Los gemelos Channy

143. Nunca se arreglan

Lía

Adiós mundo cruel, parece que voy a morir por culpa de un gato y no hablo de animalito adorable pero independiente. Hablo del zángano de Tyrone que se cree dueño del mundo, pero de una manera más compleja ¿Por qué?

¡Voy a caer por una ventana!

—¡Sueltame o te caerá todo el peso de la ley! —amenazo y sigo forcejeando con sus manos en mi cuello, hasta pataleo pero no hay forma de salir de aquí. Ni me escucha, lo hice enfadar feo —¡¿No tenías otras cosas que hacer?! Mejor ve y arregla las cosas con Bruno —le aclaro —¡Ese era el plan! ¡Ay! —chillo cuando mi cabeza se inclina hacia abajo.

—¿Copito? —frunce el ceño pensativo y mira hacia una dirección —no puede ser... —se percata de algo —me engaño —se separa de mí y mis zapatillas tocan el suelo.

¡Uf! Eso estuvo peligroso.

Me alejo de la ventana lentamente y veo como se retira para el lado donde estaba observando.

—Maldito gato loco —giro en dirección contraria —¿A dónde habrá decidido ir Gregor con Dan? —doy la vuelta en un pasillo y me dirijo a clases —no importa, después lo sabré.

Horas después, regreso a casa, me cambio y al entrar frunzo el ceño, visualizando al castaño fastidioso.

—¡¡¿Pero qué haces aquí?!! —señalo a Dan ya gritando con todas mis fuerzas.

Muerde una galleta, la mastica, entonces espero a que la trague, mientras me titila el ojo, recién después sonríe y al final me responde.

—Gregor se enojó como siempre por algo que le dije y termine viniendo aquí, además —Agarra otra galleta del frasco de vidrio que tiene en la mano —tu madre me adora —se ríe y luego mastica otra galleta.

—¡Te voy a matar! —levanto los puños —¿Él sabe que estás aquí?

—No —mastica y traga —¡Que rico está esto! ¿Las hace tu mamá?

—Pues claro... —reacciono —¡Ese no es el punto, y deja de comerte mi comida! —me quejo.

—Si fueras un poco más femenina, refinada y lo pidieras por favor quizás... —se lo piensa y luego ríe —no mentira, a mi nadie me convence con nada, a menos que sea para cumplir mis planes de diversión.

Levanto una ceja, molesta.

—Tu forma de diversión es muy absurda y no tiene sentido, al menos Bruno tiene un objetivo ¿Tú qué tienes? ¿burlas? No lo veo productivo.

—Todo depende como se vea, como por ejemplo... ¿Ya resolviste el asunto con Gregor? Aún no le has dicho que pasó con Tyrone —camina y apoya el frasco en la mesa —y si se rompe... ¿Cómo se arregla? Hay cosas que nunca se arreglan, incluso aunque las intentes reconstruir, parte por parte.

—¿Es acaso una metáfora? No rompas eso —le aclaro pero lo golpea y se cae destruyendose en mil pedazos que se desparraman por el suelo —¡¿Eres estúpido o que te pasa?! —le grito.

—Arreglalo y verás que no es tan sencillo —expresa seriamente.

—¡Ay! —oigo a Noah gritar cuando entra. Mira asustado todo —que miedo...

—El miedo es lo de menos —sonríe Dan y me da un escalofrío.

Maldito loco.

Mi hermano se sobresalta cuando oye el timbre detrás de él y yo me giro a ver, exclamando molesta.

—¿Y ahora qué?

Sólo espero que no sea papá volviendo del trabajo. Sí, porque mi papi siempre toca el timbre, es que dice que no le gustan las llaves. En definitiva, estamos todos chiflados.