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-Agatha.

Fue lo único que dijo Camila cuando entro a la habitación por completo, estaba enfrente de ella y de la mamá de Emmanuel.

-Hija, lo siento... No sabía que ella iba a estar aquí. Pero ahora mismo se va a ir.

-Ustedes no me pueden pedir que me vaya, desde ahorita les digo..., No me voy a ir y no dejare a Emmanuel- decía Agatha con su mirada directa a Camila.

-Me da muy poco lo que quieras, ella es su esposa y tú no eres nadie, ¡Vete!

-Señora la respeto por ser la mamá de la persona que amo, le vuelvo a repetir. No me voy a ir.

-Eres una...

Camila miraba la escena y pensaba que ella no debería presenciar eso, ella desde que había encontrado a Leonardo nadie más existía para ella pero al recordar a Leonardo sus ojos le picaban. Recordaba como lo había dejado, pero viendo la escena tenía que actuar porque la mamá no podía hablarle así a la que era la pareja de Emmanuel, debería respetar que ella tenía algo con y el aparte que ella ya no quería nada. No quería darle esperanzas.

-Le pido por favor que no le falte al respeto a Agatha.

Las dos voltearon a verla sin poder creer que ella había dicho eso.

-Ella tiene todo el derecho de estar aquí, yo solo estoy aquí como..., la ex pareja de él. No tienes que preocuparte Agatha, entiendo que por tu estado no puedes hacer enojos o estresarte, yo voy a estar afuera, esperando al doctor.

-Camila, no deberías irte. Tú debes estar a su lado, él te necesita.

Agatha solo miraba a Camila y Camila miraba a la mamá de Emmanuel sin saber que decirle, ya no podía era lo único que decía en su mente, quería salir y hablar con la persona que amaba, Leonardo.

-Buenas tardes, soy el doctor Matías.

El papá de Emmanuel y el doctor se quedaron sin palabras al ver a las tres mujeres en un estado de pelea, el primero que hablo después que el doctor se presento fue el papá.

-Doctor le presento a la esposa de mi hijo, La señora Camila.

-Buenas tardes, señora Camila- le decía el doctor a la vez que le extendía su mano para saludar

-Buenas tardes, doctor Matías- le contesto al doctor tomando su mano. Pero a la vez con voz seria y mirada, no le gustaba nada la forma en que la había presentado el papá de Emmanuel.

-Bueno principalmente en la habitación no debe estar tanta gente, solo una persona se debe quedar. Los demás deben estar en la sala de espera. Y segundo usted creo que debe estar en su cuarto, esta delicada. ¿Quién le dio permiso que ya se podía levantar? Debe regresar a su habitación.

-Doctor no me puede separar de la persona que amo, usted debe entender. El me necesita.

El doctor no supo que decir, sentía que estaba en una novela. Miraba a la familia y sabía qué lugar tenía la paciente, la mujer. La mamá estaba a lado de su hijo, el padre a su lado guardando silencio y la esposa de brazos cruzados en frente de la cama.

-Vuelva a su habitación, más adelante podrá venir, solo que así no.

-¿Pero, doctor?

El doctor salió y le pidió a una enfermera que pasaba por el pasillo que se llevara a la paciente a su habitación.

-De acuerdo me voy... Pero , por favor doctor, ¿Me podría dar noticias cuando por mi habitación o que la enfermera me diga?

-De acuerdo.

Agatha le pidió a la enfermera que la acercara a la cama de Emmanuel, cuando estaba enfrente de él, le tomo su mano y se la beso, en su mente decía que iba a volver y que lo amaba mucho. Sentía un dolor inmenso por no poder estar con él en esos momentos, en los que se necesitaban, cuando ella lo necesitaba más que nuca. Se despidió y dejo que la enfermera se la llevara.

Cuando se la estaba llevando la enfermera, Camila la detuvo.

-Agatha yo misma te estaré llevando noticias como está el, yo sé que tú tienes más derecho a estar aquí- le decía con la vista en ella y con voz seria.

Agatha no sabía que decir y solo movió la mano para que se la llevara.

-Hija, tu eres su esposa, ella no cuenta nada aquí y te pido que eso que le acabas de decir a esa mujer fuera una broma.

-Esa mujer que se acaba de ir es la mujer que su hijo quiere, por la cual su hijo me dejo, ella tiene que estar aquí, yo no. El me dejo me fue infiel, me traiciono. Si me disculpan voy un momento afuera.

-Hija... - le decía el padre a la vez que quería retenerla en la habitación pero ella solo le dio una mirada que la dejara en paz.

Dejando a dentro de la habitación a los papás de Emmanuel y al doctor, se alejó y dirigiéndose hacia la salida hacia donde quería correr en una pared se detuvo y se dejó caer poco a poco hasta llegar al piso, doblar sus rodillas y colocando su frente en ellas, las lágrimas que desde hace rato querían salir, empezaron a caer.

-No puedo, no puedo- repetía una y otra vez

Hasta que sintió que alguien estaba enfrente de ella, pensaba que tal vez era los papás de Emmanuel.

-Por favor déjenme sola, necesito estar sola.

-No te voy a dejar sola y aunque me digas que te olvide o te deje nunca, entiendes nunca más. Mi amor.



Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora