Sábado 12 de Octubre de 2030
Sigo a mi preciosa hasta que entramos a su habitación. Ella se vuelve a verme expectante. Sus labios tiemblan. Le doy la espalda un momento y pongo seguro a la puerta. Doy un respiro largo y luego me lanzo sobre ella. Terminamos cayendo sobre su cama mientras nos besamos. Alma no dice ni una sola palabra, aunque quisiera no puede, permanece en estado de trance. Cuando muerdo su labio inferior es mía, sé que pierde todo el control cuando hago esto. Poco a poco nos quitamos la ropa sin siquiera dejar de besarnos, primero nuestras casacas y luego nuestras blusas. Está tan nerviosa que le cuesta desabotonar la suya.
Me detiene un momento, toma una gran bocanada de aire y sonríe. Sus ojos destilan cierta euforia, sé que está ansiosa por culminar lo que empezamos en la fiesta de bienvenida a Lincoln. Se recuesta y pone sus manos en mi cintura. Muy despacio recorre mi cuerpo hasta que me quita la falda que cubre mis piernas. La observo de forma pícara y hago lo mismo. Solo que yo no soy tan delicada. De un solo movimiento la libero de su buzo y sus deportivas. Luego me tomo todo el tiempo del mundo para recorrer sus piernas mientras me siento sobre ella. Mi preciosa se agita cuando pongo un dedo al lado de su ropa íntima. La atmósfera está tan cargada que nuestra respiración se hace pesada.
Ella intenta retirarla, está tan ansiosa como yo, pero se lo impido, mientras niego batiendo un dedo en aire y decidida afirmo: "Haremos esto a mi manera". Alma asiente mientras cierra los ojos. Aprovecho el momento y me inclino sobre su vientre. Y con suma delicadeza retiro sus bragas blancas con mis dientes hasta llegar a sus muslos. Ella jadea y se estira. Sus músculos se tensan. Termino de quitarle su ropa íntima con mi mano. Pienso en arrojarla, pero la anudo a la mía. Un trofeo de guerra... tal vez.
Decido ser piadosa y saciar nuestras necesidades. Me recuesto sobre Alma, lo que de inmediato deriva en la sesión de besos más desenfrenados que he tenido. Recorro su cuerpo con mis manos. Ella me abraza como si deseara que no hubiera un mañana. Y es cierto, el ahora es todo lo que nos importa. Escurro mis dedos sutilmente por su vagina. "Nati..." susurra mi preciosa de forma ahogada como en un ruego. Me relamo los labios y vuelvo a besarla. De pronto me detiene y mientras sostiene el broche de mi sujetador me pregunta: "¿puedo?". La callo con un beso y pienso que no termina de convencerme la gentileza con la que me trata, incluso ahora.
Cambiamos de lugar, ahora es ella quien recorre mi cuerpo, primero delicadamente, pero poco a poco toma confianza, yo aprovecho para terminar de desnudarla. Alma empieza a comerme los pechos, no puedo evitar jadear. Se detiene a verme cuando grito. La observo y le pellizco los pechos, casi de inmediato se le endurecen. Ahora es ella la que se toma su tiempo para ir al sur, entre caricias, mordidas y besos. La ansiedad me supera, dentro de poco ambas quedáremos desnudas. Finalmente me quita las bragas. Mi excitación está a tope, es la primera vez que hago esto, pero eso no me importa, me siento segura con Alma. Mi preciosa masajea suavemente mi vulva con sus dedos. Puedo sentir como las oleadas suben de intensidad. Me cuesta mantener el control de mí misma. Se nota que está trabajando duro para satisfacerme.
En medio del éxtasis surge una idea en mí, quiero que acabemos juntas. Así que la detengo y me siento pegada a ella mientras la atrapo con mis piernas, ella me imita de inmediato. Sin mediar palabras copiamos lo que hace la otra. Así terminamos enfrascadas en un mar de besos, mientras una de nuestras manos acariciamos nuestros pechos y con la otra recorremos el resto del cuerpo de la otra. Estamos tan juntas, que no sé dónde termina su cuerpo ni dónde empieza el mío. Sin darnos cuenta estamos empapadas de sudor, nuestros corazones bombean demasiado fuerte. Terminamos tumbadas de lado, una frente a la otra, sin nada que decirnos, excepto: "Te amo".
- Alma Wright, nunca me dejes - murmuro.
- Jamás lo haré hermosa - susurra antes de volver a besarme.
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Víctima Indefensa
General FictionLa vida del joven músico, Alexander Collins, da un cambio radical tras ser capturado por error por agentes de Mundo Amazonas. Esta organización secreta se dedica a dar caza a hombres que han quedado impunes tras haber sido juzgados por la ley por ha...