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Lía arrastro a un Leonardo que no le quitaba la vista a Emmanuel que volvió a sentarse. Emmanuel al sentir que su celular le vibraba dentro de su pantalón, lo saco para ver quien lo llamaba y efectivamente como lo sospechaba era su madre.

-Hola, madre.

-Te exijo en este instante que te retires de ese hospital y no vuelvas.

-Madre, no me iré hasta que Camila salga de aquí o pueda verla con mis propios ojos que está bien.

-No entiendes tú verdad, ¡ella ya no es nada tuyo! ¡Es una mala mujer!

-¡Usted no le vuelva a decir así! Le pido que la respete.

Respeto a esa mujer, te recuerdo que cuando estuviste en el hospital ella se paseaba con ese hombre, sonrisas por aquí sonrisas por allá, lo que quería ella era que tu no le estorbaras.

-Hace no mucho ella era de su familia y usted la quería.

-Pues ya ves que vueltas da la vida y como madre te quiero y no quiero que tu recuperación se complique.

-Mama la tengo que dejar.

-Te vuelvo a repetir, si no quieres que vaya y vaya hacer un escándalo es mejor que te retires de... ¿Bueno? – la madre de Emmanuel esperaba una respuesta pero lo único que recibió fue que su hijo había cortado la llamada.

Emmanuel al momento que miro a la madre de Camila salir en compañía de una enfermera no perdió tiempo y corto la llamada a su madre para ir a ver a Camila, cuando se fue acercando a la puerta miro a todos lados, tomando un suspiro abrió la puerta.

Ahí estaba la persona que aun amaba, que a pesar de todo la amaba, miro a Camila y se acercó a la silla para sentarse, estar al lado de ella, tomo su mano con delicadeza como si en su mano estuviera lo más delicado del mundo.

-Camila, soy yo Emmanuel – le decía mientras acariciaba su manos y le daba un beso en ella – Soy yo y no me iré de aquí hasta que tu salgas, no sabes cómo me sentí cuando me avisaron que tú estabas aquí, prefería pasar yo esto que tú, mi mundo se detuvo y decidí venir a estar contigo, espero que cuando salgas tu y yo podamos hablar para tratar de...

No termino de hablar ya que se abrió la puerta dándole paso a la madre de Camila que regresaba de recepción.

-¿Tu qué haces aquí? Y te exijo que sueltes a mi hija – le decía mientras lo miraba como dejaba la mano de Camila – tu no deberías estar aquí, se te olvida que ella está comprometida con Leonardo, su pareja.

-Señora, por favor déjeme estar aquí con ella un poco más.

-No puedo creer que me pidas eso.

-Se lo imploro, déjeme estar un poco más con ella.

-No y salte antes que le hable a los de seguridad.

-De acuerdo me iré pero no del hospital aquí estaré,

-No me importa.

Emmanuel sin más que decir se levantó y se acercó a la madre de Camila y en voz baja y amenazante le dijo.

-Aun amo a Camila y usted ni el inútil y cabron que tiene por pareja me van a impedir eso – le dijo para después dirigirse a la salida.

-Leo, debe ir a descansar, ahorita está su mamá, estoy yo y no debe tardar toda su familia – le aconsejaba a Leonardo ya que lo miro con ojeras y un poco desmejorado – Yo me quedo con mi amiga.

-Gracias Lía, pero como le dije a todos, no me iré de aquí.

-Pero entiende tu que Camila en cualquier momento despierta y no creo que le guste este Leonardo que estoy mirando – le decía mientras le pasaba su mano por sus mejillas – hazme caso, ve mínimo a darte un baño y cambiarte de ropa, comer y de más.

-Pero...

-Hazme caso y tranquilo.

-Creo que iré a darme ese baño y estar un poco más presentable, la madre de Camila ya me había recomendado.

-Ves, vamos, te acompaño a la salida.

-Sí, solo iré con la madre de Camila y tomar unas cosas de la habitación.

-De acuerdo, yo te estaré esperando en la salida.



Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora