Epilogo

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Todos no podían creer que ahora vestían de negro, era un día muy triste para despedir mujer, hija, amiga.

-Vámonos, Leonardo... Ya no queda nada – volteo a ver la persona que le tomaba la mano y le sonreía tristemente.

 Ya no queda nada – volteo a ver la persona que le tomaba la mano y le sonreía tristemente

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Continuara.



Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora