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Esa noche mientras Camila dormía, Emmanuel se le quedaba mirando preguntándose qué iba a ser de Camila, ella se merecía lo mejor pero se sentía mal por no poder corresponder a su amor.

Al día siguiente la primera el levantarse fue Camila.

-Siempre pasa lo mismo, nunca acabo de ver una película- decía mientras soltaba una risa y después su vista fue hacía Emmanuel- Eres tan hermoso, pero porque de pronto eres otro- Pensaba que era producto del trabajo que lo dejaba agotado y no debía preocuparse, él la amaba y nada ni nadie los iba a separar, saliendo de la cama se dirigió cambiarse.

Mientras se dirigía al despacho recordó que tenía una llamada importante que hacer, Agatha.

-Buenos Días.

-¡Buenos Días!- gritó Camila mientras miraba por la ventana y sonreía a un nuevo día.

Agatha desde el otro lado del teléfono sintió tristeza y con ganas de gritar, no se sentía bien hablando con ella.

-¿Cómo estás?

-Bien, pero me acabo de levantar y me acordé que debía llamarte y hablar contigo muy seriamente señorita.

-¿Qué pasó?- Agatha se levantó de la silla y comenzó a caminar nerviosa, no sabía que iba a decir.

-Nada tranquila, pero te necesito y no acepto un no por respuesta.

-Dime en que te puedo servir.

-Sucede que no sé si Emmanuel te comento que en tres días es la obra en la fundación y te necesito allá.

Agatha en ese momento pensó en rechazar pero no, sabía que debería ir para no levantar sospechas o que hablaran de ella.

-Debes acuerdo, iré. Me encantaría llevar algo para los niños.

-¡Yo sabía! Sabes Emmanuel estaba necio que no ibas a ir y claro yo le dije que si no querías te iba a convencer y no te preocupes - Camila que estaba en el despacho abrió su laptop y miró los correos.

-Buenos no fue difícil convencerme- Soltó una pequeña risa nerviosa.

- ¡Si! Bueno te espero en la fundación y desde ahorita eres y ya eras señorita mi mejor amiga, compartimos a Emmanuel - Soltó una carcajada- Ya sé que es tu mejor amigo pero yo también lo soy-

Agatha no supo que decir, fue como escuchar su sentencia.

-Buenos te dejo Camila, debo limpiar ya sabes.

-Sí, te cuidas mucho y nos vemos, besos.

Al momento de cortar Agatha pensaba que debería hablar con Emmanuel urgentemente.

Camila por su parte miraba los correos y en eso su mirada captó un correo en particular, cuando lo iba abrir Emmanuel que en eso bajaba las escaleras la llamó.

-¡Camila!

-Ya voy- bajo la pantalla de su laptop sin saber que al abrir ese correo su destino cambiaría.

Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora