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Las llamadas siguieron y siguieron aunque Camila le había dejado claro que no quería volver a escuchar su voz, que la dejara en paz. Eso nunca paso.

-No lo puedo creer- dijo Camila una tarde que estaba en la fundación recibiendo unos documentos, pero no podía creer que le volvía hablar Emmanuel.

-Que no puedes creer, Camila?- entraba a la oficina Leonardo con dos tazas de cafés en las manos.

Camila no podía seguirle mintiendo a Leonardo, sentía que debería contarle y que juntos como pareja solucionaran eso.

-Leonardo, necesito que te sientes y me prestes atención.

-Si, dime.

-Emmanuel ha estado llamándome y yo le cortó las llamadas- le dijo mirando a Leonardo pero sabía que había hecho bien decirle así directo, a ella no le gustaba andar sacando intermedias. Trataba de ver a través de su mirada y lo único que vio fue enojo y celos?

-Desde cuándo tiene llamándote?- agarrando su taza de café con más fuerza y frunciendo el ceño.

-Hace tiempo, desde esa vez que estábamos en la casa de mis padres, yo no sabía que era él y conteste, me dijo muchas estupideces. Le pedí que dejara de hablarme, que me dejara en paz pero no, sigue llamándome.

-Por qué no cambias tu número de celular, Camila por favor- levantándose y caminando por la oficina le dijo Leonardo.

-Disculpa si me pongo así, pero entiéndeme, que tú pareja, la persona que tú quieres amas demasiado te diga que su ex esposo la siga buscando no es algo bueno, me dan celos, no quiero que nada ni nadie te separé de mi.

-Leonardo yo te amo a ti, del amor que le tenía a Emmanuel se acabó ya no queda nada de aquel amor, voy a cambiar el número, disculpa si no te había dicho y no tomaba cartas en el asunto- le dijo Camila acercándose a él y dándole un abrazo con un beso- te amo.

En esos momentos se dejaba escuchar el celular de ella, dejaron de darse besos y se encamino Camila al celular pero al ver quien era volteo con Leonardo, el solo agarro el celular de la mano de ella y contesto.

En el otro lado de la línea estaba Emmanuel que en esos momentos se encontraba en una plaza comercial acompañando a Agatha, habían ido a comprar ropa para el bebé, ella ya contaba con varios meses de embarazo, ellos sabían que iba ser el bebé, una niña. Aunque de un tiempo para acá ya no era lo mismo con Agatha sabía que tenía que estar con ella.

-Hola, Camila- le decía Emmanuel que se había salido de la tienda dejando a Agatha adentro, el necesitaba escuchar la voz de Camila aunque ella no quería,  sentía que aun la amaba aunque varias veces trato de decirle pero lo único que le respondía era que ella le cortaba las llamadas- Cami?

-No es Camila, soy Leonardo.

-Quiero hablar con Camila- Emmanuel sentía que la boca del estómago le empezaba a hervir y no era por la comida ni nada. Era por ese tal Leonardo que le había contestado, el hombre que aquella vez de la obra de la fundación lo conoció y en esos momentos solo le molesto la mirada y la forma en que le hablaba a Camila. Aunque se había enterado por su hermana, que mantenía una relación con Camila eso no le importo

-Tú ya no vas hablar con ella, me entiendes?- en esos momentos miraba a Camila.

-Por favor, pásame a Camila, tú no eres nadie para decirle que ya no voy hablar con ella, Pásame a Camila, imbécil.

-No tienes vergüenza idiota, tienes una pareja, dejaste a Camila..., Ya no tienes por qué hablarle me entiendes? y no me gusta que le hables porque soy su pareja, soy la persona que la ama. Llegas a comunicarte con ella y no me voy a detener, te advierto.

Emmanuel no supo que decir porque solo sentía no solo era la boca del estómago estaba hirviendo si no todo el, Eran los celos.

-Pobre imbécil, solo te diré algo y que te quede claro..., Yo le voy a seguir hablando a Camila porque se me da la gana y dile que a la próxima me conteste ella, no el idiota que se cree el amor de su vida- si más corto la llamada llevándose las manos al cabello- Estas equivocado Leonardo si crees que tu amenaza me va a detener.

-Camila, cambia ya este número, ya!

-Tranquilo Leonardo, vamos de una vez..., No lo puedo creer, para que me sigue buscando el me dejo se fue con su Agatha, me pidió el divorcio. Le di todo le firme el divorcio, se supone que estamos divorciados, tiene libertad y ahora me busca.- empezaba a soltar pequeñas lagrimas

-No amor, no llores, él ya sabe que tienes a una persona que te ama y no te va a dejar nunca- la atrajo a él y la abrazo- Te amo demasiado.

Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora