Alma oscura, alma blanca

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Al llegar al lugar dónde Shownu me había pedido que lo acompañará; me dí cuenta qué estaba en pleno momento de una aventura más que me esperaba ahora.

—(Shownu): ¿Me permitirías hacer un ejercicio de confianza contigo? *Me pregunta en un tono dulce y cálido. Tan amable que me había sido conocido como un sueño.*
—Sí, claro, díme.
—(Shownu): Colócate éste antifaz que no te deja ver nada, y encima, te pondré una máscara, ya que es obligatorio para ingresar al lugar.
—Está bien. Pero ¿Me guiaras de tu mano, o deberé seguirte sin tomarte la mano?
—(Shownu): Jajaja, tonta, obviamente te guiaré.

Me ha colocado el antifaz, y la máscara. Me lleva hasta no sé qué lugar del pasillo, yo estaba cansada de cargar un vestido tan grande, cómo el que tenía, parecía una aborigen que pretendía estar en medio de la realeza.
Caminaba tomada de las manos de Shownu, que en cierta forma me daban seguridad de amiga, una seguridad tan distinta que alegraba mi alma.

Cuándo de la nada le escucho decir.

—(Shownu): Hija, ahora mismo vas a irte con quién será tu visión desde éste mismo momento.
—¿No se supone qué es un evento para nosotros dos?
—(Shownu): Te había dicho qué me acompañarás a un evento de parejas, con el antifaz y la máscara qué traes puestos. Juntamente con el ejercicio de confianza que acabamos de hacer.
Nunca te dije qué tenías que estar conmigo, o qué sería conmigo dicho evento.
Disfruta mucho de tu guía, completamente sin visión, igual qué tú.
—¡¿Con quién me dejarás?!
—(Shownu): Es hora de qué comiences a confiar. De qué saques todo lo aprendido en el ejercicio de confianza que tuvimos hace unos minutos.

En ese momento siento que el toma mi mano derecha, trasladandole a la otra mano que estaba estirada. Mano qué se me había hecho familiar tomar, porqué fue cómo sí me conectaran de inmediato con mi fuente de vida y de cercanía.

Al tomarla, sentí que estaba temblorosa, y algo ansiosa por acariciar mi mano. Algo que me había hecho plantear la idea de que tal vez podría ser quién yo estaba pensando que sería él.

—Changkyun, sí estoy contigo, házmelo saber con tu voz, por favor.
—(Changkyun): Bienvenida a la fiesta medioevo más especial de todas. En dónde sólo estaremos nosotros dos. Y tendremos tiempo de ver nuestras almas de manera qué no nos toquemos o hagamos algo monótono qué pueda ser causal de ira para El Gran Rey, El Anciano, qué aunque ausente de está celebración, nos dió autorización de hacerla, con su vigilancia y supervisión métrica.
—Jajaja, muchas gracias. ¿Qué se supone deberemos hacer ahora?
—(Changkyun): Por ahora, yo haré un ejercicio tonto qué he anhelado hacer.
—¿Cuál es?
—(Changkyun): Unas preguntas de sí realmente me conoces y te conozco. Algo así cómo "verdad o reto".
—Bueno, entonces comencemos.
—(Changkyun): No, aún no, porqué no estás sentada, y quiero qué confíes en mí para qué puedas sentarte ya mismo, dejándote guiar de mi parte.
—Está bien.
—(Changkyun): Pero, debes saber qué yo también estoy igual que tú, con un antifaz y una máscara, que no me permiten tener mejor visión de esto, más qué la de tu alma pura y blanca.
—Entonces me rehusó, porqué me podrías dejar caer y hacerme lastimar.
—(Changkyun): Lo lamento, pero tengo en cuenta la primera opción que me dijiste.

Me toma de los hombros, con una seguridad, que me habían hecho pensar por breves segundos qué me estaría mintiendo, hasta qué comprobé que estábamos en igualdad de condiciones, ya que sentí el borde de su máscara, que rosaba por uno de mis hombros descubiertos.
Me guió hasta la silla, y me hace sentar con un cuidado enorme qué me había estremecido lo más profundo de mi alma.

Siento qué él se sienta en frente mío, y me toma de las manos. Era horrible no poder ver nada con los ojos físicos.
Jamás creí que las citas a ciegas fueran tan literales conmigo. Después de todo éste tiempo he querido entender las razones por las cuáles habría hecho esto, hasta qué entendí lo qué me dijo tiempo atrás «voy a reconquistar tu corazón, de manera muy real».

—(Changkyun): Vamos a comenzar el juego, para ver quién logra tocar el alma de quién. El qué gané tendrá derecho de ver al otro por pocos minutos, y hacerle saber de qué color y forma es su máscara. El qué pierda, en la siguiente cita deberá acceder a lo que el ganador este dispuesto a pedir de él. ¿Estás de acuerdo?
—Y sí yo ganará, ¿irías conmigo a un concierto de G-Friend, y de ahí a la tierra de kitty?
—(Changkyun): Sólo sí tú accedes a ir conmigo a un concierto de Eminem, y de ahí a competir en carros de carreras. ¿Qué dices?
—¡Muy bien, qué comience el juego!
—(Changkyun): ¿Quieres verdad o un mini reto?
—Obviamente verdad, no podré hacer retos con todo ésto encima.
—(Changkyun): Jajaja, los retos son acumulables, para cuándo llegué el momento de qué el ganador los pueda ver.
—Jummm, no quería eso así, pero pos ya qué. Dije verdad.
—(Changkyun): Cuándo estábamos en el orfanato, ¿Sentiste algo por Ren?
—Sí, sentí pesar de qué gritará el que le dejaran ver a sus padres, cuándo los Kang le gritaban qué los habían matado de una manera cruel.
—(Changkyun): Entiendo.
—¡Tu turno, no te salvarás. Por eso declaro qué te toca verdad!
—(Changkyun): Jajaja, eso es trampa, ilegítima trampa.
—El día en qué el abuelo de Soyou intento abusar de mí, y que cayó de repente en frente mío, y tú estabas atrás mío, ¿Qué sucedió?
—(Changkyun): He de admitirlo, sentí rabia, y lo golpee con un bate de madera. El bate con el que me viste cuándo te pedí que escaparemos de todo eso.
Te toca tu verdad.
—Dime
—(Changkyun): ¿Cuántas veces te has decepcionado de mí?
—Sólo una, y fue el día del concierto. Pensé que Lisa y tú estaban saliendo juntos.
Te toca tu verdad.
—(Changkyun): Díme
—¿Recuerdas el primer regalo qué te dí, mucho antes de ser novios?...