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Antes de la llegada de Shownu, con Mariana, estaba hablando con Hyungwon. Cuándo de repente se acerca Jooheon y le pide a Hyungwon que nos permitiera unos minutos a solas.
Hyungwon accede a la petición, y ahora me encuentro frente a Jooheon.

—(Jooheon): Han pasado varios días después de todo lo qué ha sucedido.
—Sí, es algo curioso, ¿No lo creés así?
—(Jooheon): La verdad, no. Porqué sabía qué todo lo vivido en éste tiempo era para precisamente estar en éste lugar.
Sin embargo, después te reveló otra cosa. Por ahora, quiero qué sepas que Ren está aquí, para hablar contigo. ¿Se lo permitirías?
—Está bien, después de todo, necesitamos una larga charla con él, antes de hacer lo que se había planeado.

Jooheon se va, y no tarda mucho en regresar con Ren, quién se veía serio y con rabia.
No lo culpo, después de todo sé qué es mi culpa, el hecho de qué él se haya creado una fantasía ilusoria, qué al final del día, termino siendo otro golpe de realismo; para todo lo qué sus sentimientos deseaban ver formado en una realidad.
Él se acerca presurosamente rápido, y se queda en frente mío, tan pronto me ve.

—(Ren): Vaya, finalmente puedo tener una buena conversación contigo, mi estimado Im Changkyun.
—Quizá estés aquí para... *me ha interrumpido de manera fuerte, que hacía mucho tiempo no sentía en un hombre.*
—(Ren): A mí no me interesa tus argumentos. Sólo vine a hablar contigo, a cerca de alguién a quién quiero mucho más de lo qué tú puedas creerlo.
—Te escucho atentamente.
—(Ren): Estoy seguro qué todo esto es para reconquistar el corazón de ella, y no te culpo. Pues la pureza de su corazón ha sido enorme. A tal punto de hacerle un alma blanca, alma dulce, alma benigna; en medio de nosotros.
Es por eso, qué pido no le vuelvas a maltratar, porqué el corazón de ella es muy frágil. ¿Te acuerdas de aquél chiquillo qué estaba en el orfanato, y ella te dejaba solo, para ir a consolarle, cuándo gritaba «devuélvanme a mi casita, con mis papitos»?

Al él mencionar aquél recuerdo de los días dolorosos en que nos habían arrebatado todo, sentí cómo se quebraba mi vida. Porqué fue allí, dónde me había hecho más inhumano, mucho más frío y cruel, de lo que estaba siendo con ella.
Se hizo un nudo en mi garganta, tratando de huír de todo lo que pasaba.
Sin embargo, tuve que responderle.

—Sí, la verdad fue el tiempo en el qué supongo era peor de lo qué he sido ahora, con ella.
—(Ren): ¿Conociste a aquél chiquillo? O al menos ¿Supiste quién era él?
—No, la verdad es que no. *Respondo con un suspiro profundo, y lleno de pocas lágrimas en mis ojos.*
—(Ren): Bueno, pués ese chiquillo soy yo. Ella me consolaba, en aquél entonces, porqué no toleraba la idea de qué todo se tratará de dolor y amargura.
Es por eso te pido cuida muy bien de ella, por favor, no dejes que tu monstruo interno acabe con la belleza de un ser tan dulce y especial, pero sobre todo hermosa, cómo lo es ella. Ya qué ella te elegiría mil veces, aún a pesar de qué haya visto al diablo en tí, lo puede transformar en aquél arcángel bueno que solía ser de una u otra manera.
No permitas qué sus lágrimas que mencionan su nombre, sean opacadas por causa de tu estupidez, o de lo mal que puedas hacer.
Ella confía plenamente en tí, y no es la confianza de una niña cualquiera, sino la de un ángel.
¿Prometes y puedes hacerlo?
—Sí, lo intentaré una vez más.

Me ha estendido sus manos, dándome la despedida de su discurso, qué conmovió mi alma, y ahora estaba en pleno centro del caos.
Lo veo irse por la puerta de atrás, dejando su reflejo de caballero justo y gran nobleza, por todos los aires.
Miro el reloj, y aquél mencionaba que faltaban unos pocos minutos para su llegada. Así que busco la manera de llegar al lugar dónde debía estar, para recibirle con mi máscara que tenía puesta.
Justo allí, volví a sentir esas sensaciones tan ridículas que hacían mi alma emocionarse de manera pronta.

Me colocó el accesorio qué tenía que usar, así cómo esperaba verle de la misma manera a ella. Salgo, y presurosamente intento hacer que mis nervios me dejaran en un lugar a parte de mi mente. No podía lograrlo por mi cuenta, tal vez requiriera de una intervención Del Anciano con el que estuve en un momento de confusión.

Al momento, sentí que mis manos han comenzado a tener una transpiración de las que no me podía escapar, sentía vergüenza, pues debía tomarle sus manos en dos minutos exactos. Así que intente no mirar para atrás, y decidí mantener mi mirada fija en lo que se vendría a nuestras vidas.

Veo los reflejos oscuros de sus cuerpos, que asomaban por las puertas de vidrio que había en el lugar dónde estábamos, el cuál estaba iluminado por el fuego natural que otorgaban algunas antorchas que habían a los lados de nosotros.
Sólo espero qué ella llegué con sus accesorios en el rostro, tal cómo le solicité a Shownu.
Después de todo, no era hora de vernos fijamente, o de hacer algún tipo de contacto visual en nuestros rostros. Sino qué era tiempo de vernos con los ojos del alma, para un redescubrimiento de nuestros seres, de esos seres qué se necesitaban ver con una genuinidad máxima profunda, qué dejará los argumentos de lado.

Finalmente han llegado, y estábamos aquí, escucho a Shownu decirle a Mariana...

—(Shownu): Hija, ahora mismo vas a irte con quién será tu visión desde éste mismo momento.
—(Mariana): ¿No se supone qué es un evento para nosotros dos?
—(Shownu): Te había dicho qué me acompañarás a un evento de parejas, con el antifaz y la máscara qué traes puestos. Nunca te dije qué tenías que estar conmigo, o qué sería conmigo dicho evento.
Disfruta mucho de tu guía, completamente sin visión, igual qué tú.
—(Mariana): ¡¿Con quién me dejarás?!
—(Shownu): Es hora de qué comiences a confiar.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora