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Dando la bienvenida a un nuevo día, Camila y Leonardo retomaban sus trabajos. Después de salir de aquella habitación se prometieron amor eterno, saliendo del hotel decidieron irse a la casa de Camila a descansar y estar más tiempo juntos. Al día siguiente cuando cada uno se preparaba para el trabajo platicaron que durante la cena hablarían sobre los temas que aún seguían pendientes.

-Me voy hermosa. – le decía Leonardo a Camila afuera de donde vivía.

-De acuerdo, mi amor.

-En la noche seguimos platicando, ya me hablas o me mandas un mensaje si quieres que hable yo con el abogado o tú, ¿De acuerdo?

-Perfecto, amor.

-Me voy porque aún tengo que ir a cambiarme y extrañarte todo el día – acercándose a Camila y besando sus labios.

-Ya vete, yo te voy a extrañar más, hablamos de rato.

-Te amo y te amo.

-Yo más.

Despidiéndose con un beso en los labios, Leonardo subió a la camioneta y tomo camino a su departamento para alistarse y partir a su empresa.

-Buenos días, Oscar – bajando de la camioneta y saludando de mano al señor de seguridad, Leonardo le entregaba un café ya que había pasado a la cafetería a comprar varios

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-Buenos días, Oscar – bajando de la camioneta y saludando de mano al señor de seguridad, Leonardo le entregaba un café ya que había pasado a la cafetería a comprar varios.

-Buenos días, gracias por el café señor Leonardo, ya se le extrañaba por aquí.

-Ya volví y ahora si todos vamos a trabajar duro – le respondió con una sonrisa y encaminándose al elevador.

-Señor, antes que se me olvide y una disculpa por no decirle antes pero se acuerda lo que le paso a su coche, tengo el video de quien fue.

-Perfecto, cuando tengas un tiempo libre sube a mi oficina y me muestras el video.

-Está bien, que tenga un buen regreso.

-Gracias.

Entrando a su espacio, se acercó a su secretaria que en ese momento no estaba pero viendo que se encontraba su bolsa y varias notas dejo un vaso de café y se fue directo a su oficina, entrando en ella dejo el portafolio y el café en su escritorio. Solo esperaba que por esa puerta entrara su secretaria, sin esperar mucho la puerta se abrió y una sorprendida secretaria entraba.

-Señor Leonardo, que gusto que ya este de nuevo aquí y muchas gracias por el café – dando una pequeña sonrisa.

-De nada, ahora si vamos a entrar duro al trabajo que tengo una boda que pagar.

-¿Boda?

-Sí, me caso con Camila.

-¡Señor! ¡Que gusto me da! – gritando y aplaudiendo ante la vista de Leonardo que solo asentía y sonreía.

Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora