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Llegó el tiempo en el que todos los grupos serían reunidos en un mismo lugar, el escenario dónde debían permanecer durante largo tiempo. El mismo que debía ser usado de muchas maneras.

Ren y yo estábamos distantes; después de toda la confusión que había en medio de nosotros, y obviamente porqué me sentía avergonzada por todo lo qué había causado en medio de los que más quería en mi vida.

No tenía ánimos de nada. Por lo que me desperté con la ilusión de hacer cómo todo podría volverse peor, huyendo una vez más de todo lo que me parecía el peor error del mundo.
En ese momento,  me disponía a salir de la casa de Ren para huír hacia alguna parte sola. Cuándo bajaba por las escaleras, sentí qué me tomaban de los hombros por detrás y me detenían inmediatamente.

—(Ren): ¿Nuevamente pensabas hacer lo mismo qué hacen las avestruces? *Me va girando cuidadosamente, para qué logrará verle, de inmediatamente. Al contemplar sus ojos, me sentí muy culpable del daño que le estaba haciendo.*
—Sólo quería estar tranquila, no causar más daño, y mucho menos seguir lastimandote con mi presencia.
—(Ren): Aquí no se trata de mí, sino de tí. Tú fuiste quién acabo de salir de un hospital, no por  enfermedad, sino porque intentaste huir de la vida misma, y no se ha concedido.
—Siempre intento hacerlo, siempre he querido desaparecer y olvidarme de todo aquéllo qué no me deje vivir en éste mundo con total tranquilidad.
—(Ren): Y por eso, es qué tengo una nueva noticia para tí. Hoy MONSTA va a estar en el mismo lugar que nosotros, así qué vas a venir conmigo de inmediato.
—No, no quiero hacerlo, no podría ir a verle...
—(Ren): No te estoy preguntando si quieres hacerlo. Te estoy dándo una orden. Y no me importa sí la obedeces o no, sólo tienes que hacerlo y es todo.

La voz de ren ha demandado algo en mi que producía un impacto instantáneo que jamás había sentido.

—Ren, no tienes que hacerlo. Ya me debo ir, hay un taxi esperándome para llevarme.

En ese instante suena un claxon que anunciaba la llegada de el taxi al frente de la casa de Ren.
Salé Ren, con billetera en mano y habla con el conductor del taxi. Finalmente escuché que el vehículo se alejaba del lugar en una manera pronta y ansiosa por huír de allí. Así cómo lo estaba yo en éstos momentos de la vida.

Entra nuevamente Ren con un aire de rabia y reclamo por lo que había hecho. No tenía otra opción de hacerlo y de ver cómo salía de todo esto en lo que me metí sola.

—(Ren): ¡¿Así qué tienes todas tus cosas listas ahora mismo?!
—Ammm, yo... sólo quería...
—(Ren): He preguntado algo, ahora no me puedes salir con un montón de marañas qué siempre habrán de terminar con el sentimiento de alguién más, siendo perjudicados.
—¡¿Por qué no sólo me dejas en paz y te olvidas de qué existo?!
—(Ren): ¡¿DÓNDE ESTÁN TUS COSAS LISTAS?! ¡HE DICHO LO SUFICIENTE, CÓMO PARA DARTE EXPLICACIONES. DESPUÉS DE TODO «SOY TU MEJOR AMIGO». NO TU SIRVIENTA!
—¡¡ESTÁN EN MI LADO IZQUIERDO, YO LAS PUEDO TOMAR Y...

No me deja terminar la frase, cuándo veo qué de manera brusca y apresurada él tomá mis cosas, y las saca hasta dónde está su auto, sin decir una sola palabra de ello.
Me estaba sorprendiendo su actitud y su manera de actuar, porqué estaba viendo otra imagen de Ren, qué jamás había visto antes. Una que me daba miedo y a la vez me producía una confianza plena en él.

—(Ren): ¡Te vienes ya conmigo. Quieras o no, tienes que hacerlo ahora mismo. No me importa sí lo anhelas o no. Ya te dije que es una orden qué he dado ahora mismo.
—¡¿A caso no has visto las noticias en dónde anuncian qué él se ha comprometido con Lisa, y ahora dicen que lo hemos hecho tú y yo?! ¡¿Sabés cómo me estoy sintiendo por esto, cuándo sé que toda la culpa es mía?!
—(Ren): A mí no me interesa nada de lo qué digan o puedan decir los medios. Yo solamente quiero qué te vayas ahora mismo conmigo, y punto. No es una decisión, no es una elección, es una obligación qué tienes que hacer ahora mismo contigo misma.

Me toma de la mano, de un modo fuerte y brusco. Lleno de todo tipo de sentimientos que estaban albergados en un ser tan noble cómo lo era él conmigo.
Me abre la puerta del carro, me sube a la fuerza allí y me mira fijamente a los ojos, diciéndome algo que daba miedo y escalofríos oir de sus labios.

—(Ren): Tienes que aprender a enfrentarte a tus peores enemigos, porqué no son ellos los qué te paralizan. Eres tú la qué se entrega de manera completa a ellos.
Hoy vas a crecer y creer en tí misma.

Cierra la puerta del carro muy fuertemente. A tal grado qué no me dejo emutar palabra alguna o tan siquiera me pudiera hacer a la idea de qué debía hacer algo con él.

Él se sube al mando del carro, y nos vamos de manera tal que el silencio era tensionante, que daba la manera más triste en el viaje.
Él fruncia con fuerza el ceño, cuándo de la nada le dá por encender la rádio, en una emisora qué estaban hablando de lo qué hacia unos minutos atrás le estaba diciendo; el abrupto cambio de parecer en el corazón de Changkyun, para estar con ella.

—(Sukira kiss the radio): «...Y en otras noticias, queremos decirles qué los fanáticos de Lisa y Im Changkyun están emocionados por su compromiso. Ya se están dando un montón de especulaciones a cerca de todo lo qué sucederá con ellos.»

Lo escuchó gruñir fuertemente, y de inmediato saca una canción de su subunidad Nu'est W, llamada where you at. Suponía qué era para calmar lo que había dentro de sí, por causa mía y de todo lo que estaba haciendo mal con todos los qué me rodeaban en la vida.
Yo sólo podía estar en silencio, hasta llegar al evento, y verle una vez más, para gritarle físicamente qué lo extrañaba con cada todo mi corazón.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora