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¿Por qué me siento así? Era una mezcla de levitación magnética, con una elevación de mi cuerpo y de mi alma. La cuál no podría definir con palabras de cómo se sentía y lo que estaba pasando en mi interior, sólo se podía saber que había un aura de luz y de muchas imagenes que venían y se iban de mí, cómo un televisor encendido en busqueda de algo que ver, y se pasá de canal en canal, hasta ver qué podría estar en un canal digno de verse.

No podía encontrar algo, no podía detenerme ahora, y no sé hasta qué punto pudiera haber estado en presencia de todos. Sólo podía percibir qué me he encontrado en está situación, antes de ser adulto.
Era un día en el que toda mi enfermedad de esquizofrenia se había apoderado de mí, en una forma caótica, ya pensaba qué todo se acabaría en mi vida, pues no tenía una manera de restaurar mi alma. Sin embargo, no sabía que pudiera ser más adelante conmigo; ya qué me había encontrado en las tinieblas de mi alma.
Ahora, recuerdo que en aquél entonces estaba El Anciano, ayudándome a salir de lo que se ha hecho un tormento eterno en mi vida.

No recuerdo sus palabras, porqué era muy pequeño para cuándo las escuché. Sin embargo, estába comenzando a sentir el toque del primer amor, el cuál no era de alguna voluntad de personas, sino qué trascendía de un ser hermoso que tenía misericordia de mi vida, y de quiénes estaban a mi al rededor; haciendo qué todo fuera un poco más liviano y especial.

Sentía cómo toda aquélla tristeza que había albergado durante mucho tiempo, estaba saliendo de mi interior en una forma especial, forma qué me hacia arder el cuerpo de una manera que no podía entender.

No sabía sí Mariana estaría pasando por lo mismo, y menos sí es normal que me sintiera de esta forma, haciéndome llorar hasta el cansancio y sin fuerzas del alma. Dándole el dulce placer de verme en otro modo.

De repente sentí una voz lejana decir...

—(Anciano): ¿Estás sintiendo el calor qué tenías cuándo niño?
—No, no lo sé, sólo sé que me estoy sintiendo tan caliente que pareciera ser una locura. Hasta mi cabeza se siente como sí tuviera un poco de sanidad en su interior, cómo si aquélla esquizofrenia fuera quitada de mi vida por completo.
—(Anciano): Es porqué serás capaz de vencer a Soyou. Es normal que te sientas así, ya qué tú te habías ido, olvidando todo lo qué tenías cuándo niño. Ese bello ser qué se ha hecho tan dosil en medio del caos.
Hasta ahora, qué intentaste irte por tus propios medios, dejando todo lo qué te había sido demandado por mí.

En ese instante he tenido una epifanía, en la qué se veían el pasado y el presente, unidos en una manera que se trata del instante más especial para mí, porqué me estaban dándo la motivación para que todo fuera mío.

Ahora, comprendía el motivo por el qué no debía haberlos dejado sólos.

Mi espíritu estaba en otra dimensión, una qué no se le ha revelado a cualquier persona y cualquier mortal.

¡¿Por qué Mariana sigue así dentro de mí?! Es una forma tan profunda, cómo una raíz que se niega a salir de su tierra, porqué no podría florecer.

¡¿Por qué le estoy diciendo qué me tomé?! ¡¿A caso no deberé alejarme de ella?!

—(Anciano): Deja de hacer preguntas sin respuestas inmediatas, porqué YO PUEDO HACER LO QUÉ A MÍ ME PLAZCA. CONCÉNTRATE EN RECIBIR LA SANIDAD DE TU VIDA, PARA QUÉ AQUÉL TORMENTO LLAMADO ESQUIZOFRENIA SALGA DE TU VIDA.
—¡¡ANTES DE CONTINUAR CON ÉSTO, QUIERO SABER SÍ ¿ELLA TAMBIÉN ESTÁ PASANDO POR LO MÍSMO QUÉ ESTOY PASANDO YO?!!
—(Anciano): No te responderé a ello. Sólo digamos que ustedes dos deben sanar ahora, no hay tiempo qué perder.
Nos toco hacerlo a las malas.

Mi dolor se había intensificado de una manera tan enorme qué dolía mucho más que cualquier otro tipo de dolor existente entre el cielo y el infierno.

Mi vida en los últimos minutos se enmudeció de repente. Era una manera extraña, cómo sí me hubieran puesto unos hilos muy finos al rededor de mi cuerpo, cubriendo cada parte de él. Dejándome imposibilitado de actuar como lo he estado haciendo; ya qué se trata de los últimos momentos en éste lugar dónde estaba el sentido de mi vida. Las imágenes en mi mente no se iban, y la palabra más mortífera y taladrante en mi mente era «NO TE PRESENTES EN MI CASA CON LAS MANOS VACÍAS» ¿Qué me querían hacer saber con esto? ¿Por qué sentía una gran responsabilidad en ello?
Seguían las recomendaciones «Mariana será una ayuda idónea para tí, no le vuelvas a lastimar. Confío mucho, en que tu podrás encontrar la manera de sanar y cuidar su corazón y su alma.»

¿He de estar enamorado completamente de ella, para autodecirme todas las cosas qué me he estado diciendo? ¿Seré yo el qué se ha imaginado todo esto?

Cada vez entendía menos el proceso por el qué pasaba, pero sí he sentido un quebrantamiento del alma, cuya primera vez en el otro mundo ha sido un dolor.

Mi Mariana, mi amor, sí he de quedar en el proceso que se está viviendo, he de decirte que quedas libre de mí. Libre para hacer lo qué te nazca en el alma hacer.
Todo ha dolido, y es hora de rendirme. Ya no puedo pelear con la gente que se ha querido apoderar de nosotros.
Me rindo sin alientos de un buen combate.

Vuela alto, vuela libre, vuela confiada en qué te amé y fuí feliz, mientras me hiciste lo mejor para que no siguiera adelante con el tormento. Ahora, no sé sí él se apodere de mí; pero mientras estuvimos, sonreí cómo el pequeño niño qué fuí, mientras no conocía la perversión del mundo y su injusticia de vida.
Tú me devolviste la sonrisa qué había sido pérdida. Ahora, supongo qué he de morir aquí, para qué seas libre.
Libremente sin mí.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora