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Camila solo los miraba como iban caminando y se le salió una lagrima, no podía creer que el día que esperaba pasar con su esposo y su familia, pasaba a ser el más triste. Donde no solo había descubierto lo que era una traición por parte de su según amiga, que aunque ya la quería como mejor le salió con eso, una infidelidad por la persona que en frente de un altar le juro amor eterno, y mentiras por ella por querer ocultar todos su cambios, su actitud, su manera de ser pero todo eran mentiras.

-Ni crean que se van a burlar de mí- dijo al momento de pasarse la mano y quitarse la lagrima.

-Camila -ella volteo a ver de quien era la voz que la había llamado.

-Hola, disculpa mi atrevimiento- dijo Leonardo extendiendo su mano hacia ella- Soy Leonardo, la persona que te mando el correo- él no podía creer lo hermosa que era Camila, de lejos cuando la miro decía que era guapa pero estaba equivocado.

-Mucho gusto, y no se preocupe... Al contrario una disculpa si durante esta noche no lo salude, pero como dije en el correo, quería darle las gracias personalmente por su donativo- dijo Camila con una sonrisa

Para Leonardo esa sonrisa fue muy hermosa, pensaba que debería tener suerte las personas de su alrededor.

-Al contrario, yo debería felicitarte por la fundación que has creado, y no vayas a creer que va a ser el último donativo que mi empresa va hacer y si hay algo en que pueda ayudarte... digo mi empresa ni lo dudes- pensaba Leonardo que se estaba comportando como estúpido- Tu solamente me avisas, ten toma una tarjeta, puedes encontrar mis datos y todo.

-Muchas y de nuevo muchas gracias, en este tiempo no se encuentra gente como usted, me alegra es como otro ángel que llego a nosotros- dijo Camila a la vez que le sonreía

Ellos solo se quedaron mirándose pero a su encuentro regresaba Emmanuel.

-¿Camila?

Camila y Leonardo voltearon a Emmanuel que se quedaba mirando la escena con cierta duda.

-Emmanuel, ven te quiero presentar al señor Leonardo.

-Buenas noches, Leonardo Linares- dijo y a la vez extendía su mano a Emmanuel.

-Buenas noches y mucho gusto, Emmanuel Fernández- le contesto y a su vez agarraba de la cintura a Camila- Cami creo que es momento para retirarnos, la familia ya está yendo a nuestra casa- volteo su rostro a Leonardo y le dio una leve sonrisa.

-Si es cierto, pero primero debo ir con Yesenia y con los de más para ver en que ayudo- muy discretamente se deshacía del agarre de Emmanuel y miraba a Leonardo - Me dio mucho gusto en conocerlo y espero que no sea la última vez- dándole una sonrisa y su mano

-Eso no lo dudes, Camila- le dio su mano y al sentir la suya no quería devolvérsela pero sabía que la iba a seguir viendo- Bueno me retiro y muchos gusto en conocerte Emmanuel- también le estrecho la mano a Emmanuel.

- Si igualmente, vamos amor- agarro de la mano a Camila.

-Yesenia, en que ayudo para que todos nos vayamos a descansar.

-No te preocupes Camila, ahorita nosotros acabamos, ya los niños se fueron con doña Luisa y deben estar cada uno es su dormitorio, así que vete y sigue festejando que ya escuche que tu familia te quiere festejar, a de más que cierto señor se te quedo mirando, ¿Quién es?- dijo Yesenia agarrando su brazo- Dime yo te cuento todo

-Yesenia... Era el señor Leonardo, el que dio el donativo y fue muy educado- dijo Camila con una risa por la cara de Yesenia.

-Camila... debes saber que...- en eso llegaba Emmanuel y le hablaba a Camila

-Camila vámonos ya todos están en casa.

-Si ya vámonos, solo me despido y voy por mi bolsa... y las cajas- dijo Camila abrazando a Yesenia, volteo y en voz alta dijo a los de más- Chicos y Chicas, ¡muchísimas gracias por todo, los amo mucho, nos vemos mañana!- todos solo le gritaban que sí y otros le contestaban que también la querían.

-Vámonos solo vamos por las cajas y la bolsa- Así que caminaron y llegando a la oficina Emmanuel cargo las cajas.

-Listo, nos vamos- dijo Emmanuel cargando las tres cajas.

-Si ve adelantándote, voy por la bolsa- se fue a su oficina personal y lo que encontró en su escritorio la dejo con la boca abierta sin que decir.

Era un ramo de tulipanes rojos y con una tarjeta donde decía "Muchas Gracias por la invitación a la obra" atte. LL

Ella solo lo agarro y también su bolsa, iba caminando sin poder creer.

Al subirse al carro Emmanuel al ver el ramo le pregunto.

-¿Quién te dio el ramo?

Ella sin saber que decir solo le dijo.

-No sé, estaban en mi mesa, es de agradecimientos por la invitación.

Emmanuel solo se quedó mirando y queriendo saber quién le había dado flores. Llegando a casa ella bajo y él se quedó un tiempo en el carro.

-Bueno, llego el momento- dijo mirando a la casa y viendo por el vidrio a las familias y a Camila.


Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora