Ya no queda nada

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-Ya te dije que no voy a volver por un tiempo, lo que vine hacer aquí me importa mucho.
-Emmanuel, te necesito aquí..., Pronto voy a dar a luz.
-Debo cortar, hablamos después.

Emmanuel en ese momento aventaba el celular al sillón y se levantaba para tomar una copa de whisky, no podía creer que todo se vino abajo por la culpa de aquel idiota, se supone que debería hablar con Camila pedirle perdón y una nueva oportunidad pero no todo le había salido mal.

-No creas que dejaré a Camila imbécil, ella es mía para siempre.

En otra parte de la ciudad.

-Buenos días abogado, como está?
-Muy bien Leonardo, dime en qué te puedo ayudar?
-Necesito tu ayuda, pasa que mi prometida tiene problemas con su divorcio y quiero que nos ayudes en eso.
-Entonces si, cuál es el problema?
-Pasa que el imbécil, disculpa por como me expresé.
-No te preocupes, continúa con lo que decías.
-Para no hacer de largo la historia, ella firmo hace tiempo su divorcio, pero ella nunca se interesó en saber qué pasó después y ahora apareció el, le comunico que seguían casados, se supone que estaban divorciados pero no. Necesito que prepares los papeles de divorcio.
-De acuerdo, solo que necesito platicar con ella.
-Esta bien yo voy hablar con ella y después lo más pronto posible iremos a tu oficina.
-Yo estaré aquí esperando.
-Seguimos platicando, gracias.

Leonardo colgó el teléfono y volteó con su silla hacia la ventana de su oficina, pensando en lo que venía sería una batalla con él pero por Camila pasaría eso y más, ellos se iban a casar nadie ni nada los iba a separar.

-Licenciando- le dijo entrando a su oficina una de sus secretarias- La junta de mañana se va a cambiar para pasado mañana, el director de la empresa tuvo problemas y llamo para decir.
-De acuerdo, necesito que le llames a Camila y me pases la llamada.
-Si licenciado, con permiso.

En menos de 5 min Leonardo hablaba con Camila sobre el abogado, ella simplemente le dijo que estaba de acuerdo y que entre más rápido mejor.

-Te dejo amor, llegando al departamento te llamo.
-Si Leo..., Leo te amo.
-Yo más, eres mi vida Camila.
-Adios.
-Adios.

Ya todos se habían ido de la empresa, Leonardo tomo el ascensor para dirigirse hacia el estacionamiento subterráneo. Pero lo que no pudo creer fue que su carro estaba todo destrozado, los vidrios estaban rotos, las llantas ponchadas.

-Oscar!- le gritó al señor de seguridad que en ese momento se acercaba a el y se quedaba sorprendido al ver su carro.
- Qué pasó, licenciado?
-Es la misma pregunta que te hago?, Qué pasó aquí?
-No lo sé señor, nadie entró aquí y solo salieron los empleados, dejé le llamo a la policía.
-Llama a la aseguradora y a la policía.
- Con permiso.

Leonardo solo pensaba que esa obra había sido por una persona y que no se iba a detener.

Un poco lejos de donde se estaba Leonardo se encontraba Emmanuel mirando lo que pasaba.

-Esto acaba de empezar.