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—(Changkyun enfermo): ¡¡TARADO, TE NECESITO AQUÍ Y AHORA MISMO!!.

Vaya forma de hacerme sentir vivo, mi yo enfermo lo ha hecho una vez más. Una estúpida vez más en la qué no sé para qué me quiere refregar en mi cara, algo qué no me gusta mucho la idea de estar en este lugar.

—¡Díme ahora o lárgate para siempre! No tengo tolerancia a tus idioteces de divaza.
—(Changkyun enfermo): Tengo una pregunta seria, antes de insultarte cómo se debe.
—Jajaja, ¿preguntas serias tú? Vamos a verlo.
—(Changkyun enfermo): ¿Qué es ese brillo tan especial en los ojos de Mariana?
—¿Nunca has estado cerca de su pureza?
—(Changkyun enfermo): No, jamás me imagine que fueran luces tan hermosas, qué se vieran cómo estrellas del cielo.
—Es mucho más qué eso, es todo lo qué se debe ser en la vida. Ella refleja esa luz, no sólo en sus ojos, sino también en todo su ser. A eso se le llama pureza, bondad, nobleza, dulzura, ternura, delicadeza, comprensión, una versión totalmente opuesta a tí o a mí.
—(Changkyun enfermo): Es más hermoso de lo qué pensaba. ¿Por qué su voz es tan hermosa?
—Te lo acabo de decir, mi amigo, ella es el reflejo vivo de la pureza y de la bondad unidos en un mismo ser.
—(Changkyun enfermo): ¿Por eso querías qué me fuera de tu vida? ¿Le estaba lastimando?
—Honestamente le hemos lastimado mucho, muchísimo más de lo qué pensáramos fuese posible para un ser cómo ella.
Y sí, por eso quería que te fueras. Porqué estábamos haciéndole daño, un daño profundo que no tenía una reversa.
—(Changkyun enfermo): Creó qué al ver esto hoy, y sentir un sentimiento inexplicable, debo hacer una cosa por los dos. Pero, quiero saber algo más.
—¿El por qué estuviste éste tiempo afuera de nuevo?
—(Changkyun enfermo): Sí, así es.
—Honestamente, porqué quería que vieras de cerca la calidad de mujer qué está en nuestras vidas, de ese ser tan bello qué sólo puede ser posible tenerle cerca, pero que ambos estábamos alejandole. Porqué deseaba tanto qué pudieras ver mi mundo un poco más cercano qué lejano, y porqué por encima de todas las cosas, sentía qué merecías tanto que se revelará todo ésto en tus ojos, para que fueras sabio y tomarás la decisión de sí seguías, o sí podía continuar con el modo de vida qué estaba empezando a construir ahora.
—(Changkyun enfermo): Pués, ahí está el detalle. Qué lograste algo qué no puedo definir cómo piedad, pero sí qué va mucho más allá de lo qué pudiera entender ahora mismo.
Es por eso qué he venido aquí, para decirte que me he de ir, y he de estar bien lejos de ustedes. Pero, no sin antes recordarte que no me agradas, y no lo hago por tí y por tus lágrimas de princesita barata, sino por respeto a todo lo qué he visto y vivido en estos días en tu cuerpo. El cuál está bien maltratado por cierto, muy maltratado.
—¡¿Enserio, harías eso por mí, realmente lo harías de está manera tan especial?!
—(Changkyun enfermo): Sí, ya lo dije, no me hagas repetirlo cómo si fueras invesil de entenderlo.
Aúnque algo es cierto, y es qué eres un completo invesil.

Mi yo enfermo me ha dado una hermosa respuesta, una qué por mucho tiempo estaba esperando oír, o tan siquiera ver de su parte. Ahora que es real, no sé cómo debía reaccionar, porqué eran demasiadas las cosas que tenía en mente.

Verlo empacar sus cosas qué por años me ha dejado, tan serio y triste, era un motivo por el cuál debía sentir tranquilidad y alivio en mi corazón. Pero, lo qué me producía era una sensación de tantas cosas que me costaban asimilar que pasaba dentro de mi alma y mi vida.
Quería entenderlo todo, pero no sabía más que lo tan anhelado por mi alma, se estuviera yendo y alejando de maneras qué costaban entender.

Me senté, él lo notó. Notó todo lo qué estaba pensando y todo lo qué estaba a punto de agradecerle, pués después de todo, era mi némesis qué tanto aborrecía el qué había cedido y se había rendido en seguir a mi lado cómo mi fiel marioneta y escudero.

—(Changkyun enfermo): Inútil, ¿creés qué podrás hacerte cargo de éste lugar en dónde a veces gobernabas tú, y otras goberne yo, pero siempre eran muy desastrosas las maneras de comportarnos?
—Sí, después de todo, he conocido mi vida un poco más de lo qué he pensado.
—(Changkyun enfermo): Es algo raro qué no vayas a sentirme, sin embargo estaré deambulando por ahí, de aquí para allá, viendo sí en algún punto te jodes y necesitas de mi ayuda nuevamente. Prometo llegar más pesado y recargado que antes. Eso te lo aseguró con todo mi ser.
—No te preocupes por ello, qué estaría dispuesto a dejarme gobernar por todo lo qué has hecho. Y te aseguro qué yo mismo te cedería el control de mí mísmo, y no dudaría en hacer que tomes todo de mí, destruyendome.
—(Changkyun enfermo): ¡¿Estás seguro de ello?!
—Sí, ya qué me has dado muestras de ceder y otorgarme lo qué tanto te había pedido en la vida.
—(Changkyun enfermo): Cómo siempre, eres demasiado patético y estúpido, cómo para que pueda destruir tu estúpida cara en un instante.
Prométeme una cosa antes de irme ahora.
—Díme, ¿Qué te debo prometer?
—(Changkyun enfermo): Por más cosas malas y perversas que pasen entre tú y Mariana, deberás saber qué no vas a destruirla o lastimarla. O de lo contrario me veré en la obligación de volver a tí, y destruirte con mis propias manos. Y de paso tomaría control de toda tu vida. La cuidaras y no permitiras qué se hagan más injusticias con ella.
¿Has entendido bien, pedazo de inútil?
—Sí, lo he entendido bien, no quiero que se repita está promesa de caballeros qué se ha hecho en estos momentos.
—(Changkyun enfermo): Bien, en ese caso, adiós. Disfruta del mando completo.

Mi yo enfermo se ha ido, y es cómo sí toneladas de peso que tenía encima de mi espalda hubiesen sido quitadas, arrojadas a lo profundo del océano y se mantuvieran de esa manera allí.
Mi vida me era devuelta y sólo podía estar postrado, en acción de gracias Al Anciano, porqué supongo habrá intervenido en esto, para que mi yo enfermo se fuera de éste modo.

Tenía muchas emociones, pués la esquizofrenia paranoide, mi yo esquizofrénico se tomó la molestia de irse con un sólo ruído y era el de cuidar bien a Mariana, por la eternidad.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora