—(Jan): Buenos días, cara de espanto.
—Ummm, déjame dormir.
—(Jan): Lo siento, mi marranica amiga y hermana, pero te tengo noticias.
—¡Ammm, sólo quiero dormir ahorita!
—(Jan): Y es por está razón, que siendo las seis y doce de la mañana, te vas a levantar y vas a irte conmigo a hacer algo qué hace siglos no he podido hacer, y es ir al gimnasio.Jan me levanta el colchón de un sólo empujón, haciéndome caer al suelo, y no esperando a qué tomará la decisión de sí despertaba o seguía durmiendo.
Los buenos días con Jan, siempre tenían un toque de algo extremo y a la vez gracioso. Pero está vez, quería seguir soñando con la vida.
Aúnque ya no podía hacerlo, porqué me habían hecho sentir el dulce beso de la realidad en mi vida.—¡¡Arghh, Jan, no es justo qué siempre me levantes de está manera!!
—(Jan): Habla con mi mano, déjale una solicitud de quejas, reclamos y peticiones y en cuatro mil quinientos días hábiles te podremos atender la solicitud.
Recuerda qué no cuentan sábados, domingos, festivos, feriados, funerales, bodas, lunas de miel, visitas hormonales, y un golpe en la cara. Esos días son para mi mano, el deleite del cielo.
—Ja, ja, ja, jota, ah, qué risas me dan cuándo me río.
Debería ahorcarte por hacerme esto, pero te excedes.
—(Jan): Bueno, ya, ya, ya, para que no digas qué soy tan mala persona, te traje un regalo.Me entrega una caja con una envoltura de rositas tiernas, pués ella conocía que amaba las cosas tiernas.
¿Qué podría ser?
Abrí la cajita, y en ese momento, me encontré con un cadáver de una ratita, qué ya pasaba sus semanas de fallecida, y al otro lado, una nota.
Jan, moría de risa por la "broma tierna" qué me había hecho. Mientras qué yo doy un grito encima de las tablas de la cama, y veo cómo al otro lado Jan disfruta de la escena tan graciosa, pero a su vez muy cruel. En ese momento, reaccioné y le sampe una patada en la espalda, para qué dejará de burlarse de mí, en esa manera.
Aúnque ha decir verdad, era más fácil que los ventiladores estarían dispuestos a hablar con el idioma del mundo, y Jan seguiría siendo igual o más cruel.Bajo de la cama, enfadada, y Jan va atrás mío, tratando de sonsacarme una sonrisa.
En ese momento, veo el verdadero paquete, estaba en la sala, con una envoltura brillante y muy linda. Encima de la caja, tenía una nota que decía: «El alma blanca de la nobleza, siempre debe ir y visitar a su realeza.» En ese momento me quede pensando en ese refrán o acertijo, pero no podía encontrar las respuestas a éste acertijo.
Jan se abalanza sobre mí, y haciéndome sentir mejor de lo que estaba hace unas pocas mañanas, atrás.Suena el celular, intento contestar, sosteniendo a Jan, encima mío; pero al levantarme, me dí cuenta qué la había hecho caer de dónde me encontraba.
—¿Bueno?
—(Shownu): Hola, dulce Mariana, ¿Cómo amaneces?
—Un poco golpeada por el realismo de la vida, pero en síntesis, bien.
—(Shownu): ¡¿Cómo así, te pasó algo, a Jan le pasó algo, a alguno de los chicos les pasó algo?!
—Jajaja, no, no, es sólo que me obligaron a salir de la cama, de una manera muy tierna. No es nada grave, gracias al Cielo.
—(Shownu): ¡Ahhh, ya veo! Pensé qué había sido por otra cosa, jajajajaja.! Mariana, ¿Qué vas a hacer hoy?
—Ir al gimnasio con Jan en unos minutos. Y de ahí, pensaba salir a caminar con Nath, por el río Hang. ¿Por qué
—(Shownu): Es qué necesito que me acompañes a un sitio muy importante, y pues es en horas de la noche. ¿Creés qué podrías ir conmigo y acompañarme en ésto tan importante para mí?
—Ummm, ¿A qué horas es?
—(Shownu): Estaríamos hablando tipo 19:00 horas, ¿podrías hacerlo?
—Está bien, no te preocupes.
—(Shownu): Y debés usar el vestido qué estará llegándote en unas cuantas horas.
Cuídate mucho, te quiero.
—Gracias, igualmente yo te quiero.Finalizamos la llamada, mientras qué la golpeada Jan me dice...
—(Jan): ¡No me crean tan idiota!
—¿Qué pasó?
—(Jan): ¡Mira qué ‘mi regalo’ es otra rata muerta!
—¡¡Ahhh, no, tira eso a la basura, porqué no quiero ver más tus fotografias en 3D, de cuándo eras una niña!!
—(Jan): Jajajajaja, sopenca. Mira lo qué es realmente y ahí sí hablamos en idiomas egipcios.Me tira la caja nuevamente, y me ha hecho ver lo qué tenía allí, y era una máscara blanca, con una tiara. Dentro de la caja había una rosa blanca y otra nota qué decía «Los rostros de quiénes florecen en medio del caos, son ocultos, hasta qué la verdadera luz del fuego los haga encontrarse con ellos mismos, una vez más.»
No tenía remitente, tampoco me daba miedo estar en medio de ello, pués Shownu me ha solicitado que usará esto con un vestido, quizá sea porque habría una reunión por parte de la compañía, y él quería honrarme.Vamos al gimnasio con Jan, molestabamos tanto, qué los pobres entrenadores querían sacarnos de allí, con las máquinas de entrenamiento.
Nuevamente llegamos al apartamento con Jan, y debajo de la puerta había un sobre qué tenía mi nombre escrito con marcador negro, en mayúsculas y muy subrayado, junto a las palabras: ‘Es muy importante’.He de reconocer qué en algún momento me sentí atemorizada por eso, pero cómo era de esperarme, la arrebatada de mi hermana Jan, me quita el sobre de las manos de manera fuerte y lo abre sin pensarlo dos veces. Saca una hoja no muy grande, y luego hace una exclamación algo graciosa, pero irónica a cerca de lo qué estaba viendo en el sobre.
Me hace un gesto cruel con sus manos y me susurra al oído...—(Jan): Yo de tí, reconsideraba la idea de dejar lo cursi a un lado.
Me entrega el sobre, y la hoja, y salé corriendo para su habitación. Yo tomó el sobre abierto, y saco la hoja qué había leído Jan, y que hizo se sintiera asqueada.
Había un escrito muy hermoso qué decía: «Me mata, cuándo me mirás cómo si nada, mientras que yo te miró, cómo si todo.»¿Quién puede ser semejante poeta qué me dice éstos versos así tan de repente?

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Alma oscura, alma blanca
Fanfiction«No quiero destruir tu alma blanca, con mi alma llena de oscuridad, debes abandonarme, aúnque no quiera, aúnque me cueste la vida olvidarte. Tú, fuiste quién me enseño lo que es el mundo. Y ahora, no puedo hacer mas que aferrarme, desgraciadamente...