21:50 | Viernes 30 de Agosto de 2030
Alex está impaciente en el asiento trasero de aquel vehículo, pero al mismo tiempo se siente un poco más tranquilo sobre el hecho de volver a tener el control de su vida. Sabe que la venda y los tapones para los oídos no eran solo para protegerla de las cosas que pasaban en Mundo Amazonas, sino que también eran una forma de evitar que pudiese tener cualquier información de la ubicación del mismo. Esperó a que pasasen unos minutos y luego acercó sus manos al asiento de Mía. Valeria notó el movimiento y decidió estacionarse.
- Mía creo que es un buen momento, ya nos hemos alejado suficiente, deberías quitarle el antifaz y los tapones - sugiere Valeria ante la posición que ha tomado Alex.
Mía asiente con un gesto, da la vuelta y toca la mano de la joven como señal de que aguarde un momento. Inmediatamente baja del auto, abre la puerta del asiento trasero. Se acerca a Alex y la libera de sus restricciones.
- Gracias Mía, gracias Valeria - expresa suavemente.
- De nada linda. Por favor córrete un poco para poder sentarnos juntas - le solicita Mía.
Alex se desplaza con cuidado de no tirar las cosas que lleva en sus manos. En cuanto Mía se acomoda en el asiento, cierra la puerta y retoman la marcha.
- ¿Mía? - pregunta Alex con voz tímida.
- Si preciosa - contesta Mía.
- Recordaste pedir la comida - comenta mientras entrelaza sus dedos
- Sí, lo hice cuando nos montamos al auto de Valeria - afirma Mía.
- Gracias, no quería causarte molestias, pero en serio tengo muchos deseos de comer - comenta Alex con timidez.
- Comprendo cómo te sientes. Y no es para menos, la mayor parte del tiempo, has sido alimentada con nutrientes básicos a través de sondas - explica Mía.
- Alex ¿puedo preguntarte algo? - consulta Valeria con voz inquieta.
Alex levanta la mirada, había evitado hacer contacto visual, no porque no quisiera ver a la mujer que va al volante, sino por miedo a ver su reflejo en el espejo. Lo perturba el hecho de no poder reconocerse. Pero lo que más complica todo es que su nuevo rostro le gusta, es dulce y frágil. Sabe que esto será una bendición y una maldición al mismo tiempo.
- Sí Valeria ¿Qué deseas saber? - responde Alex al fin mientras intenta mantener la cordura.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo y calmado después de lo que ha pasado? - pregunta intrigada.
Alex baja la mirada y da un suspiro largo. Mía niega con la cabeza y piensa que Valeria ha presionado de forma innecesaria a la niña, por lo que coge sus manos y empieza a acariciarla suavemente. Alex se vuelve a mirarla y esboza una tímida sonrisa.
- Supongo... supongo que ya me acostumbré a mantener la calma en mi vida - contesta Alex en un murmullo.
- ¿A qué te refieres? - consulta Mía.
- No me gusta quejarme ni hacer dramas con mi vida, sobre todo cuando siento que otras personas a mí alrededor pueden estar pasándolo peor. Mi forma de ser me impulsa a querer resolver los problemas de la gente que me rodea y al mismo tiempo evito cargarlos con los míos - responde Alex de forma ensimismada.
Valeria no puede evitar llorar, mientras lanza una nueva pregunta:
- ¿Por eso me ayudaste? - hace la pregunta más para ella que para sus acompañantes.
- Sí... fue por eso. Es cierto que no nos conocíamos de nada. Pero no me hubiese podido ir tranquilo del aeropuerto, dejando a alguien, en el estado que te encontrabas. Además tengo una debilidad especial por las mujeres - confiesa en tono apenado.
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Víctima Indefensa
General FictionLa vida del joven músico, Alexander Collins, da un cambio radical tras ser capturado por error por agentes de Mundo Amazonas. Esta organización secreta se dedica a dar caza a hombres que han quedado impunes tras haber sido juzgados por la ley por ha...