08. Una mañana de sorpresas

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09:15 | Sábado 31 de Agosto de 2030 | Casa de Mía Hopkins 

Mía se despierta, bueno a medias, ya que aún está medio adormilada. Gira a ver su reloj:  "9:15". Aún es temprano, además mi cama está muy calentita. Vuelve a enfurruñarse en su cama y de pronto se da cuenta que algo falta o mejor dicho alguien: Alex.

¡Maldición! ¿Se habrá ido? - piensa con preocupación y tristeza. Se pone de pie de un brinco para ir a buscarlo. Pero por las prisas tropieza al no darse cuenta que uno de sus pies ha quedado enganchado a la sábana. Unos segundos después escucha unos pasos que se acercan de forma rápida, sonríe aliviada al ver que se trata del muchacho.

Alex le tiende la mano y le pregunta: "¿qué te pasó Mía? ¿Querías ir al baño o qué? ¿por qué llevabas tanta prisa?"

- Pensé que habías huido - responde Mía apenada.

- Huir... ¿a dónde mujer? Además no voy a escapar de ti, eres mi amiga y no quisiera meterte en problemas. Ven, vamos a levantarte - contesta mientras tira de ella para ponerla en pie.

- Gracias... hace cuánto que te has despertado - consulta.

- Hace poco más de una hora. Por cierto, ponte algo en los pies y sígueme a la cocina - le pide en tono amable.

Alex da media vuelta y se marcha. Mía aprovecha de ponerse unas pantuflas y una bata sobre su camisón. Mientras se va acercando, empieza a notar que su apartamento luce diferente, es más juraría que huele diferente. De pronto ve a Alex en medio de la cocina, haciendo muchas cosas a la vez. Pone una sartén en la cocina sobre la que vierte con naturalidad un poco de aceite. Enseguida bate unos huevos en un pequeño cuenco. Cuando termina, le pide sacar un par vasos y tazas. Mientras la joven psicóloga lo hace, saca el jugo de naranja de la nevera y un recipiente con salchichas. Sin voltear a verla le solicita que también coloque dos platos en la mesa.

- ¿Eres un poco mandona o me parece? - pregunta Mía en tono de burla.

Sin voltear a ver Alex responde: "te parece... por favor si tienes individuales ponlos en la barra, desayunaremos allí, ah y sirve el jugo en los vasos". 

Alex no puede evitar reír y suelta: "lo siento, no suelo ser así, lo hubiese hecho todo yo solo, pero no terminó de ubicar todo".

- Sí mi capitán - responde Mía rápidamente mientras carcajea.

La sartén ya está en su punto. Creo que debería empezar ya - medita Alex con una sonrisa

- Mía voy a hacer tortillas, tenemos cebolla china, tomate, salchichas y especias ¿con qué quieres la tuya? - pregunta en tono apurado.

Mía no está acostumbrada a comer grasas en las mañanas, pero no quiere hacerle un desplante, así que solo atina a decir: "Sorpréndeme... por cierto ¿necesitas que te ayude en algo más?"

Alex se gira, da un vistazo y en menos de un segundo me acribilla con tres tareas nueva: Sí... uno, por favor prepara una taza con café y leche para mí; dos, coloca cubiertos y tres, no olvides el azúcar, no lo encontré por ningún lado.

Mientras Mía realiza lo encargado por su capitán o capitana, Alex ya cuida la tortilla que está en la candela. Poco después le da la vuelta y con la espátula se asegura de no dejar ningún espacio crudo. Luego acerca un plato grande y voltea la mega tortilla sobre ella. Apaga la cocina y se gira hacia la barra. Coge los cubiertos que están a su lado para dividirla en dos y luego dispone un pedazo en cada plato. Coloca el plato grande en el fregadero y luego procede a sentarse. Mía la observa maravillada.

- ¿Mía y el azúcar? - pregunta Alex quien se ve un poco ansioso.

- Eh... sí, lo siento corazón, las chicas en esta casa solo endulzamos las cosas con Stevia - responde Mía.

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora