51. Lazos invisibles

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Miércoles 16 de Octubre de 2030

A menudo me pregunto si hago lo correcto al ocultar lo que siento por Alma. A veces la respuesta es sí, pero últimamente mi cabeza y mi corazón me dicen que no. Ella es lo mejor que me ha pasado hasta ahora. Sé que aún soy joven y que la vida conserva sorpresas para mí. Pero incluso yo sé que la posibilidad de conocer alguien, que brille tanto, como mi preciosa, es pequeña. Y a pesar de lo incierta que puede ser la vida, sé que ella es una gran certeza en la mía.

Conozco lo suficiente a Angelina para saber que no se quedará de brazos cruzados, ni siquiera por la amenaza que le he dado hace unas horas. Y no puedo permitir que Alma acceda a lo que le ha exigido. Como sea, parece que dentro de poco nuestra relación saldrá a la luz. Y en tal caso, puede que lo más conveniente sea decir la verdad antes. Sí y creo que lo mejor será que empiece en casa y luego... mañana deberé hablar con Tom antes que con nadie. No quiero que se sienta usado o traicionado. De pronto llaman a mi puerta.

- Adelante - contesto.

- Cariño, ya vamos a comer en un momento - afirma papá mientras se recarga sobre el marco de mi puerta.

- Gracias papá - respondo con una sonrisa - iré en dos minutos, quiero terminar este problema de álgebra.

- Vaya, me sorprendes bebé - dice con una sonrisa.

- ¿Qué? - inquiero mientras me vuelvo a verlo.

- Nunca te había visto tan enfocada en los estudios - señala - sobre todo en matemáticas.

- Ah eso - afirmo tratando de restarle importancia.

- Sí, eso - remarca mientras gesticula de manera divertida y asiente.

- Pues es algo que debo hacer por mí misma - apunto mientras vuelvo mi vista sobre la ecuación e intento resolverla. Papá se acerca y acaricia mi cabello.

- Me alegra mucho que te esfuerces Nati - me susurra al oído. Me hace sonrojar y sonrío. Me besa la nuca y luego empieza a alejarse.

- ¿Papá? - murmuro.

- Sí pequeña - contesta mientras se gira a verme.

- (...) - titubeo un instante - ¿si alguien te dijera algo malo de mí? (...) ¿dejarías de quererme?

- A ver, vamos despacio - dice mientras toma una silla y se sienta junto a mí - yo jamás voy a dejar de quererte, sin importar lo que pueda pasar, tú siempre vas a ser mi hija y no hay nada en el mundo que pueda cambiar eso. 

- ¿Pero? - vacilo mientras pienso en mi secreto.

- Pero nada - me interrumpe para darme seguridad - pues no creo que seas capaz de hacer algo malo, sobre todo ahora.

- ¿A qué te refieres con "sobre todo ahora"? - cuestiono.

- Nati, para nadie en esta familia es un secreto que en las últimas semanas has cambiado mucho - alega - y no nos molesta, por el contrario nos alegra ver que empiezas a defender tus propias convicciones.

- Solo intento ser mejor - susurro.

- Lo sé - medita y luego pone su mano en mi hombro antes de proseguir - y también sé que mucho de este cambio positivo se lo debes a tu amiga Alma.

- ¿Qué piensas de ella? - inquiero ansiosa.

- Me parece una chica bastante peculiar - razona y luego la desgrana - es inteligente, decidida, amable y muy segura de sí misma.

- ¿Entonces te agrada? - consulto.

- Claro que sí, les encanta a tus hermanas y tu mamá la adora - me asegura.

Víctima IndefensaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora