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Mientras Camila salía a su encuentro, Emmanuel se dirigía a la cocina a preparar el desayuno, aunque ellos podían contratar personas para que los ayudarán, no querían porque decían que ellos podían hacer las cosas.

-Camila, el día de hoy voy a llegar tarde para que no te preocupes- dijo mientras encendía la estufa- Es una cena muy importante creo que te había comentado, como quiera vas a ir a la fundación, debes preparar todo porque falta menos para la obra.

Emmanuel agarraba tostadas y las colocaba en los platos.

Camila solo lo miraba y se preguntaba con quién iba a ser la cena, pero para no involucrarse solo dijo que sí.

-Sí, está bien... Aún que debería decirte algo que te va a dar gusto, yo estoy contenta- Camila acercaba las verduras y el sartén que iba a necesitar para hacer el desayuno.

-¡Agatha va a ir a la obra! No es emocionante, yo la convencí.

Se escuchó un estruendo en la cocina. Camila volteo rápido para ver qué había sucedido y para su sorpresa fue lo que había tirado Emmanuel.

-¿Emmanuel, qué te pasa?

-Nada Camila, solo que me sorprendió que va a ir ya que ella tiene mucho trabajo y como casi no la veo- él sabía que no debería hacer movimientos o algo en falso.

Camila solo se quedó mirando y preguntándose porque se había puesto nervioso pero lo paso por alto.

Ellos terminaron de desayunar y se preparaban para partir a sus deberes.

-¡Adiós mi amor, hermoso!- abriendo la puerta de carro- seguimos hablando y si llegas temprano o cambio de planes me avisas amor.

-Sí, Camila- le contesto Emmanuel pero con más atención al celular, que le llegaba un mensaje de Agatha, en ese mensaje ella le decía que necesitaban hablar y que era importante.

-Emmanuel, aún no te vas y ya con el celular- soltó una risa

-¡Nos vemos Camila!

Y se subió al carro sin despedirse, las llantas del carro rechinaron al salir de la cochera.

Camila ya miraba esos detalles y los iba guardando. Pero en ese momento no podía perder tiempo.

-Yo voy a descubrir que te pasa amor- y sin más se subió al carro.

Llegando a la fundación fue recibida por muchos abrazos de niños y niñas.

-¡Camila!

-¡Señora!

-¡Cami!

Ella solo los abrazaba y los besaba. Ellos eran los únicos que podían hacer que un día nublado saliera el sol.

-Hola hermosas y hermosos, ¿ya desayunaron?

Y todos gritaron que sí mientras brincaban a su alrededor.

-Buenos ahora al salón y con sus maestras. Quiero puro 10 y pura estrellita.

Cuando se despedida de ellos, llegaba Yesenia.

-Camila, algo muy importante que debo contarte- dijo mientras caminaban a las oficinas-Contestaron y si van a venir a ver la obra.

-¡Si!- fue el grito que soltó Camila- Yo sabía que iba a venir- emocionaba le agarro las manos a Yesenia para que también diera brinquitos como ella. Mientras entraba saludaba y les decía a la mujeres que trabajan con ella la nueva noticia, solo correspondieron diciendo buenos días, hola bella y mucho éxito.

-Buenos un pendiente menos- dijo Yesenia pero fue detenida por Camila-Yesenia, sabes que eres mi amiga del alma y necesito tu consejo.

Yesenia solo contesto con un sí. Yesenia sentía y decía que Camila era como su hermana y le dolía por lo que estaba pasando.

- Dime, te escucho con gusto.

En un departamento retirado se encontraba Emmanuel que solo se escuchaba los besos apasionados que le daba a Agatha.

-Detente-le dijo Agatha a Emmanuel que para su sorpresa la notaba distante.

-¿Qué pasó amor?

-Camila me llamo y me invitó al evento.

-Ya lo sé amor, me lo comentó- Emmanuel agarraba las manos de ella y la miraba- Ya pronto se va acabar esto amor, ya no va a quedar nada.

-Emmanuel tengo miedo, no sé qué va a pasar con nosotros.

- Nada va a pasarnos, es más pasando la obra hablaré con ella, con Camila.

-Camila me platicas todo eso y no sé, me dirás que estoy mal pero nunca te has sospechado de que él tiene alguien más.

Camila solo frunció el ceño.

-Claro que no, el me ama y todo debe ser el trabajo, si el trabajo.

Yesenia ya no comentó nada y solo le dijo.

- De acuerdo, bueno me retiro para ayudar a lo que falte de la obra - se levantó, tomo sus cosas y salió de la oficina.

Camila se quedó callada y miró una foto de su esposo.

- No, Yesenia está mal, tú me amas, y nunca me serías infiel.


Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora