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Estoy de vuelta al mundo real, pero no del modo en qué yo quisiera hacerlo. Estaba en brazos de quién era un gran amigo, un amigo muy querido de mi alma. Estaba en medio de otro corazón que también estaba latiendo por mí, y por mi amor.
Cosa qué no podía corresponderle.

—(Ren): Buenos días, pequeña Mariana. Hoy te veo muy hermosa.
—Jaja, gracias. Sólo quiero estar lejos del mundo en qué me metí sin querer. No me importa la belleza, ni mi vida.
—(Ren): ¿Por qué me dices ésto? ¿Sabés qué me duele oírte hablar de esa manera de tí misma?
—Lo siento, he querido hacer que no sea así, pero tengo ganas de estar sola. Tú mejor qué nadie lo sabe...
—(Ren): ¿O sea qué es mal momento para decirte qué hice pública nuestra relación amorosa?
—¡¿Qué tú hiciste qué cosas?!
—(Ren): Lo qué acabas de oír. Quería que te metieras en la cabeza la idea de qué tú ya estás conmigo, y qué no estoy dispuesto a dejarte ir.
—¡NO, NO, SOLAMENTE PODREMOS SER AMIGOS, REN POR FAVOR ENTIÉNDEME QUÉ NO ES FÁCIL LA PRIMERA RELACIÓN QUÉ TUVE.!
—(Ren): Tú mejor qué nadie me conoce. Y sí me llamaste aquélla noche antes de tu salida del hospital, pidiendo que fuera por tí, era porqué tenía en claro qué me estabas aceptando aquélla propuesta qué te hice en un momento, cuándo tú discutías con Changkyun.
—¡No, eso no era lo qué yo anhelaba, yo solamente te he visto cómo mi hermano. No cómo mi pareja sentimental!
—(Ren): Pero, ya lo hice, ¿cómo podré hacer cuenta qué no es así?
—Porqué tú y yo sólo éramos y somos amigos, no más allá de lo qué tu mente está dispuesta a creer sobre mí.

Ren se ha puesto a llorar, en medio de mi discurso un poco cruel, pero contundente a cerca de lo qué estaba sintiendo en el momento para que el alma se hiciera miserable y llena de todo el peso del juicio por lo que había hecho aquélla noche en la qué debía hacer otra cosa, para escapar de mi juicio. ¿Cómo podría repararlo?

Me quedo en silencio, sintiéndome miserable y llena de juicios en mi contra, sólo por haber hecho algo qué no debía hacer jamás.
Mi mente daba vueltas, por todo lo qué estaba viendo, conociendo y experimentando. Cuándo de la nada sentí que vibraba mi celular en mis bolsillos. Lo tomó y veo qué era un mensaje de él, en dónde se estaba intentando despedir de mí.

«Adorada Mariana: Los medios han anunciado la maravillosa, pero dolorosa notícia sobre tu nueva vida, con alguién más a tu lado.
Cada día me esforcé mucho por darte lo mejor qué tenía en mi vida, y aunque no pareciera ser el modo indicado de hacerlo, sentí que era lo mejor que tenía para ofrecerte en su debido tiempo. Ahora me he dado cuenta qué fuí tonto, muy tonto en ser tan egoísta y no haberlo hecho mejor.
Quizá, así sería la manera de tenerte en mi vida.
Pero, ¿a quién engaño? Sí hoy también recibí un mensaje de Lisa, quién era la admiradora qué tu odiabas en el orfanato, aquélla que te hacia sentir miserable. Ahora quiere estar conmigo para hacerme bien. ¿Podré estar con ella y vencer a Soyou, cómo lo han dicho en aquél lugar en dónde se supone hubo una transición de nuestras almas? Tendré que asumir mejor mi soledad. Sí amaneciera sin tí, yo no sé qué sería de mí. Hoy la muerte me ha mostrado ya sus cartas, y hoy entiendo la jugada de todo esto. Debí haberme hecho a un lado lejos de ti.
Aúnque no lo quisiera hacer.
Te deseo lo mejor, y anhelo que encuentres en él eso qué no encontraste en mí.
Espero no poder llamarte más con mi mente y mi corazón. Aúnque no sé cuál será la fórmula correcta para hacerlo y dejar de reclamarte cómo mía.
Gracias por darme el mejor de tus tiempos. Gracias por enseñarme la pureza de tu corazón y tu alma. No siempre me pude despedir de tí, cómo lo estoy haciendo en estos momentos. Aúnque por dentro éste muriendo lentamente.
Im Changkyun.»

Mis lágrimas salían de mis ojos, porqué no me quería alejar de él, y mucho menos podía aceptar está nueva vida qué no quería con alguién a quién veía cómo mi mejor amigo. 

En ambos costados de la cama estábamos sentados Ren y yo, con lágrimas que brotaban de lo más profundo de nuestra alma, sólo tratando de hacer que se purificara y no siguiera contaminando el interior de la existencia misma. Aúnque realmente he de conocer que todo esto es mi culpa y que no podré remediarlo de la mejor manera, por más qué lo quisiera hacer.

Ya había hecho el suficiente daño, cómo para tratar de hacer algo qué no estaba al alcancé de mi absurdo cerebro cansado de pensar en soluciones idiotas y precipitadas, qué estaban dañando a todos los qué conocía en la vida. Ahora, he de terminar con lo que no pude hacer aquél día, pero me remontaba a los tiempos en dónde todo podría pasar, y encontrarme nuevamente en éste lugar, pagando en carne propia lo que estaba haciendo con Changkyun y Ren. Era una absurda mujer qué no debía estar en éste lugar.
Y ahora, con un tormento más para la larga colección de tormentos. Ha aparecido Lisa, quién siempre lo ha querido, pero no pudo tenerlo en su momento.

¿Hasta dónde podría ser más miserable y demasiado idiota, tratándose de mí? Sólo quería qué alguién me ayudara sin involucrar sus sentimientos por mí.

Pedí ayuda a Ren, pensando en qué podría mantener esto en oculto, para poder desaparecer de la vida de Changkyun sin ningún tipo de consecuencias. Pero, he estado tan equivocada cómo la primera vez en qué planteé una maldita solución para algo qué no se debía hacer de ésta manera, sino de una en la qué se viera la luz en medio del túnel.
Cosa que he terminado de oscurecer completamente, por mi precipitación débil de la mente y el alma.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora