—(Madre): Dulce Daniel, ¿Cuántas veces deberé decirte qué yo estaré ahí para tí, aún con tus tormentos y tus cargas pesadas?
—¿Cómo sabés aquéllo qué pienso?
—(Madre): Porqué tú eres mi hijito, el pequeño por el qué anhele tener entre mis brazos, aquél, por el que muchas noches fueron para clamar Al Anciano, para qué me concediera el don de tenerte en mi vientre, para poder abrazarte y qué fueras el tesoro más valorado y amado que pudiera cuidar, porqué a pesar de todo, eres un ángel qué está entre una batalla, una qué quema tú interior y tu mente.
Por eso, puedo tener esa conexión tan profunda e íntima, contigo.Aquéllas palabras me habían sacudido el interior, de una manera tan brusca y fuerte qué sentí cómo seguía quebrandose mi vida, tratando de qué fueran las últimas piezas qué quedaban en pie.
Mi respirar se había convertido en un dolor tan profundo y pesado, qué sentía me estaba ahogando en mi propio estiércol interno. El mismo qué tenía desde no sé cuánto tiempo en mi interior.—(Madre): Todo el brillo qué tienen debe ser reflejado, con la ayuda de la luz qué los ilumina. No temas, todos somos confundidos con un poco de presión sobre nuestros cuerpos y almas. Pero, tienes qué sacar fuerza, tienes qué sacar el poder en tu vida. No puedes dejar que siempre te dominen los mismos diminutos obstáculos, qué quieren hacer de tu vida, el mayor fracaso de todos.
Tu madre ha estado contigo, tu padre igual, el hecho de qué seas hijo único, y no hayas podido disfrutar de un hermano mayor para qué te guiará, no quiere decir que no puedas ver a tu prójimo, cómo eso qué tanto has anhelado.
Mi bebé hermoso, tu madre sabe y conoce cada herida de tu corazón, por eso debés intentar dejarlas pasar por alto, para qué no sigan dañando tu vida.
Camina, con las pocas fuerzas qué te quedan, debés intentar caminar, debés intentar continuar con tu frente en alto.
—Madre, ¿cómo puedo tener dignidad, sí he dañado a la única mujer qué me amo puramente, sin entregarse a mí, hasta qué hubiera pasado el primer instante de compromiso?
—(Madre): ¿Te refieres a Mariana?
—Sí, así es, ¿cómo lo sabes?
—(Madre): Porqué yo lo ví, ví todo. Y quería hacerte una pregunta.
—Díme...
—(Madre): La manera en qué la trataste, ¿sería la adecuada, sí tu padre me hubiera hecho ésto a mí?Su pregunta ha comenzado a generar un caos en mi vida, porqué me hacían imaginar lo qué ella planteaba de manera dolorosa y triste.
—(Madre): ¿Por qué empuñas tus manos, y te golpeas las piernas?
—Porqué soy un asco de persona, no merezco absolutamente nada de amor o comprensión y de seres cómo tú.
—(Madre): Esas son tonterías tuyas, de las qué debes estar muy avergonzado, por decirlas. Puesto qué eres mi hijo amado.
—Pero, he causado mucho daño, el suficiente como para merecer estar lejos de aquí.
—(Madre): ¿Te gustó mucho el Seol?
—¡¡NO, ESE LUGAR ES TORMENTOSO, NO QUIERO ESTAR ALLÍ!!¿Por qué mi madre sabía qué estuve en el Seol, y que fuí cruelmente torturado?
Mi cuerpo ha comenzado a brotar sus heridas, hechas en el Seol, he comenzado a sangrar, con tal desgarre en mi interior, qué no podía medir la fuerza de mi alma, porqué una vez mas se ha sentido en completo quebrantamiento.He caído desmayado en presencia de mi madre, con aquélla voz tan fuerte y desgarradora qué mencionaba mi nombre, tratando de qué no fuera a mi obscuridad, qué me mantuviera fuerte y con ella. Pero, no ha sido posible, eso no me fue dejado en el cuerpo. Porqué una vez más, me he sumergido en el maldito y asqueroso océano de mis tormentos. Sintiendo cómo caía en una profunda y tortuosa visualización del espacio-tiempo, en dónde ya me he visto en oportunidades anteriores.
—(Némesis): ¡¡Vaya, vaya, mira a qué pedazo de estiércol tenemos aquí, visitandome!! ¡¡Nada más y nada menos qué a Daniel Changkyun!!
—Maldito, tú me arrebataste de los brazos de mi madre... ¡¿Qué quieres de mí?!
—(Némesis): Jajaja, pobre niñita llorona. Mi his quitidi di lis brizis di mi midri ¿Quí quiiris di mí? Idiota, siempre has sido un completo idiota, qué no vé el lugar de su vida en el mundo. El lugar de estiércol.
—¡Deja de imitar mi voz, y díme de una maldita vez!
—(Némesis): Tus heridas fueron abiertas para recordarte lo maldito que eres en todo lugar al qué vayas, tus heridas causadas en éste lugar, serán la sentencia de qué tú no tienes una escapatoria de nada. Ni tu madre, Ni El Anciano, o el Primogénito del mundo podrán salvarte, porqué ya nos perteneces.
—¡¿Cómo les pertenecí?!
—(Némesis): ¿Recuerdas a Hyorin? Jajajajajaja, qué pendejo eres.
—¡¡Hyorin es producto de mis alucinaciones!!
—(Némesis): ¿Alucinaciones? O ¿yo?
—¡¡Tú no te puedes hacer pasar por una mujer!!Mi némesis me ha demostrado todo lo contrario, qué sí puede transformarse en mujer, y qué puede tomar la forma que le dé la maldita gana. Incluso, ha tomado la forma de Mariana.
Mariana, a quién tuve que alejar de mí, porqué no podía hacer qué mi oscuridad se posará en su ser de luz.
Caigo de rodillas ante mi némesis, pero, viéndole cómo ella. Y sólo podía refutarle...—«Mariana, mi luz, no quiero destruir tu alma blanca, con mi alma llena de oscuridad, debes abandonarme, aúnque no quiera, aúnque me cueste la vida olvidarte. No quiero qué mañana seas tan oscura cómo yo lo soy.»
—(Némesis en forma de Mariana): Eres un idiota, me he matado, y ahora estoy aquí, padeciendo una tortura, peor de la qué me hiciste, por tu maldita culpa. Te odio Im Changkyun, te aborrezco, Daniel Changkyun, deberías estar muerto y padeciendo lejanamente de mí. Para qué te quede en tus memorias.
—No, no, no me digas ésto, es cómo sí cada palabra que dices me quemará hasta lo más profundo de mi ser.
—(Némesis en forma de Mariana): Jajajajaja, patético, pobre perdedor tan patético.
¿No se supone qué tú me lastimaste primero?¿He llegado al final de mi camino? ¿Habrá un retorno, o una salvación para mi vida?
¿En verdad será ella?

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Alma oscura, alma blanca
Fanfiction«No quiero destruir tu alma blanca, con mi alma llena de oscuridad, debes abandonarme, aúnque no quiera, aúnque me cueste la vida olvidarte. Tú, fuiste quién me enseño lo que es el mundo. Y ahora, no puedo hacer mas que aferrarme, desgraciadamente...