Camila sentía que todo estaba saliendo bien, Emmanuel le había otorgado el divorcio aunque aquella carta prefirió quemarla como todos sus recuerdos, ya iba a iniciar una nueva vida con la persona que amaba.
A su mente llego aquel día en que como la vida le iba a poner una segunda oportunidad en el amor, y que apareció Leonardo y nunca la dejo a pesar que trato alejarlo de su vida.
-Amor, ya estamos por llegar a la reunión – le decía Leonardo mientas buscaba donde dejar la camioneta – Esta noche a nadie se le va a olvidar.
-Así es, ya escuchaste lo que opina mi familia en especial Lita – soltando una pequeña risa le decía.
-Bueno, mi querida dama... llegamos.
-Llegamos...
-¿Qué tienes, Camila? – le pregunto Leonardo ya que la noto con lágrimas en los ojos.
-Estoy plenamente feliz, y ya vamos.
Pero antes de bajar Leonardo la tomo de la cara y la beso, tratando de recordarle que ella era su vida. Estando en la puerta esperando a que su familia abriera la puerta, les tomo por sorpresa que la persona que les abrió fue Lita.
-¡Camilita! ¡Leonardito! – le grito Lita llevándose las manos a la boca.
-Lita, ¿Cómo estas?
-Señora.
-Nada de señora Leonardo si no vamos a tener problemas, dime Lita.
-De acuerdo, Lita – sorprendiendo a Lita, Leonardo la abrazo.
-Bueno, bueno, al parecer alguien ya también ama a mi Prometido.
-Camilita, no puedes enojarte.
Después de saludarse y abrazarse, pasaron al jardín donde no imaginaron que la reunión con su familia iba a ser algo sencillo, al contrario fue toda una fiesta. Había mesas por todos lados, los focos bajaban de las ramas de los árboles en forma de esferas, bellas flores en cada mesa. Era más de lo que se imaginaban pero lo único importante era que la familia y amistades estaban ahí para compartir la noticia.
-¿Les gusta cómo quedo? – Lita los abrazaba por la cintura a los dos – Miren que yo fui la de la idea, todo quedo hermoso.
-Lita, no te hubieras molestado. Todo quedo bello, ¿verdad Leonardo?
-Así es, muchas gracias.
Bajando de las escaleras, empezaron a caminar hacia donde se encontraban todos.
-Hasta que llegaron.
-Hola, amor. Leonardo, ¿Cómo estás?
-Hermanita, hasta que llegaste.
-Deja abrazar a mi hermana. Leonardo gracia por cuidarla.
-Mírate que hermosa eres Camila, mi hijo tiene la mayor de la suerte.
-Deja la saludo mujer. Bienvenida a la familia Camila, mi hijo te ama demasiado.
Fueron algunos de los saludos que recibieron y muchos abrazos de parte de todos. Después de saludar a todos Camila camino hacia la mesa de bebidas, sentía que la garganta le pedía a gritos un poco de agua.
-¿Miren a quien tenemos aquí? A la persona que no se ha dignado a llamarme.
Camila cuando escucho la voz de esa persona, no pudo más y volteo con una enorme sonrisa.
-¡Yesenia!
-¡Camila! Ven acá y dame un abrazo – cuando Yesenia la abrazo empezó a llorar.
-No llores, Yesenia.
-Es que por mínimo que te vayas de la fundación te extraño demasiado.
-Ay, Yesenia... Pero ya mañana regreso.
-Los niños te extrañan, no están acostumbrados a que faltes.
-Mis niños hermosos.
-Y yo sin saber que hacer o decir, ni una llamada.
-Bueno, bueno, ya deja de llorar y pasemos una noche feliz.
-Me hablo tu mamá, que tenías una noticia que dar y mi presencia era importante.
-Así es, súper importante.
-Ahora que se te metió en esa cabecita.
-Ya va a saber – dando un suspiro y sonriéndole a Yesenia.
-Camila, tal vez no debería decirte esto pero es algo que me acabo de enterar.
-Dime, que es eso que me quieres decir.
-Me entere que tuvo un accidente Emmanuel, ya lo sabías.
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Ya no queda nada
Romance¿Cómo soportar una traición, una infidelidad y varias mentiras? preguntarte en qué momento sucedido y porqué? Solo dejar que el destino contesté tus preguntas.