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Emmanuel salía del hospital con la vista perdida y pasándose una de las manos por la cara, no sabía que pensar o decir sobre lo que le acababa de decir Agatha. Él había ido para saber de ella, sobre su hijo y para hablar sobre que ya no podían estar juntos que él se iba a ocupar de su hijo pero que a ella ya no la quería, que siempre fue Camila su amor y lo que ellos habían tenido era del pasado.

Pero no tenía cabeza en esos momentos para saber qué hacer, por una parte estaba la noticia, por otro lado volver con Camila

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Pero no tenía cabeza en esos momentos para saber qué hacer, por una parte estaba la noticia, por otro lado volver con Camila.

Mejor subió al carro y agarraba camino para la casa de Agatha. Mientras iba en la carretera pensó en llamar a Camila, la necesitaba así que saco su celular del pantalón pero cuando lo estaba sacando se le cayó, el trataba de agarrarlo y tomarlo pero noto que estaba muy abajo así que se agacho más. Cuando regreso la vista al frente venia directo a él un carro.

Lo último en que pensó fue en Camila.

Días después...

En la oficina de la empresa de Leonardo se encontraba Camila y el junto con el abogado.

En la oficina de la empresa de Leonardo se encontraba Camila y el junto con el abogado

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-De acuerdo, Camila. Necesito que firmes estos documentos, es lo último- le decía el abogado mientras le pasaba los documentos.

-Abogado y si el no firma?... – mientras tomaba los documentos y agarraba la pluma que le extendía Leonardo.

-No te preocupes, tú vas a tener ese divorcio.

-De acuerdo aquí vamos.- en esos momentos firmaba cada documento y por último se los regresaba.

-Bueno es todo, yo me estaré comunicando contigo para seguir con esto- dijo y en ese momento se levantaban los tres y se despedían

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-Bueno es todo, yo me estaré comunicando contigo para seguir con esto- dijo y en ese momento se levantaban los tres y se despedían.

-Listo amor, ya un pendiente menos- murmuraba Leonardo mientras la miraba.

-Sí, ya después de ese encuentro no quiero saber más de él.

-Por cierto, ¿Ya no ha tratado de comunicarse contigo, verdad?

-No y mejor no hablemos de él.

-Muy cierto, mejor vamos hablar que usted dama tiene una boda que organizar.

-Es cierto..., Dígame usted señor hermoso, ¿para cuándo quiere usted la boda?- le decía Camila mientras lo abrazaba por el cuello y le daba besos por la cara.

-Muy buena pregunta, aquí va la respuesta... acércate- le tomaba con sus manos su cara y al oído le decía- Lo más pronto posible, un mes te doy.

Camila solo volteo su cara a él y soltaba una pequeña risa.

-Creo que ya conoces a mis hermanas y mi mamá, amor.

-Sí, las conozco y por eso las voy a obligar a que esta boda este lo más pronto posible. No quiero perder más el tiempo, te necesito conmigo.

-Yo igual, mi amor hermoso.

-Mamá, te necesito en mi casa y lleva a mis dos hermanas- le decía Camila a su mama mientras iba conduciendo para su casa.

-Hija...

-Mamá te ocupo, te necesito, no me puedes decir que no.

-Camila déjame hablar.

-Es un platica larga- le contesto riéndose, ella ya conocía a su mamá con sus historias.

-Hija, necesito que vengas a la casa.

-Voy para mi casa, te estoy diciendo mamá preciosa.

-Emmanuel tuvo un accidente, su familia está aquí y te necesitan.

Camila freno de golpe y dejo caer el teléfono al escuchar esa noticia.


Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora