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Cuando Lía se retiró de la casa de Camila, ella y el iniciaron a limpiar y guardar lo que restaba de la comida para después retirarse al patio a sentarse en el columpio que durante mucho tiempo no se usó por las situaciones.

-Pásame esa copa – le pedía Camila a Leonardo ya que lo notaba un poco serio después de que se fue Lía. Esperaba que no le hubiera caído mal ya que sería muy difícil para ella que las dos personas que quería se llevaran mal – Amor, Leonardo.

-Sí, dime...

-Te pedí que me pasaras esa copa pero no sé dónde te encuentras – le decía con una pequeña risa – ¿Dónde te encuentras, amor?

-Lo siento mi vida, pero me fui.

-Ya lo note pero paso algo – dejando la copa a un lado y cerrando las llaves del agua – te noto serio después que mi Lía se fue, espero que no sea nada malo.

-No, como crees... Ella es tu amiga y yo nada voy hacer para dañar tu amistad.

-Entonces todo correcto, nada malo – agarrando su cara para que Leonardo la viera directo.

-Sí, todo perfecto... mejor cuéntame, ¿Cómo la conociste?

-Ella y yo somos amigas de la vida desde que estábamos bien pequeñas y siguió nuestra amistad, después nos hicimos amigas de Emmanuel.

-Así que ella también conoce desde hace rato a Emmanuel.

-Así es, señor – le respondió una sonrisa para después continuar limpiar la cocina.

-¿Y siempre ha sido así?

-¿Cómo así?

-Sí, muy alegre...

-Sí, y eso me gustaba de su amistad, ella siempre estuvo conmigo para todo.

-Eso me da mucho gusto, pero mejor vamos a cambiar de tema – le decía Leonardo a Camila para cambiar de tema ya que ella no le dio buena espina con esa despedida – ¿Ya acabaste?

-Me falta poco para acabar, porque no vas para afuera y prendes una fogata, tengo bombones y quiero esta noche estar así contigo – volteando su cara y dándole un guiño que la respuesta de Leonardo fue una sonrisa.

-Claro mi amor.

Acabando de limpiar el comedor y la cocina, Camila se acercó a su celular y checando que la canción que anteriormente había puesto estaba lista para poner, se aproximó para agarrar una cobija en una de las puertas donde guardaba todo para las visitas.

-Camila, ¿Necesitas ayuda? – le gritaba a Camila ya que donde estaba el, estaba retirado de la puerta de la cocina.

-Ya voy, solo voy por las galletas – saliendo por la puerta y aproximándose a Leonardo. Cuando estaba a su lado dejaron los bombones y galletas a un lado para poder abrazarse y después sentarse para cubrirse con la cobija.

-Todo listo.

-Todo listo.



Ya no queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora