41. Reflejos

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Miércoles 9 de Octubre de 2030

Lincoln luce distinto. Han pasado un par de semanas desde la fiesta de bienvenida. Pero nada es igual. Es decir, sé lo que sucede. Es como si hasta cierto punto estuviese reviviendo mi... olvídenlo, no quiero hablar sobre ello. 

- ¿Pasa algo malo? - me pregunta Paula al tiempo que acaricia mi brazo para hacerme reaccionar.

 - Nada Paula, solo estoy un poco cansada, eso es todo - miento en un intento por sonar lo más convincente posible.

- Entiendo - contesta, duda un momento y antes de volver a su borrador vuelve a mirarme. 

- ¿Qué? - cuestiono algo tensa.

- Te pasa algo, lo sé, hace días que te noto... rara - señala al fin con algo de preocupación.

- ¿Rara? ¿De qué hablas? soy la misma de siempre - afirmo de inmediato fingiendo seguridad.

- Estás como apagada, no tienes la misma aura que conozco - asevera - pareciera que te falta algo, una motivación tal vez.

Y era cierto, me sentía un tanto vacía a veces, como cuando tengo que ver a Tom coquetearle a Natasha, o tal vez porque me apartaron del caso del padre de Mía y Alicia en Mundo Amazonas. Sí, lo admito, me siento... 

- Es solo que a veces... - titubeo - me gustaría que las cosas salieran como quiero.

- Alma, tienes casi todo lo que cualquier persona podría desear - refuta y agrega - tienes una familia que te ama, buenos amigos, eres una excelente estudiante, muy creativa y por si fuera poco eres la persona más valiente y desinteresada que conozco.

- ¿En serio piensas eso de mí? - indago vacilante.

- Claro que sí - afirma mientras pone sus manos sobre las mías - eres la mejor persona que conozco, no hay nadie como tú.

- Paula tiene razón - sostiene Emma - tú nos has hecho mejores personas. Entiendo que a veces la vida puede ser tediosa, pero te recuerdo que lo bueno cuesta, no decaigas.

- Gracias chicas - sonrió mientras las abrazo - supongo que seguiré esforzándome. Ellas asienten.

De inmediato tomo mi libreta y me pongo a escribir, pues creo que al fin tengo los versos que faltan para completar la canción que empecé para Natasha. Las chicas sonríen y me dejan trabajar. Debo darme prisa, falta poco para que reinicien las clases. Y luego al fin podré estar con Natasha en el entrenamiento.

*****

He decidido aprovechar el día y quedarme en casa para analizar los datos que he obtenido en las dos últimas semanas. Afortunadamente Madeleine trabaja en relativo silencio. Es bueno saber que ya podemos compartir el espacio. Mamá ya debe estar por llegar, debería revisar que cosas tenemos en la despensa para preparar algo. Llaman a la puerta, lo cual me parece extraño. Madeleine se apresura y abre.

- ¿Quién es Madeleine? - le consulto, ya que desde donde estoy no puedo ver nada.

- Es una chica - grita Madeleine y agrega - dice que se llama Kate Bailey.

Se me cae el vaso que tenía en la mano. Camino despacio hasta la puerta. La veo y es ella. Me parece increíble que este aquí, pero ¿por qué ahora? trago saliva. Madeleine nos mira extrañada.

- Pero miren a quién tenemos aquí - señala una voz detrás de nosotras.

- Hola Sra. Collins - saluda Kate - es un gusto verla.

- Pasa por favor, no te quedes en la puerta - comenta mamá mientras estira el brazo invitándola a pasar.

- ¿Alguien me puede explicar quién es ella? - ruega Madeleine confundida.

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora