57. Tareas, labores y entrenamientos

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10:00 | Lunes 21 de Octubre de 2030

Arabella sigue esquivando mis preguntas sobre su familia. Quisiera entenderla mejor. Y aunque sé que nos hemos vuelto buenas amigas, no dejo de tener la sensación de que algo le pasa. Lo única opción que me queda es recabar información en otro flanco. Las mejores opciones son Dana y Stella. No me gusta hacer esto a sus espaldas, pero siento que es necesario.

Camino por el corredor en su búsqueda, encuentro a Dana, pero está embobada conversando con Jesse. No quiero quitarles eso, ya que aún no se animan a dar el siguiente paso. En el camino me encuentro con Emma, parece algo distraída, tanto que no me presta atención hasta la tercera vez en que le pregunto por Stella. Nada. Nadie sabe nada. De pronto aparece Arabella. Tal vez deba ser frontal y sacar el tema en seco. Después de todo ella sabe todo sobre mí. Ha sido un gran apoyo en las últimas semanas.

- Hola pequeña – me saluda con una sonrisa al tiempo que acomoda mi cabello antes de ponerme su sombrero. Sonrío.

- Arabella... quiero hablar contigo – farfullo vacilante.

- Claro Adri, dime ¿qué tienes en mente? – inquiere con una sonrisa.

- A ti... mira... sé que... no te gusta hablar del tema – titubeo cuando veo como su rostro decae, hay cierta tristeza que no termino de entender.

- Adriana, sé lo que quieres saber – farfulla – pero no estoy segura de querer hablar sobre eso.

- ¿Pasa algo malo en tu casa? – consulto en un murmullo.

- No – niega de inmediato.

- Entonces ¿Cuál es el problema? – digo mientras busco sus ojos.

- Adri, tú y yo somos muy diferentes en muchas cosas – desgrana y luego ahonda – sobre todo en una cosa: nuestros padres.

- Ari – farfullo mientras la saco del corredor cuando noto que está a punto de quebrarse y empezar a llorar.

- No quiero quejarme de mi vida – murmura.

- Quiero oírte – suplico – necesitas desahogarte.

- Bien, papá es militar o eso era hasta hace un año antes de que sufriese un ataque cerebral producto de una caída de altura durante una operación en el extranjero – balbucea.

- ¿Él? – mascullo

- Está vivo, pero en coma – señala con la mirada extraviada.

- Y ¿Qué pasa con el resto de tu familia? – consulto.

- Tengo tres hermanos, Marcus y Jason son los mayores tienen veinte años y actualmente están en el ejército, luego está mi hermana Rachel que tiene dieciocho años... - titubea – ella estaba a punto de irse a la universidad cuando ocurrió el accidente de papá.

- ¿Qué hay de tu madre? – pregunto con temor.

- Durante los primeros meses, permaneció de forma devota al lado de mi padre, pero hace unos cuantos meses ha terminado cediendo al alcohol – dice con expresión culpable – cada vez es más difícil para Rachel y para mí cuidar de ella. Y aunque mis hermanos vienen cada vez que tienen licencia, siento que ya nada es lo mismo.

- Siento mucho la situación de tu familia – señalo con la voz entrecortada.

- No es tu culpa – farfulla – sé que debí decírtelo antes, pero no quería quejarme delante de ti, pues sé que aún estás viviendo tu luto.

- Hey Arabella, yo puedo hablar de mamá ahora, porque tengo amigos que me apoyan – confieso – y tú también necesitas apoyo, tus problemas también importan.

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora