Alma oscura, alma blanca

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...La había llamado sin querer, había hecho que llegará a dónde estaba, y no podía dejar que mi absurda esquizofrenia siguiera manipulando mis sentimientos cómo quisiera. El hecho de que haya pedido que dijera mi nombre a gritos desgarradores, era porqué así podía vencerla. Necesitaba su ayuda, necesitaba que no me dejará solo en este campo de batalla por el que he vivido en medio del caos.

Quizá mi sanidad debería ser completamente diferente a lo que pensaba, quizá estaba en medio de un último aliento. Pero ¿por qué ella siempre tiende a cuestionarlo todo esto con sus dudas y su manera de ser que hacen que me duela mucho el alma? Tenía que verlo en todo su esplendor y yo no podía hacer mas que obedecerle. A decir verdad, esto es algo qué aborrezco de mí, que aún siendo el que esté en peligro deba estar complaciendo su dulce ser, de maneras que ni yo mismo podría haber hecho antes.
Pero, está vez se han cambiado los papeles. Porqué ella misma se ha encargado de que todo sea a un lado con su pregunta.

La siento nerviosa, siento que está temblando cómo nunca antes lo había hecho en la vida. Su respiración se había tornado más pesada y mucho más dura qué cualquier cosa en el mundo.

Se ha paralizado, hasta que finalmente se digno a responder de manera triste y pesada.

—(Mariana): Me he de mentir, hasta el día en que seas muy feliz con alguien que no sea yo. Ten por seguro que solo me quedarán tus recuerdos que perdurarán por toda la eternidad en medio de los dos. Me he de mentir y tratar tan duramente cómo mi ser me lo permita hacer. Ya no tengo una respuesta para decirte en tanto tiempo he de dejarte de mentir. Sólo tengo la respuesta para decirte que aunque pierda mi alma por ello, he de seguir diciéndole a mi corazón que he mentido con todas las fuerzas de mi ser, que no tengo una fórmula para sacarte de allí, pero que debemos archivar tus recuerdos que se han hecho tan preciados en mi vida. Que nos debemos permitir continuar, aún con pasos frágiles y dolorosos en el camino que me lleve a la felicidad.
Costará mucho que pueda verte lejano, pero tú fuiste quién se desprendió de mí, cuándo estábamos en aquél trance. Yo sólo podía oír tu eco, diciéndome que me dejabas libre...
—¡Es porque te hice daño, ¿Qué no lo puedes entender?!
—(Mariana): Para tí es fácil decirlo, pero ambos estamos en coma, ambos estamos en igualdad de condiciones y de daño, ambos tenemos el dolor en medio de nuestros corazones. ¡¿Para qué me querías dejar libre sí ambos hicimos lo mismo, intentando huír el uno del otro, y sólo obtuvimos una respuesta negativa que lástima lo más profundo del ser?! ¡¿No era más fácil decir que nos diéramos un tiempo o que estuviéramos en una lejanía de nosotros mismos y sanarnos de esa manera?! ¡Eso hubiese resultado ser mejor qué está absurda muestra de una pieza de paz que no tiene sentido y no cobra un poco de razón de peso en medio de mi atormentado corazón!

Ha comenzado a sollozar en medio de las palabras que decía. Me había hecho entender que he causado más daño que una profunda recuperación de su vida.

—Amor, sé que estás herida, y que todo se ha debido a mi manera de ser o de actuar. Todo ha sido mi culpa y no quiero forzarte a ayudarme con mi tormento. Sí solamente sé que no estás dispuesta a hacerlo por mí, así cómo yo lo intente hacer por tí muchas veces que lo requerías. No puedo hacer que me llames mi nombre, en la misma intensidad que yo he dicho el tuyo para que vinieras a mi rescate.
Estoy dispuesto a hacerme a un lado, y dejarte libre, sí tú hoy me dices qué me vaya lejos de tu vida.

Le dejo de abrazar, me volteó y sólo me quedo con mi cabeza inclinada, y con mis ojos cerrados empapados en lágrimas y llenos de dolor, en mi pecho sentía un hueco tan profundo que no sabía describirlo con palabras.

Dí dos pasos en frente, haciéndome a un costado, y resignandome a pensar que mi esquizofrenia tuviera razón y me hiciera miserable por estar en éste mundo. Estaba buscando una opción de salida, una salida de todo lo que había.

Quería irme y desaparecer de todo lo que habia creado en mí.
Era hora de resignarme y decir «Me has vencido, me has hecho sentir miserable» No quería seguir esperando una respuesta que no llegaría jamás, no quería seguir viendo su lado desprendido de mí, pensando que me iría a retener en medio del caos que había en mi interior.

Sin embargo, cómo acto repentino sentí un fuerte estruendo de su voz, uno qué me hizo paralizar y congelar el alma, de una manera tan profunda y tan fuerte qué me hizo sentir lleno de fortaleza, pero también de temor.

—(Mariana): ¡¡¡¡¡¡¡IM CHANGKYUN, IM CHANGKYUN, IM CHANGKYUN!!!!!! ¡¡¡¡TE ESTOY HABLANDO EN ESTE PRECISO MOMENTO, VOLTEAME A VER, Y DEJA DE ESTAR EN ESTADO ESTÁTICO!!!!

Su voz autoritaria y llena de poder me hicieron comprender que ella quería estar conmigo por sobre todas las cosas del mundo.

Me he detenido, me he congelado, e impulsivamente me volteó y la veo con lágrimas en los ojos postrada y desgarrada en el suelo llamando mi nombre, algo que produjo un fuerte detonante en el interior de mi cabeza.

—(Mariana): ¡¡¡¡¡¡¡IM CHANGKYUN, ¿QUÉ NO VES TE ESTOY LLAMANDO EN ÉSTE MOMENTO PARA QUE VENGAS Y ME TOMES EN TUS BRAZOS, UNA ABSURDA VEZ MÁS? ¿PIENSAS EN DEJARME ASÍ CÓMO SÍ NO EXISTIERA Y SÓLO PENSARÁS EN HUÍR DE AQUÍ?!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡YA NO PUEDO SEGUIR ESPERÁNDOTE, Y NO PUEDO ESTAR ASÍ COMO UNA NADA EN MEDIO DE UN TODO QUE TE RODEA.!!!!!!

La veo en medio de sus rodillas, corro en su búsqueda, la tomó en mis brazos y la abrazo de una manera qué no podría definirlo con palabras de una manera u otra.
Todo parecía una bella utopía que estaba en medio de nosotros.