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Tenía el alma en mi interior una vez más.
Era el regocijo de saber qué aúnque ella se fue, no lo hizo porqué quiso hacerlo, sino porqué estaba con una obligación en su interior, que producía todo tipo de sentimientos en la vida.

No paso mucho tiempo, para proponerme hacer realidad lo que ya estaba prometido. Intento solicitar ayuda a Hyungwon, y Shownu quiénes serán los primeros testigos de todo lo qué estaba dispuesto a hacer, por reconquistarla.

—(Hyungwon): ¿Entonces, ¿cómo pretendes hacer qué ella vaya hasta dónde estás, sí no lo has anunciado con anterioridad?
—Es por eso qué necesito a Shownu, para que sea él quién le lleve hasta dónde estaré esperándole, para la primera de tres sorpresas. Ya qué la cuarta se la propuse, y espero pueda aceptarlo pronto.
—(Hyungwon): Bueno, pues espero que todo te salga bien. Porqué no quiero cargar con tus mocos, una vez más.
—Eso espero, porque es algo que no me había atrevido a hacer por ella.
—(Hyungwon): Ya deja de estar quejándote cómo un idiota, que lo único que puedes hacer es hacerlo bien. ¡¡Y nada de mancillar a Mariana, antes de qué sean autorizados por el universo. O de lo contrario, me veré en la obligación tan penosa, pero sabrosa, de golpearte con todo mi ser. ¿Entendido?!!
—Jajaja, al único que se le ocurren cosas tan idiotas cómo estás, es a tí.

Finalizó la llamada, pués debía hacer otra, para que el lugar qué había elegido, estuviera listo, a la hora indicada, con la temática que debía hacerse presente en éste momento.

—Buen día, señorita. ¿Quiero saber de la confirmación del lugar, en el qué se llevará a cabo el evento, con temática del medioevo, para una recepción de gala.?
—(Recepcionista): Claro, indiqueme, por favor el nombre de quién se hizo la reservación, con las características que usted me indicó.
—Es a nombre de Chae Hyungwon.

¿Por qué a nombre de Hyungwon? Es porqué todo debía hacerse de una manera en que los enemigos resultaran confundidos. «Confunde y reinarás», ya que teníamos qué hacerle creer a Soyou, Lisa y los demás, qué estábamos alejados, 'gracias a los beneficios tan absurdos' qué habían hecho de nuestras vidas una miseria, una completa miseria.

Pasaban las horas, y me preguntaba sí el vestido que le envié, habría llegado allí, hasta dónde estaba ella.

Anhelaba qué así fuera, y que de cierta forma, no se sintiera tan presionada por todo lo que se venía en unos cuántas horas.

Sonó el timbre, de mi puerta, parecía qué era el mensajero, el cuál me traía una de las sorpresas que tenía previstas para ella, en éste día tan importante del comienzo para los dos.

Me pongo en disposición de hacer todo lo posible, para que ella tuviera su mejor momento en la vida.

Mi corazón empezaba a latir desenfrenadamente, cómo un loco sin frenos ante lo qué se pudiera encontrar al frente.

Tenía una misión más, y era sacar un lado qué jamás ha existido en mi interior, y era el lado romántico, para escribirle una carta, con un acertijo, y dársela al momento en que ella menos lo esperará.

Veo el reloj, y me doy cuenta qué sólo tenía una hora, para terminar de escribirle la carta, y poner lo mejor de mí, en ella. Para qué al momento de dársela, todo estuviera en órden y deseando que pudiera transmitirle un sentimiento, una noticia, una necesidad de qué conociera a través de esa carta, una parte de mí, que no sé de dónde ha salido, pero sé qué fue ella la fuente de inspiración para hacerlo una vez más, con todo esto que habíamos vivido.

Suena el reloj, haciéndome notar qué faltaban diez minutos para salir, y estar a tiempo en el lugar, dónde podría ser nuestra primera cita, en muchos días de qué tomaramos la decisión de caminar y construir juntos, un futuro, sobre la roca.
Pués la arena no había servido para nada.

Tomó las cosas a toda prisa, voy lentamente por el pasillo de mi apartamento, saliendo y dejando todo lo material atrás, giro mi mano derecha en posición de ver mi rostro, y me fijo en la hora qué era.
Faltaban dos minutos para que no tuviera ningún contratiempo, verle allí y salir huyendo rápidamente. Pués los nervios me estaban dominando cómo a un niño que le falta amor, y quiere hacer lo que esté a su alcancé para obtener el verdadero amor.

Recorro las calles, con música de fondo en mi auto; pero era una música que se trata de todo lo qué había en mis sentimientos, y mi corazón. Era una parte de lo que estaba obligando a mi alma a ocultar, sin desmedir alguna razón y consecuencia de ello.

Finalmente, veo a lo lejos qué ya estaba a pocos centímetros de llegar al lugar, qué todo estaba tal cuál lo había solicitado, y qué todo pareciera ser la perfecta noche, para una perfecta damisela qué aguardaba por mí, aún en medio del caos.

Me bajo del carro, e ingreso a dónde debía estar, fijándome qué Hyungwon estaba al otro lado, espectante y curioso por lo qué iría a suceder en unos instantes.

Me ve, y comienza a palmotear sus manos de una manera graciosa y a su vez burlona, por todo lo qué iba a hacer.
Se me acerca, de manera pronta, y me abraza repentinamente en ese momento.

—(Hyungwon): Ya casí llega tu primer strike, espero qué puedas hacer una gran jugada está noche.
—No sabría qué habría sido de mí, sino contará con ustedes en éstos momentos.
—(Hyungwon): Todo a su tiempo, mi estimado papanatas. Tem calma, y ya verás cómo saldrás del rollo por el qué estás aquí.

En ese instante suena el celular de Hyungwon.
Él lo toma apresuradamente, pensando qué era Jan, pero no; era Shownu quién lo llamaba para avisarle qué en pocos minutos llegarían al sitio, y qué sí estábamos en las precisas posiciones para lo qué nos aguardaba en aquél momento.

Hyungwon responde afirmativamente con Shownu, y cuelga la llamada. Tal pareciera ser qué todos estábamos en un mismo sentir, y querían vernos a Mariana y a mí, juntos.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora