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-Si, yo entiendo que se debió mandar esos documentos hace dos días- decía Camila agarrando su agenda y anotando una fecha- De acuerdo yo le llamo, nuevamente una disculpa por la tardanza, gracias.- cortando la llamada y dejando caer la cabeza al escritorio y repitiéndose que faltaban pocos días para su viaje con Leonardo

-Camila?- le hablo Yesenia que en ese momento entraba un poco nerviosa y pálida a la oficina.

-Si, dime qué paso?- levantando la cabeza y mirando a Yesenia- Te encuentras bien, te veo pálida?

-Cami, se lo que te voy a decir, mejor dicho la persona que vino a verte te va a caer mal pero...

-Tranquila Yesenia, respira y suelta el aire- decía Camila imitando el respirar y el soltar el aire- Mejor dime quién es esa persona?

-Es...

-Antes que se me olvide, manda esos documentos, si hermosa?- soltando una pequeña risa- Ya me hablaron y me comunicaron que no llegaron, mejor dicho no se mandaron esos documentos.

-Emmanuel está aquí.

Camila al escuchar ese nombre sintió un frio recorrer su espalda, de pronto sintió que necesitaba salir de ese lugar y no ver lo.

-Dónde esta?

-Está afuera esperando a que le de permiso de entrar.

-No lo puedo creer- dijo Camila levantándose y mirando hacía la ventana- Ese infeliz, no entiende le dije que me dejara en paz, no lo quiero ver.

-Tranquila, si quieres le digo que se vaya.

-No..., Mejor déjalo entrar, lo conozco no se va a ir hasta que lo reciba o me va a seguir molestando necesito ya detener esto, Yesenia... Si Leonardo viene por favor lo detienes y le dices que estoy ocupada, por favor.

-De acuerdo, lo voy a dejar entrara Emmanuel, pero si necesitas algo o sientes que no lo quieres ver me gritas y yo solita lo saco- agarrando su mano y dándole un apretón- no estás sola

-Gracias, Yesenia... déjalo entrar- le respondió dándole una pequeña sonrisa.

Camila volvió a sentarse detrás de su escritorio donde se sentía protegida, respiro profundo y mirando a la puerta a la espera de esa persona. Con lo que no contaba era que Emmanuel entraba con un ramo de flores en la mano y una sonrisa.

-Camila...- Emmanuel no lo podía creer, después de tiempo la volvía a ver, se quedó impactado por su belleza.

-Emmanuel.

-Disculpa, ten esto es para ti- dijo entregándole el ramo a Camila, ella solamente se le quedo mirando, cuando miro que no lo iba a tomar lo dejo en el escritorio y tomo asiento en frente de ella aunque no le ofreció que se sentara.

-Disculpa, ten esto es para ti- dijo entregándole el ramo a Camila, ella solamente se le quedo mirando, cuando miro que no lo iba a tomar lo dejo en el escritorio y tomo asiento en frente de ella aunque no le ofreció que se sentara

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-A qué se debe tu presencia?

-Y...yo, yo, no lo puedo creer- dijo bajando la cabeza y soltando un suspiro- Mi visita tiene un motivo..., Quería y necesitaba verte, hablar contigo.

-Pues andas muy equivocado, yo no te necesitaba verte ni quiero hablar contigo... te dije muchas veces que me dejaras en paz, que no quería escuchar tu voz. No tenemos nada de qué hablar.

-Te equivocas, Camila.

-No, tu y yo ya no somos nada, tu acabaste hace tiempo con eso que teníamos... Eso que le llamábamos matrimonio, estamos divorciados.

-No.

-Ya no sé qué más... Qué dijiste?

-No estamos divorciados, nunca firme y ni los mande.

Camila se levantó y solo lo miraba con odio, no sabía que decir.

-Sé que tú firmaste y le platicaste a tu abogado que no querías saber nada pero no te tomaste el tiempo de saber si ya estabas divorciada.

-Eres un completo imbécil, que esperas para firmar, no querías tu libertad...Te recuerdo que aquella madrugada o noche me dejaste en claro que no me amabas... te fuiste.

-Camila, sé que no lo que te voy a decir no lo vas a creer o no tengo perdón, pero desde un tiempo para acá te extraño, que te necesito.

-Exactamente, no lo puedo creer... Es que eres un imbécil, con qué cara vienes después de tiempo y me dices todo eso, Te recuerdo por si se te olvida que ya paso tiempo y que tú tienes una relación o que se yo, pero no puedes venir a decir eso.

-Ya se pero... cometí un error, sentía, yo en verdad sentía que la amaba a ella, pasábamos tanto tiempo y ya teníamos tiempo conociéndonos que me deje deslumbrar.

-Sabes qué?- decía Camila agarrando las flores y tirándolas- Vete, si eso vete.

-Camila, perdóname... vamos a intentarlo de nuevo, yo la dejo- dijo Emmanuel levantándose y acercándose a Camila- Sé que podemos empezar de nuevo tu y yo.

-Quédate donde estas, no te acerques.

-Quédate donde estas, no te acerques

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-De acuerdo, pero dime... Podemos volver?

Camila solo se le quedo mirando, no lo podía creer.

-Amor, Yesenia no estaba...

Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora