13:00 | Sábado 21 de Septiembre de 2030
Estoy atrapada en las guerras clónicas sin una miserable vía de escape. He sido tomada por rehén y estoy fuertemente custodiada. Lo que daría por empuñar mi sable láser para intentar una fuga. Lastimosamente los trucos mentales jedi no funcionan con mis captoras. Camino con desgano y cansancio mientras ellas sonríen.
- Alma ya cambia esa cara - señala Andrea.
- De haber sabido que tardaríamos tanto hubiese salido con mi tía - digo resoplando.
- Pero si no ha sido tanto - interviene Natasha.
- Nat... han pasado más de tres horas y aún no compramos nada - me quejo - hemos ido a cuatro tiendas y ya me debo haber probado unas dos docenas de vestidos que ninguna de ustedes aprueba.
- Ok, está bien Alma, te parece si vamos a comer algo para recuperar energías - sugiere Andrea en un tono más conciliador.
- Solo con la condición que al siguiente vestido que elija no le pongan pegas, porque si no me voy - señalo cansada.
- Pero Alma, solo tratamos de conseguir el vestido perfecto para ti - señala Natasha.
- Natasha, Alma ya dijo lo que quiere y ya nos dio una advertencia, te recuerdo que ella no dice nada al azar - recuerda Andrea mientras mira seria a su hermana menor.
- Okey - señala Natasha mientras empieza a caminar en dirección al patio de comidas del centro comercial.
Andrea y yo la seguimos en silencio. La verdad me siento agobiada. Pensé que hacer las compras con las hermanas Bailey sería más sencillo que con mamá. Ahora lo dudo seriamente. Que si ese color no resalta mi tono de piel, de que si mis estilos son un poco mojigatos, aunque claro que si lo son, pero vamos, entiéndanme. Sé perfectamente lo que es estar del otro lado y qué cosas atraen las miradas de los hombres. Lo peor fue que tuve escuchar un sinnúmero de razones por las que me obligaron a descartar mis elecciones.
- Te pido que la disculpes - musita Andrea sacándome de mis pensamientos.
- Ya sé, no lo hace por mala, pero no me gusta complicarme - farfullo.
- Solo está emocionada por la fiesta o al menos eso intenta aparentar - desliza Andrea. Volteo a verla con la mirada seria.
- Sé que está triste por Angelina - argumento - pero creo que pronto va a estar bien.
- No lo sé - medita Andrea - Nati y ella han sido amigas por mucho tiempo, pero desde que llegaste siento que mi hermana ha cambiado mucho. No es una queja. Solo digo que es un poco distinta.
- ¿Crees que ha cambiado para bien o para mal? - indago.
- Para bien, claro. Pero aun así es evidente que le está costando adaptarse a tener una nueva mejor amiga - reconoce Andrea.
- Lo sé, a mí también me está costando. Todo ha sido muy rápido - confieso.
- Tranquila, van a estar bien, todo se acomodará entre ustedes antes que se den cuenta - me conforta Andrea con una sonrisa. Y lo cierto es que una parte de mí sabe muy bien que necesito de Natasha.
Voy donde mi rubilinda y le pido disculpas por mi actitud. Ella niega con la cabeza y me hace ver que mi personalidad es lo que más le agrada y que no debo cambiar. Supongo que nos quedamos en un tira y afloja. Es extraño, pues ninguna tiene la más remota idea de cómo debemos llevar nuestra relación en este momento.
Almorzamos relativamente rápido, pues no solo debemos comprar nuestros vestidos, sino también los tacones y algo de maquillaje. El siguiente punto en nuestro periplo es la CASA B. Afortunadamente las tres conseguimos encontrar los atuendos perfectos. Andrea opta por un vestido de color esmeralda con encajes y satén abierto a los lados, luce sexy y elegante. Natasha apuesta sus fichas por un vestido largo rojo de tirantes. Dios se ve sensacional. Finalmente y luego de explorar algunas opciones me decido por un vestido de color durazno de organza y tul. Luce discreto y refinado.
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Víctima Indefensa
General FictionLa vida del joven músico, Alexander Collins, da un cambio radical tras ser capturado por error por agentes de Mundo Amazonas. Esta organización secreta se dedica a dar caza a hombres que han quedado impunes tras haber sido juzgados por la ley por ha...