66. La nenaza va a llorar

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Noah

Termino de arreglarme, cada vez es más facil vestirse de chica, aunque me sigo sintiendo raro. Me miro un segundo al espejo y me voy.

Mi cerebro dice Heinz...

Estoy pensando demasiado. Camino por los pasillos de la escuela cuando llego y me paro delante del aula, giro a ver a la ventana.

—Un primer piso, siempre es una buena vista...

Cuando oigo esa voz se me eriza la piel, voy a morir. Trago saliva y no dejo mirar al frente.

—¿No vas a contestar, Lía Channy? —dice Tyrone acercándose.

—Sí, es muy buena vista...

—Demasiada —se queda parado a mi lado.

No sé por qué, pero siento que él no habla de la ventana.

—La profesora no llegó, volveré más tarde —me giro y me agarra de la mano.

Que miedo, debí haber corrido.

—Estamos hablando —expresa en un tono molesto.

—¿Ah sí? —muevo mi vista a ver sus ojos grises y me está observando raro.

¿Sospechará algo? No quiero morir...

—¿No sabes distinguir una conversación? —sonríe y toca mis dedos.

Su actitud me está dando escalofríos, algo trama. Tengo que huir de alguna forma.

—No sé de qué estamos hablando, por eso...

—Hablamos de ti —me agarra la barbilla, levantandome el rostro y se acerca a centímetros de mi cara, entonces me sobresalto —no te asustes —luego agrega —aún... —se ríe.

Corre en 3... 2... 1...

—¡Sálvese quién pueda! —grito.

Lo empujo, me giro e intento huir, pero como siempre, él es más rápido y logra atraparme.

Me abraza por detrás y se acerca a mi oreja, para susurrar en mi oído.

—Eres tú...

Me paralizo ¡Lo sabe!

—No... No sé de qué hablas...

Me agarra del brazo y me empuja contra la pared.

—Deja de mentir, Noah —aprisiona mis manos y frunce el ceño —tu hermanita y tú, jugaron sucio y ahora me la van a pagar.

Tiemblo.

—No... No te metas con Lía...

Sonríe.

—¿Y dónde crees que está ahora?

—No te lo diré...

—Ay ingenuo, Noah —niega con la cabeza —Lía no está con su amiga, el mensaje lo envié yo.

—¿Qué? —me sorprendo.

—Lo qué oíste, Lía se encuentra en mi casa en este momento.

—¿Por qué...? —digo angustiado —¿Qué quieres?

—Venganza, se burlaron de mi todo este tiempo y me las van a pagar, ya no seré amable, nenaza.

Nunca ha sido amable... Pero no digo eso porque sino me golpeará, que miedo.

—Sueltame... —pido mientras mis ojos se humedecen.

—Oh, la nenaza va a llorar... —se burla —pobrecito... —me mira de arriba abajo y se muerde el labio inferior —que desperdicio... —se acerca a mi boca e intento mover mi cara, así que suelta una de mis manos para sostener mi rostro —quedate quieto —ordena.

Cierro con fuerza mis ojos cuando une nuestras bocas y forcejeo por un poco de aire.

No... ¿Por qué me está besando? Que se aleje...

De repente se separa de mí, aunque no por voluntad propia, Heinz aparece agarrandolo de la remera y le da un puñetazo.

Irradia ira.

—Te mataré.

Los gemelos ChannyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora