Ya no queda nada

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Los dos tomaron caminos separados después, Leonardo se iba acercando a la habitación de Camila y abriendo un poco la puerta escucho a la madre de Camila hablar con su esposo.

-Necesito que hables con él, debe entender que no puede volver a repetirse lo que hizo y que debe irse ya.

-Ahorita voy hablar con él y volverle a repetir lo que le dije cuando llego.

-Te lo pido, ella no puede verlo de nuevo.

-¿Quién debe irse, madre? – pregunto Leonardo una vez que entro a la habitación – disculpen pero alcance a escuchar la conversación.

-No hijo, no es nada... algo de mi esposo y mío.

-De acuerdo – le respondía no muy seguro con su respuesta – venía a decirle que tomo su palabra, Lía también...

-¿Lía se encuentra aquí?

-Sí, es la amiga de Camila y está al pendiente.

-No la esperaba a ella – se respondió la mama de Camila.

-Como le decía, venía a decirle que iré a bañarme y cambiarme de ropa, no tardo nada, solo iré a eso voy si por favor despierta llámenme aquí voy a estar de inmediato.

-Tranquilo hijo, ve hacer eso y cuando estés aquí puedes estar todo el tiempo con ella.

-Muchas gracias, antes de irme de pueden dar unos momentos con ella – les pidió a los padres que dijeron que si y salieron de la habitación.

-princesa, despierta ya amor, a quiero ver esos ojos de los que estoy enamorado, iré a bañarme y cambiarme para que cuando despierte veas a otro Leonardo y no a este, no tardo nada y ahora si no me iré de tu lado aunque venga un ejército de doctores y enfermeras, te amo demasiado, eres el amor de mi vida – se agacho y le dio un pequeño beso en los labios – te amo.

Saliendo de la habitación se encontraba la madre de Camila hablando por celular, haciendo señas y acercándose para despedirse se retiró.

-Ahora regreso, no tardo – le dijo a Lía antes de retirarse.

-Sí, no te preocupes... amor, ella estará bien cuidada – le contesto cuando miro que se subía a su camioneta.