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Camila llevaba media hora en ese restaurante donde la había citado Emmanuel, no podía creer que lo iba a ver. Recordaba cómo se había atrevido volver hablar a la fundación.

Momentos antes.

Camila y Leonardo jugaban con los niños a las escondidas en el patio donde le había propuesto matrimonio.

-Sigan jugando- soltando un suspiro y sentándose en una banca dijo Camila –Necesito tomar un poco aire.

Yesenia no sabía cómo decirle a Camila que tenía una llamada de Emmanuel, era una tonta la hubiera negado pero en ese momento no sabía que decir. Sin más pensarlo se acercó a Camila debería aprovechar que estaba separada de Leonardo y los niños.

-Cami, disculpa que interrumpa este momento pero tienes una llamada- decía Yesenia con un poco de nervios

-Quién es?

-Es mejor que vayas a tomar esa llamada, si?

-De acuerdo hermosa, gracias. Voy a tomar la llamada por el teléfono de mi oficina 

Camila entraba a su oficina pero antes de sentarse para tomar la llamada tomo una botella de agua de la mesa de la esquina, ya con botella a mano se fue a sentar a su silla.

- Buenos días.

-Camila, soy yo Emmanuel.

-Qué quieres? Tu no entiendes verdad, déjame en paz!

-Ya sabes cuál va a ser mi respuesta, necesito que nos veamos sin el imbécil claro... necesitamos hablar.

-Qué más quieres, dime con gusto voy a verte y mejor porque no invitas a Agatha.

-Camila... No quiero perder la poca paciencia que tengo, ve al restaurante que está a unas cuadras de la fundación si no quieres que en este instante vaya para allá.

-No lo puedo creer, como me pude casar estar enamorada de una persona como tú.

- Te espero y ya estás advertida.

Camila iba a responder que por ella se podía ir al infierno que no iba a ir a ninguna parte pero Emmanuel había cortado.

Sin saber que hacer se levantó y camino hasta la puerta para ver a Leonardo jugar con los niños, en este instante tomo la decisión de ir a esa cita, no iba a permitir que Emmanuel acabara con lo que tenía, no señor.

-Leonardo- le grito y el volteo le dijo a los niños que siguieran jugando mientras que él se acercó a ella.

-Qué paso, amor?

-Leonardo... Necesito salir por unas horas.

-Necesitas que te acompañe, si quieres cancelo algo que tenía que hacer y voy contigo.

-No, yo voy y regreso- Camila acercaba su cara a la de Leonardo y le daba un beso –Te amo mucho, ya deseo ser tu esposa.

-Muy pronto amor, muy pronto- él le regresaba el beso- Camila antes que te vayas necesito decirte algo, el abogado en estos días te va a llamar para que vayas a firmar y después va a ir con él para que firme, después de la junta que tuvimos puso manos a la obra sobre tu divorcio.

-De acuerdo, bueno me voy para regresar pronto.

-Camila entonces me voy yo también, paso por la empresa y en la noche voy a tu casa para dormir- soltando una pequeña risa.

-Me parece una buena idea.

Camila miraba y despedía con la mano a Leonardo que ya se iba en su coche, cuando miro que ya iba lejos regreso a su oficina a tomar su bolsa, iba a terminar de una vez por todas.

Momento actual.

-Camila, disculpa por el retraso- le dijo Emmanuel que se acercaba para darle un beso.

-Qué te pasa idiota? Aléjate, estamos aquí para acabar con esto que tienes, ya que me dejes en paz.

Emmanuel tomaba asiento en frente de ella, y colocaba los brazos en la mesa.

-Yo te dije...

-Buenas Tardes, bienvenidos- les dijo el mesero pasándole las cartas- que les puedo traer de la carta.

-Agua solamente- decía Camila sin abrir la carta

-Amor, estamos aquí para comer... Joven nos puede dar unos momentos- volteando su cara al mesero.

-Claro, en unos momentos regreso.

Cuando el mesero se retiró Emmanuel volteo su cara a Camila con enojo, pero cuando le iba a reclamar Camila le dijo.

-Jamás en tu vida vuelvas a decirme así, tú no eres nadie para mí.

-Te equivocas, aun eres mi esposa y lo vas a seguir haciendo.

-No me hagas reír, por favor..., El divorcio se está tramitando en unos días mi abogado va a ir contigo para que firmes.

-Eso nunca! Tu y yo vamos a seguir juntos entiende!

-Déjame en paz! Entiende que ya no te amo, tú me dejaste o te recuerdo- le dijo una Camila soltando lágrimas pero de enojo- Me traicionaste, me fuiste infiel y me mentiste.

-Sé que no tengo perdón... pero yo te necesito- soltando un suspiro y tratando de tomarle las manos a Camila.

-No me toques por favor... Emmanuel paso el tiempo ya no soy la misma ni tú, tienes una pareja que esta embarazada.

Emmanuel se quedó mudo, no tenía idea como se había enterado

-Camila...

-Que pensabas que no me iba a enterar, que te iba a estar esperando- le respondió Camila pasándose las manos por la cara tratando se secarse las lágrimas- Mira Emmanuel te pido algo, déjame en paz, regresa con Agatha ella te necesita, vas a ser padre.

-Pero yo quiero estar contigo, quiero que tú seas la madre, volver a lo que teníamos antes.

-Pero yo ya no... No te amo- levantándose de la silla Camila tomaba su bolsa y se encaminaba a la salida pero lo que no imagino fue que Emmanuel iba a tirar la mesa, ella volteo asustada a ver qué había ocurrido. Y escucho lo que él dijo.

-Esto no se va acabar, Camila- dijo un Emmanuel enojado- Esto acaba de empezar pero tú no vas a dejarme.

Camila volteo hacía todos lados como la poca gente que estaba en el restaurante se les quedaba mirando, vio que el mesero se acercaba a Emmanuel y opto por irse.



Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora