Finalmente estoy con ella, en un lugar de quietud en dónde mis heridas son menos dolorosas que la misma vida.
Estaba muy débil, y cansado, cansado de tener que huirle a mis sentimientos por ella.
Ella titubeaba de manera tan preciosa, que cautivaba mi ser y mi alma de maneras indescriptibles. Al tomarle la mano, cuándo El Primogénito se iba de la cabaña, la sentí muy real y muy nerviosa en medio de la paz que nos rodeaba y acechaba.
Le indico qué me ayudará a sentar, para poder estar en la misma posición que ella estaba, además qué mis heridas estaban sanando de una u otra manera que solamente no podía entender.
Ella me ayuda a sentar, dejándome reposar en sus manitos, qué nuevamente me toman en la posición más herida, y delicadamente me ayudan a crecer cómo persona.
Suspiramos, suspiramos al unísono, queriéndonos decir todo lo qué ambos expresabamos con nuestras miradas y nuestras voces.
—(Mariana): ¿Te sientes bien así?
—Sí, sólo tus manos pueden darle ése toque maravilloso a mi cuerpo mal herido.
—(Mariana): Será mejor qué me vaya, a ver sí consigo algo para limpiarte de esas heridas qué tienes.
—¿Por qué buscas el pretexto para huír y tener esta conversación?
—(Mariana): Porque no me quiero hacer daño. Ya he perdonado tu vida, y te he desatado de mi malestar, no quiero qué se vuelva a reiterar el daño hecho en nuestras vidas. No quiero verte así, no quiero saber qué tú te alejas de mí y te llevas lo mejor qué te haya dado...
—No te haré daño, después de la valentía que tuviste qué pasar para encontrarme y rescatarme de ese lugar. No quiero alejarte de mi alma o de mi corazón, tampoco quiero dejarte a un lado, llevándome lo mejor de tí y de tu alma.
—(Mariana): No quiero reclamar algo qué no es mío, no quiero pedirte algo qué no sea mío. Tú le perteneces a Hyorin, tú mismo lo dijiste aquélla vez en que todo sucedió con ella.Al terminar de decirme ésta frase, se ha hecho una abertura en mi pecho, dándo justo al lado del corazón, formando una letra de su nombre, a cada lado de aquel corazón que le estaba suplicando qué no fuera herido.
Ella lo notó, abrió sus ojos de tal manera qué parecía sus ojos se irían a salir de en medio de su órbita habitual.—(Mariana): ¿Por, por, por, por qué esa herida en tu corazón lleva mi nombre? ¿Estás bien?
—No, no estoy bien, me duele el pecho, y mucho. Y lleva tu nombre porqué te necesito, te necesito en mi vida. ¿Qué no te das cuenta qué sólo perdonarme no basta?
—(Mariana): Yo no quiero hacerme ilusiones, porqué un día me quieres y al otro me aborreces. No quiero eso para mi vida, sí es que he de regresar al mundo.Mariana no sabe mi mayor secreto, mi estúpida enfermedad mental, llamada esquizofrenia. Deberé confesarle todo, para qué pueda tener una idea del porqué actúe cómo un patán, aquél día.
Le tomó las manos, y con una mirada triste y llena de lágrimas, con sangre le veo directamente a los ojos, tratando de encontrar la luz en su rostro. Ella, tiene la mirada estupefacta, y a la defensiva, del mundo y de la vida misma.
En ese momento incline mi rostro, cuál niño avergonzado por la humanidad, y trataba de encontrar las palabras precisas para que fuera posible hablarle sobre el mayor secreto de todos en mi vida.
Pocos o casi nadie lo sabían, y no quería decir una sola excusa sobre ello. Debía tener el valor para afrontarlo de la mejor manera posible.—Manny, tú eres el centro de la pureza, yo a duras penas he sido el ser qué te ha enseñado lo perverso de la humanidad, he querido amarte realmente, pero hay algo qué ni tú ni muchas personas saben a cerca de mí, es algo con lo qué me tuve qué acostumbrar a convivir en el momento mismo en qué mis padres murieron de maneras ruines y fuertes.
—(Mariana): ¡¿De qué me hablas?!
—Tú, conociste una parte del superficial IM Changkyun, pero nunca has visto la parte más oscura y profunda de mi alma. Y es la qué estoy a punto de revelarte. Y está bien sí te quieres ir de mi vida, o sí por el contrario me aborreceras aún más, pues ya ha sido el tiempo de dejarte en claro qué no era a propósito el hacer éste tipo de cosas, sino qué por el contrario, no tenía mi cordura, cómo mi principal aliada. Es por eso qué tuviste que ir a buscarme en el Seol, en el momento en qué ya todo se había dado por perdido y por fracasado, para permanecer de manera definitiva en ése lugar.
—(Mariana): Me estás asustando, por favor díme.
—Yo sufro de esquizofrenia, y demencia, dos enfermedades mentales qué no dejan en nada la mente humana, y que por el contrario, hacen qué las personas actuemos de manera absurda y déspota, cómo yo hice contigo muchas veces. Es por eso, qué no me permití hacerte más daño y busqué la manera más ruin de decirte qué no quería tus sentimientos en mi vida. Aunque me estuviera muriendo por dentro, para decirte qué no me dejaras, qué estaría dispuesto a esperarte, no lo pude hacer, porque estos dos me tomaron en medio de la noche oscura e hicieron qué te dañará así.
Es por eso qué el Seol me quería con ellos, porqué no podía resistirme más a sus demonios y sus maneras de manipularme el corazón y la vida. He querido hacer un poco de tiempo entre mi alma y mi cordura, pero no me fue posible, porqué no me fue permitido. Ahora, ya podras hacer con tu vida, lo qué mejor te parezca, sí me acompañas en ésta cabaña, quiere decir qué quieres quedarte a mi lado mucho más tiempo, pero sí por el contrario decides marcharte, lo sabré entender de la mejor manera.
Sólo quiero que comprendierás mi posición. Aunque sé no merezco nada bueno de tí.He quedado en un profundo silencio silencio que determinaba la espera de su respuesta.
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Alma oscura, alma blanca
Fiksi Penggemar«No quiero destruir tu alma blanca, con mi alma llena de oscuridad, debes abandonarme, aúnque no quiera, aúnque me cueste la vida olvidarte. Tú, fuiste quién me enseño lo que es el mundo. Y ahora, no puedo hacer mas que aferrarme, desgraciadamente...