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El momento del viaje ha llegado.
Era obvio que no podía dejar a mis otros cinco hermanos, y sus parejas. Pero ellos llegarían un día después de nuestro viaje. Ya que debían cerciorarse de la entrega del ‘regalo’, para Soyou.

Era lo más importante para nosotros, el poder comenzar la travesía por el lado oculto de quién amo. Aquí era el momento de tener un acercamiento y una intimidad más profunda con Mariana y con Jan. Después de todo lo qué hemos tenido qué pasar durante mucho tiempo, y de oír historias sobre aquél lugar. Era importante para mí entrar en otro nivel de intimidad, antes de cualquier cosa que pudiera hacer con Mariana.

—(Hyungwon): ¿Dónde nos quedaremos?
—(Mariana): En la casa que fue un día de mis abuelitos maternos. Ya qué es lo único que los Kang no pudieron quitarnos.
—(Hyungwon): ¿Hay suficientes habitaciones para todos nosotros?
—(Jan): Por desgracia a mí me toca dormir con las gallinas, antes de dormir contigo. Ya qué las habitaciones que hay, son pocas y se deben compartir de a dos. Pero, primero me saco las cuerdas vocales, se las daría a los cuervos, y ahí sí, consideraría posible, el quedarme con usted.
—(Mariana): ¡¡Jan, sabés qué te vas a quedar conmigo!!
—(Jan): Eres torpe, o te haces. ¿No te das cuenta qué ustedes dos tienen la habitación especial de la abuela? Tonta, además que ya es hora de qué te vayas desprendiendo de mí, y yo de tí. Con eso me es más fácil asesinar en la casa, sin tus horribles gritos.
—No te preocupes por eso, amor, ya todo estará resuelto. Además qué está uno de tus familiares.
—(Mariana): En eso tienes toda la razón.

La charla se había tornado distinta a lo qué tenía esperado. Afortunadamente no fue mucho el tiempo en que nos tocó esperar hasta qué nos llamarán para abordar el vuelo, y comenzar la travesía más grande de todas las qué he tenido.

Estábamos abordando el vuelo, la azafata estaba solicitando los boletos de vuelo, para hacer la asignación de los asientos correspondientes. En ese momento, Mariana pasa su boleto.

—(Azafata): Señorita, su asiento es el número diez, al lado de la ventanilla. Por favor, joven me dejaría ver su boleto.
—Mire.
—(Azafata): Su asiento es al lado de la señorita, es decir el número once.
Señorita, ¿me permitiría su boleto, por favor?.
—(Jan): Mire.
—(Azafata): Su asiento es el número doce. Igualmente al lado de la ventanilla.
—(Jan): Muchas gracias. ¿Tengo cómo conectar mis dispositivos, cuándo lo necesite?
—(Azafata): Claro, sí señora.
Joven, me dejaría ver su boleto.
—(Hyungwon): Mire.
—(Azafata): Su asiento es el número trece. Por favor, al lado de la señorita.
—(Jan y Hyungwon al unísono): ¡¡Me niego sentarme al lado de él/ella!!
—(Azafata): Lo siento, pero esos son los órdenes de los boletos. Por eso, les pido que tengan comprensión. Además qué no hay más asientos para poder ser cambiados. Ya qué todos los que se tenían destinados, los demás pasajeros pagaron su tarifa adicional, para poder modificarlos.
—(Hyungwon): Está bien, deberé ir al lado de ella.
—(Jan): Descuida, pedazo de idiota. Con gusto te empezaré a ignorar, justo a penas te sientes al lado mío.
—(Azafata): Les pido excusas por éste percance. Por favor, tengan presente qué los dispositivos podrán ser usados en tanto tengamos una altura considerable para ello.
Cualquier cosa qué necesiten, por favor me lo hacen saber. Mi nombre es Gloria Loho. Y con gusto estaré acompañamdoles en éste vuelo.
—(Todos): Gracias, Gloria.

La azafata se había ido. Jan estaba ignorando desde ese momento a Hyungwon, mientras él, la estaba viendo de reojo, a manera de contemplarle y de suplicarle su perdón.

El vuelo había despegado, y en tanto cómo pudo, Jan saca sus audífonos y su reproductor de música, en dónde tenía todo lo qué requería para disfrutar del vuelo.
Sube el volumen, y oh sorpresa, sonaba lo qué ella estaba escuchando. Era la canción de Eric Nam Hold me.
Hyungwon estaba escuchando y viendo cómo disfrutaba de una melodía tan dulce y hermosa, mientras el temperamento de Jan no daba para eso tan delicado. Luego seguía con algo de Ed Sheeran The A Team. En ese momento Mariana me nota qué estaba pendiente de los dos. Ella me susurra al oído...

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora