Verlo ser torturado por aquél demonio, era el dolor más grande que pudiera haber experimentado en toda mi vida.
Debía hacer algo para quitarle ése vacio que tenia por causa de los depredadores que estaban acabando con su cuerpo y alma.
¿Por qué la estrella más hermosa debía ser apagada por la oscuridad del mundo? ¿Hasta dónde se puede llevar el mundo la muestra que un alma padece de dolores? ¿Habrán días mejores? ¿Habrán instantes en dónde pueda abrazarle y darle y recordarle lo valioso que es para mí?
En medio de la tormenta causada por la oscuridad, y a pesar de mi miedo, anhele sacar fuerzas de dónde no podía tenerlas y gritar para salvarle y rescatarle, escapando a un puerto seguro, en el que pudieramos tener esa manera de reencontrarnos con nosotros mismos.
El lugar se ha comenzado a derrumbar, al oír mi fuerte voz decirles ¡¡«BASTA YA»!!, no quería qué siguieran trasgrediendo su imagen, y tampoco que le hicieran creer qué no era apto para amar y luchar con quiénes él amaba.
He podido dejar a un lado, el orgullo y la rabia qué me invadían por causa de su abandono, he podido comprender que la única manera para que él pueda estar bien y dar lo mejor de sí mísmo, es tomándolo en mis brazos y protegerlo.
Me entristecia mucho la idea de qué su rostro siguiera desfigurado de una forma tan profunda y dolorida. Todo en él, era un gran dolor que en cierto modo me hacia cuestionar a cerca de sí podría ser quién lo ayudará a restaurar su vida.
Cada segundo que estábamos aquí, hablando, era el instante en dónde todo se revelaba ante mí, cómo aquélla muestra de poder y conocimiento del horror que azotaba las vidas de quiénes estaban a mi al rededor.
Le he tomado en mis brazos, intentando protegerle, pero sentía cómo la misma obscuridad nos quería devorar el alma, a pedazos enteros, para que no pudiéramos salir de aquí.
Hubo un punto en dónde los castigados se volvían mis verdugos y me acechaban con gran poder y furia; sólo para darnos cómo presas que buscaban tragarse el primer alma de aquéllos que estuvieran aquí.
Éramos cómo presas que estaban siendo asediadas por sus depredadores.Mientras huía, en medio de las rocas y de la oscuridad, buscando una salida que pudiera darle ese don a mi alma, para qué se mantuviera en pie. Le gritaba a él, para qué luchará contra todo lo qué le perseguía, y no se dejará vencer por la oscuridad y el caos que había aquí.
No tenía alientos, pero me podía más el instinto de supervivencia en medio de la oscuridad y del caos. ¿Cómo puedo hacer para qué se haga ésto posible? ¿Cómo puedo adquirir fuerzas, cuándo las mías están deteriorándose?
Sólo podía tomar su cuerpo en mis brazos y seguir huyendo, aún en medio de los gritos aterradores, de un ser qué no cesaba de decir ¡“Sus almas me pertenecen, son míos”!Al instante, ví nuevamente a aquél joven que me había ayudado mucho en el momento en que traspase el umbral de la vida y la muerte, aquél umbral que me ha traído para encontrarme conmigo misma, y comprender que la vida es aún más qué simples y huecos momentos que no dejan alguna enseñanza.
—(Joven): ¡Ven te ayudo con ello, no dejes que se vaya!
—¡¡POR FAVOR, AYÚDANOS, AYÚDANOS AHORA MISMO, PORQUÉ SE TRATA DE SALVARLE SU VIDA Y SU CORAZÓN, SE TRATA DE ESTAR CON ÉL, AHORA MISMO.!El joven esboza una tierna y profunda sonrisa, qué me ha hecho descansar un poco el alma, con todo lo qué hemos tenido qué vivir. Seguíamos recorriendo esos pasillos, ahora con una luz, que hacia cada criatura se debilitará en medio de los últimos obstáculos que faltaban.
Mi mente daba vueltas, se encontraba en medio del pensamiento de darle la oportunidad para qué realmente estuviera conmigo, y salir de aquí, para afrontar lo qué se venía encima.
También estaba la forma en qué nos estábamos descubriendo, porqué por una parte, éramos muy ingenuos, y al final resultó siendo todo lo opuesto a lo que yo creía en mi vida y mi corazón.En medio de la tormenta qué nos invadía, he tenido la posibilidad de oírlo decir algo qué me ha hecho tomar una decisión para que mi vida fuera diferente.
«Mariana, perdóname. Mariana, sálvame.» Lo repetía tanto, cómo fuera humanamente posible para mi vida, lo decía tanto, que me costaban las lágrimas oírlo decir eso, con una voz cansada y leve.El joven me voltea a ver, por dónde estábamos corriendo, me mira y esboza una sonrisa qué ameritaba todas las confusiones posibles de mí.
En cierto modo, no me había visto tan decidida a decirles que restauraria su vida, a pesar de todo lo qué pasara.
Tomaré su mano, y le cuidaré con cada parte de mi alma.
Después de todo, sus heridas en su cuerpo, habían sido productos de lo qué una vez hice con él, y creo que fue el detonante para comprender que no seguir lastimando su vida y su corazón.
Ya no podía hacer más que tomar su mano y recorrer la historia que nos queda en la vida. ¿Hasta qué lugar, podríamos ir juntos tomados de la mano? ¿Estaría dispuesto a dejarse salvar por mi vida? No tenía la menor idea de lo qué pasará, sólo debíamos tener qué seguir.
Al salir de allí, nos encontramos en medio del campo, y en él había una bella cabaña pequeña, en la qué aquél joven nos ha dejado descansar.
—(Joven): Ustedes deben tener una larga conversación, yo quiero irme.
—¡¿Y sus heridas, quién se hará cargo de ellas?!Él me toma de las manos, indicando que era la única que podría hacerlo de ésta manera.
El joven en vista de la respuesta qué sutilmente dió Changkyun, se retiro, dejándonos solos, en medio de una paz, pero a la vez de un inquietante temor qué me acercaba a él.
¿Qué podrá pasar en éste momento entre nosotros? ¿Estaremos dispuestos a abrirnos paso en medio de tanto caos?

ESTÁS LEYENDO
Alma oscura, alma blanca
Fanfiction«No quiero destruir tu alma blanca, con mi alma llena de oscuridad, debes abandonarme, aúnque no quiera, aúnque me cueste la vida olvidarte. Tú, fuiste quién me enseño lo que es el mundo. Y ahora, no puedo hacer mas que aferrarme, desgraciadamente...