—No sé de cuando hablas —niego con la cabeza —. Alucinas.

—Cuando saliste hoy de la casa y cuando te encerró en el almacén de la escuela.

Me detengo cuando oigo lo último, entonces le suelto la mano, así que nos detenemos y se gira a mirarme.

—¿Cómo sabes eso? —frunzo el ceño.

Sonríe.

—Bruno estaba irritado porque te ibas ser la pareja de Tyrone en esa cena, se notaba a leguas. Y sabés lo obsesionado que es por su hombre, se bajó el orgullo y le pregunto a Noah qué pasó, ¡Y magia! —mueve las manos —. No fuiste, fue Linzy ¿Qué casualidad no? Más casual es que ella dijera que recibiste tu karma. Hagamos cuenta —mueve los dedos —uno más uno, Linzy uso tu claustrofobia en tu contra —frunce el ceño —. Aunque lo que más me irrita es... ¿Si ya lo ha hecho antes?

Bajo la vista.

—No es tu problema, y no voy a hablar de esto contigo ¿Sabes qué? —me giro —me voy —. Me detiene agarrándome del brazo y da la vuelta.

—No me has dado una respuesta, eso solo quiere decir que estoy en lo correcto.

—No te metas —trago saliva.

—¿Por qué?

—Porque conozco esta historia, ya hubo alguien que intento ayudar y no salió muy bien.

—Jonah.

—Sí, así que olvídate del asunto.

—Vale, sólo por ahora porque se destruyó todo el ambiente —hace puchero de una manera graciosa, lo que me produce una sonrisa —ah, ya lo mejore —ríe.

—¿Cómo lo haces?

—¿Dicen que la felicidad es contagiosa? —me ofrece su mano y se la acepto.

Seguimos caminando alegres hasta su casa.

Los gemelos ChannyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora