Alma oscura, alma blanca

15

¿Por qué me siento tan dormida, y abrigada? ¿Qué ha pasado con el dolor en mi pecho? ¿De quién son...

Me he despertado con la mirada perdida, ya que mi dolor ha ido menguando, pero a la vez sentía el peso de alguién, encima mío.
Era Changkyun, quién ha estado encajando su herida en la mía, haciendo qué ambas se tocarán y se hicieran más cercanas, mucho más que antes.

Hace mucho tiempo no me rodeaba con sus brazos cálidos y perfectos, era un oasis para mi alma, en el que me sentía en paz. Instintivamente reaccioné, y le abrazo su espalda, abrigandole con mis brazos. Mientras qué sutilmente le susurraba...

—Cuánto tiempo, cuántos días han pasado, y cuánto dolor nos hemos causado por culpa de nuestros silencios absolutos.
Ahora, he podido ver la belleza de tu alma, y estoy segura que no te quiero dejar ir de mi vida, nunca más.
He guardado el silencio de mi alma, para cuándo tú quisieras saber lo qué he llevado internamente.
Más estoy convencida de qué tú eres el que más dolor ha tenido que padecer.
Tus heridas, tu dolor, tu tristeza, todo me ha hecho ver lo dura qué he sido contigo.
Mi caballero que se ha escondido trás la máscara de un mal camino y de la agonía del mundo, ahora sabés cuánto te amo, y qué lo qué siento por tí es real.
Sólo temo de no poder verte, o de hacerte un daño irreparable; pero, he visto que no es un daño el qué te haría, sino que ambos nos haríamos bien.
Tenerte aferrado a mí, es la muestra más significativa de qué tú y tu precioso corazón son reales, qué aún sin importar lo qué haya sucedido entre nosotros, siempre has estado intacto, con tus sentimientos y tu pureza.
Quiero qué sepas lo mucho que me ha dolido no decirte qué han querido quitarme el manto blanco de pureza qué tengo, ese manto qué me ha hecho diferente ante los demás y qué no se porqué Jan nunca permitió me fuera quitado, sino qué por el contrario, fue ella quién se ha tomado la osadía de qué le dañarán, para dejarme en el estado en que me conoces.
Pensaba qué sí lo mantenía oculto, uno de nosotros se mantendría a salvo e intacto de la maldad qué pudiera haber sido hecha en el mundo entero. Pero, no sé en qué punto nos desviamos del camino, y nos comenzamos a herir de una manera fuerte y dolorosa, una qué llena hasta los rincones más profundos del alma, en dónde me he estado haciendo polvo, polvo en medio de la trinchera.
No comprendía tu sufrimiento, no comprendía la razón de tu dolor, no comprendía la tristeza qué tenías qué cargar, y menos comprendía el silencio de tu alma, tampoco comprendía el peso tan desgastante qué debías llevar en tu interior, y dentro de tu mente. Sólo, me preocupaba por “qué me amaras, me fueras fiel, me vieras sólo a mí, y qué siempre estuviéramos juntos”. Cuándo el verdadero significado del amor nos lo enseñaron en su momento Son Hyun e Ingrit, cuándo estuvieron juntos, o Min y Liz al rehacer el mundo de un ser egoísta, o Wonho y Nath cuándo se esforzaron por por el enmendar sus masoquismos, y trataron de enfrentar sus miedos, aún a costa de lo qué pudiera ser. ¿Qué pudiera ser entre nosotros? ¿Rehacernos del polvo de la muerte y regresar con mayor fuerza y vitalidad de la qué alguna vez fuímos parte? ¿Podremos enfrentar a Soyou, junto con los demás chicos?
No tengo una respuesta concreta, para tantas dudas qué nos invaden en el interior. Sólo sé, que anhelo más días contigo así, qué mis cicatrices sanan, sólo sí estás conmigo, qué mis miedos se van, sin yo tener qué refugiarme en la completa oscuridad.
Te veo tan frágil y fuerte, cómo lo es la misma parte de la existencia mía.
Ahora, sólo anhelo que me dés la gran oportunidad para que podamos hacer un camino juntos, en medio de las trincheras qué nos quedan en la vida.
Quiero qué me veas ser valiente y esforzada, para que juntos podamos recuperar todo aquéllo qué te fue quitado...

En ese momento sentí qué abrían la puerta principal de la cabaña, con un cuidado, qué parecía ser casí inadvertida, sino fuera por la luz qué iluminaba el lugar en dónde estábamos juntos en éste momento. Tuve miedo de ver qué algo peor nos fuera a pasar, estando en medio de la más hermosa tranquilidad, el miedo estuvo latente en medio de mi alma y mi pecho, tratando de confundir mi vida en una manera que no podía ser descrita. ¿Qué sacaría con todo ello? ¿Hasta dónde se puede tener un temor sobrenatural en la vida?

—(Señora): ¿Mariana?

Oí una voz especial, muy dulce y maternal que me llamaba, aquella voz qué parecía ser sacada de un sueño y un cuento de hadas en el qué hubiese estado y qué pareciera ser real.

—Soy yo, siga por aquí, no me puedo levantar, ya qué estoy un poco débil.

Respondo con voz algo cansada, pero suave, para qué él no se despertará. Pues sabía que estaba durmiendo, y qué estaba muy cansado, por la manera en qué estaba respirando.

Al poco tiempo, veo entrar a una señora, muy linda, dulce y con la apariencia física similar a la de Changkyun.

No podía creerlo, estaba en presencia de la madre de Changkyun, aquella qué era un escondido secreto de la más profunda y delicada parte del alma.
Nunca hablaba de ella, sólo la mencionaba por leves momentos, cuándo tenía el dolor más profundo en su ser y en su alma, la mencionaba a manera de dolor, y con gran profundidad.

El presenciarla delante mío, en éste momento, me daba la sensación de qué se estaba revelando una parte tan profunda y tan sincera de su vida, qué no tenía o merecía el privilegio de haberlo tenido. Y menos de semejante manera.

¿Ahora cómo puedo decir que él no se ha hecho totalmente mío en mi vida?