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Camila al escuchar eso levanto la cabeza y cuando miro a la persona que le había dicho eso, no pudo más que llorar, sentía que algo dentro de ella volvía de nuevo. Algo que ella misma había dejado.

-Me escuchaste Camila, ahora ve acá mi amor- decía Leonardo a la vez que tomaba las manos de Camila, la levantaba y la abrazaba con todas sus fuerzas – Tranquila amor, ya estoy aquí y nada ni nadie va hacer que te deje de amar ni menos que me aleje de ti aunque tú digas, está claro.

-Yo... yo no sabía qué hacer, sentía que no podía estar contigo, el accidente, sus padres, tener que ver a la persona por la que Emmanuel me dejo..., todo se me salió de control -murmuraba Camila aun abrazada a Leonardo – Lo único que quería era que tú por ningún motivo salieras lastimado quería alejarte de todo esto, quería enfrentar todo esto sola.

-Pues te equivocas amor, soy una persona muy terca y mira que no me costó nada saber dónde estabas y llegar a ti- Leonardo se separaba de Camila, la miraba a los ojos y con sus manos le retiraba las lágrimas – Nunca vuelvas a decir nada de eso, de acuerdo – al momento le agarraba la cara y le daba un beso.

-¿Camila?

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-¿Camila?

El momento lo interrumpió la mamá de Emmanuel, al ver lo que había pasado en la habitación de su hijo salió para hablar con Camila sobre él y una segunda oportunidad, su hijo se había equivocado y aunque esa mujer hubiera dicho eso, ella no era nadie. Solamente Camila.

Leonardo y Camila se separaron cuando escucharon que le hablaban y ella se puso tensa, al ver la cara de la mamá. Era de enojo total.

-Disculpa que interrumpa, pero el doctor quiere hablar con la familia y tu como su esposa debes estar a su lado – para Leonardo no paso por desapercibido lo último que dijo, hasta juraba que lo había dicho para que él supiera que ella estaba casada y se alejara – ¿Me puedes acompañar, Camila?

-Buenas tardes, soy Leonardo. Soy la pareja de Camila – le decía mientras le extendía la mano pero al parecer la mamá de Emmanuel no le hizo mucho agrado la presentación. Sin más lo dejo con la mano extendida.

-Te espero en la habitación de tu esposo, Camila.

Sin más se fue pero mientras iba para la habitación pensó que por nada del mundo iba a permitir que él y la mujer llamada Agatha iban a separar a Camila y Emmanuel.

-Perdón, Leonardo... No sabía que se iba a comportar de esa manera, ella no es así, yo...

-Tranquila, yo sabía que iba actuar así, es su madre y ella quiere lo mejor para su hijo. Y eso significa una familia aunque sabe los errores que hizo su hijo.

-Pero no era la manera, deja voy con ella y le pongo un alto, igual a su esposo.

-Camila, deja que todo se calme, ellos no tienen cabeza ahorita para otro problema – le decía agarrando sus manos y dando un apretón – Mejor ve, habla con el doctor, y nada de provocar a sus papás. Ahorita seguimos platicando voy a estar en la cafetería, platicamos sobre cómo te amo, como te busque y a que personas que son ángeles les pedí la información de donde estabas. De acuerdo amor.

-De acuerdo, ahorita nos vemos... te amo demasiado- le decía Camila mirando a Leonardo.

-Yo más.

Leonardo miraba como Camila se iba hacia donde la esperaban y solo pensaba que se iban a venir muchas batallas pero juntos nada les importaba.

Leonardo miraba como Camila se iba hacia donde la esperaban y solo pensaba que se iban a venir muchas batallas pero juntos nada les importaba

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Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora