Jueves 3 de Octubre de 2030
- Vamos Alma ¡Ponte de pie! - me ordena Hannah - acaso eso es lo mejor que tienes.
Apoyo mis puños sobre la colchoneta de entrenamiento. Estoy agotada. Aun así, no quiero perder de nuevo. Es mi tercera semana entrenando y aún no puedo con Hannah. Sabía que debí elegir a Alicia o Valeria. Hubiesen sido opciones más amigables para mí.
- ¡Levántate! No tenemos todo el día - señala con seriedad mientras se pone de rodillas hasta llegar a la altura de mi rostro y luego agrega - a menos que quieras rendirte.
- ¡Eso nunca! - sentencio saltando en dirección a ella. Pero Hannah me esquiva con facilidad. Respiro agitada y frustrada. Sin embargo decido usar lo último de mi energía para intentar derribarla. Giro sobre mi eje, uso mis piernas como resortes y capturo entre mis brazos las piernas de mi rival, lo que consigue hacerla caer al fin.
- Bien, lo conseguiste Alma - señala Hannah al tiempo que me da una mirada de aprobación. Exhalo e inhalo fuerte, al fin pude hacer que cayera. La suelto y luego trato de incorporarme. Me cuesta mucho ponerme sobre mis pies.
- Ahora ¿Qué sigue? - pregunto ansiosa
- Wow, esto apenas ha empezado Alma, te ha tomado seis entrenamientos hacerme caer, aún te falta mucho - remarca mientras aguza la mirada - pero dime ¿Qué fue diferente esta vez?
- A ¿Qué te refieres? - pregunto mientras sigo jadeando.
- Me refiero a ¿por qué crees que esta vez si me hiciste caer? - consulta.
- Supongo que quería ganar... igual que los otros días - farfullo, pero luego agrego - creo que esta vez seguí un poco a mis instintos y no tanto a mi ira.
- Lo sé, aún tienes sentimientos encontrados sobre mí - apunta Hannah - y sé que esa fue la razón por la que decidiste que fuera yo quién te entrenase.
- No es venganza - me apresuro a decir - pero sí, tengo deseos de demostrarte lo que puedo hacer.
- Bien, entonces deseo que sigas las rutinas que te enviaré y entonces veremos lo que puedes hacer la próxima vez - señala al tiempo que me da la mano - aunque espero que no pienses que te lo voy a dejar fácil.
- No deseo eso, quiero vencerte en un encuentro justo, sé que eso podrá llevarme algún tiempo, pero haré mi parte para estar lista - sentencio.
- Y lo estarás, ahora vete, Mía te debe estar esperando para tus pruebas - me ordena señalando la puerta. Luego me da la espalda. Finjo salir, pero luego salto sobre ella, la hago caer y le digo: "JA. Te gané dos veces hoy". Ella primero menea la cabeza, pero luego asiente mientras mira a la cámara que hay en la habitación. Me levanto y pongo pies en polvorosa.
Me toma un par de minutos llegar a la oficina de Mía. Antes de entrar percibo un aire de tensión. Las hermanas Hopkins discuten. Valeria está en la puerta y me detiene: "No es un buen momento, deberías regresar después".
- ¿Qué ocurre? ¿Por qué discuten? - cuestiono con urgencia.
- Vamos Alma, no debemos estar aquí - me ordena Valeria mientras tira de mi brazo.
- No, quiero saber qué pasa - la encaro. Ella me da la mirada más fría que jamás vi en mi vida y niega con la cabeza.
- Esta vez no estás en capacidad de solucionarlo, créeme - afirma en un susurro. Luego me suelta, pero me indica caminar hacia una habitación. Una vez allí le reclamo: "explícame lo que pasa y ve directo al grano". Ella se queda mirándome con una expresión complicada durante unos segundos. Se sienta detrás del escritorio mientras retuerce sus dedos.
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Víctima Indefensa
General FictionLa vida del joven músico, Alexander Collins, da un cambio radical tras ser capturado por error por agentes de Mundo Amazonas. Esta organización secreta se dedica a dar caza a hombres que han quedado impunes tras haber sido juzgados por la ley por ha...