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La llegada del principal de los Kang había hecho que todo lo qué estábamos haciendo se viniera de inmediato abajo de maneras qué no podría imaginar ni comprender.

Todo estaba siendo de tantos matices que podría definirlo cómo la tierra del sufrimiento, se ha hecho presente una vez más en mí vida, y la de Changkyun.

Todo estaba siendo doloroso y hasta en un tono agresivo. No podía hacer más que intentar alejar a Changkyun de ese momento de ira que lo había invadido por completo. Pero nada daba resultados, todo parecía ser igual o peor qué cuándo comenzó a estar aquí.

Volteaba a ver por todas partes, y en ese momento ví que a mi izquierda estaban corriendo Jooheon con Kihyun, quién me toma del brazo derecho y me saca de allí corriendo, cómo sí hubiésemos hecho una carrera contra reloj, con la misma muerte.
Algo qué no había pensado fuese a ser posible en estos momentos. Al huír, le reclamaba a Kihyun qué me dejará volver por Changkyun, pues no quería ver o saber qué había sucedido algo malo con él, además que necesitaba tener la certeza de que él estaría sano y salvo en mi vida, nuevamente.

—(Kihyun): ¡¿A caso estás loca?! ¡¿No te das cuenta qué él está aquí por tí, ya qué fuiste revelada por Changkyun el día del concierto?!
—¡¡No me importa, sólo quiero ir por él, ¿no te das cuenta qué no estoy bien, sí él no está conmigo, o sí realmente le llegará a suceder algo malo?!!
—(Kihyun): ¡¡Lo siento, pero Shownu ha dado la orden, y no podemos ponernos en planes románticos para momentos peligrosos. O vienes conmigo por las buenas, o vienes conmigo conmigo por las malas. No dejaré qué te suceda algo, sólo por jugar a la gran heroína!!

El regaño de Minhyuk me hizo volver en una reacción diferente, una qué jamás podría comprender con cabeza caliente.
Accedí a ir con él, de muy mala manera. Sin embargo, no quería que todo esto estuviera pasando, o qué nos estuviera dañando de está manera.
Quería ver la manifestación de un mundo sobrenatural en medio del caos y de la existencia realista misma, sin embargo no podía verlo. Sólo tenía el corazón lleno de angustia y de gran cantidad de pensamientos encontrados por el momento tan inoportuno y desagradable qué estaba viviendo cómo persona y cómo la pareja de Changkyun.

Nos detuvimos en medio de la nada, tratando de obtener una respuesta sobre todo lo que estaba pasando al otro lado del castillo en el qué estábamos hablando con Changkyun de los sentimientos más sinceros y profundos de nosotros.
Me temblaban las manos, la planta de mis pies estaban heladas, la voz de mi cabeza era tan gruesa y grave que me sentía acusada por ella, cómo sí estuviera en una película de antaño, dónde se condenaba a muerte por estar en el lugar incorrecto; los minutos se habían hecho una eternidad para mí, el latir de mi corazón estaba comenzando a doler de una manera qué no logró comprender porqué me podía mantener en pie.
El silencio qué tenía con Kihyun era tan agobiante que me daba miedo, y me dejaba el corazón en la garganta, literalmente hablando.

Pasaban las horas o los minutos hasta qué celestialmente sonó el celular de Kihyun, cosa qué me hizo que le volteara a ver de manera rápida e inmediata. Era cómo sí en parte estuvieran devolviéndole el alma al cuerpo.
Kihyun nota qué le veo inmediatamente, y responde con gran prontitud en su voz. Se notaba el nerviosismo qué estaba teniendo en éste momento.

—(Kihyun): Aquí Kihyun, ¿Con quién?

Se ha hecho una breve pausa, que me estaba costando la paciencia en mi interior.
Nuevamente retoma la llamada.

—(Kihyun): Está bien Jooheon ya te comunicó con Mariana.

Siento latir mi corazón al ritmo de las tamboras africanas, para cuándo van a hacer algún tipo de sacrificio que producía todo tipo de sensaciones qué se manifestaban en un ser humano.

Contestó con gran temblor en mi voz, anhelando oírle al otro lado de la línea. Pero, no era así, no era él, no era lo que estaba esperando en este momento de crisis emocional.

—Diga.
—(Jooheon): Mariana, soy Jooheon.
—¿Qué pasa con Changkyun?
—(Jooheon): Él está bien, no te preocupes. Es sólo qué uno de ‘los robots’ de Kang, ha llamado a la policía, y le han arrestado, el cerdo demandará por lesiones personales y por amenazas en su ‘buena persona’...

En ese momento la voz de Jooheon se hizo diminuta, porqué sí algo sabía era qué los Kang habían comprado todo el sistema judicial para su favor, de maneras que sólo se permitían hacer lo qué quisieran a su maldito antojo.
Mi voz se quebranto de inmediato, cómo mi corazón, al conocer estas cosas.

—¡¿Se puede pagar una maldita fianza para liberarle de ese infierno de encierro?!
—(Jooheon): Tal parece qué los cerdos siempre se van a salir con la suya, pero ten la seguridad qué Changkyun no pasará la noche en ese lugar. Ya qué se sabe hay planes en su contra, cosa qué no vamos a permitir.
—¡¿Qué debo hacer?!
—(Jooheon): Regresar a casa, mantenerte lo más oculta de todo el público, por lo menos por ahora, y orar lo qué te sepas, para que Changkyun y nosotros podamos hacer lo qué tenemos qué hacer.
No vas a dar problemas de ninguna índole.
—Está bien.

Finalizo la llamada con Jooheon, haciendo qué mi alma se sintiera peor de lo qué estaba antes. Sin embargo, tenía qué mantener la manera de no dar más problemas, y pensar en qué él se lograría levantar de toda está trampa qué han planeado desde no sé cuánto tiempo, y ahora era una asquerosa realidad, para jodernos la existencia humana.

Camino a casa, Kihyun fue buen huésped de su vehículo, pero no tenía los ánimos, y menos las fuerzas para disfrutarlos cómo quisiera hacerlo.
Me hubiese gustado mucho ir a la cárcel con él, pero cómo siempre he de ser la protegida por él, y nunca se cansará de hacerlo siempre conmigo.

Alma oscura, alma blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora